Instalados en el cortoplacismo
Pedro Sánchez ha querido emular a Juan Palomo ya que para la gestión de los fondos europeos no ha habido conversaciones, ni la tan cacareada cogobernanza con ninguna autonomía ni entidad local ni con ningún partido de la oposición, ya que la unilateralidad y la discrecionalidad parecen ser el denominador común de su gobierno y el sello de identidad que marca su gestión.
Tampoco ha habido ratificación parlamentaria, ni oficina de seguimiento ni de gestión de los fondos por lo que mucho nos tememos que estamos ante un mal Gobierno, instalado permanentemente en el cortoplacismo, que está usando las ayudas europeas para su agenda electoral y hacer lo que sus socios en el Parlamento le piden. Desde diversos foros se apunta que el plan que guía la gestión del Gobierno – que tiene objetivos muy ambiciosos, pero muchas debilidades - carece de una visión transformadora porque se sustenta en medidas a corto plazo de las ayudas, que muchos nos tememos que terminará siendo un gigantesco plan E verde y digital que nos recuerda a Zapatero.
En el horizonte se vislumbran muchos nubarrones porque nuestro país se ha visto seriamente afectado no solo en el plano sanitario sino también en el económico y en del empleo, y todo ello agravado por una mala política económica que es previa a la pandemia y que se sustenta en el despilfarro público.
Además resulta paradójico que el Gobierno presuma de recuperación económica al mismo tiempo que admite que no se volverá a los niveles de crecimiento y empleo hasta el año 2023 y mucha gente se pregunta cómo el país con mayor solidaridad europea y en un entorno de una pandemia global, España, sea el país que más tarde en salir de la crisis. A todo ello se añade que el Gobierno Sánchez quiere tumbar la legislación que permitió la creación de tres millones de empleos e impulsar un hachazo fiscal con la subida de impuestos por 80.000 millones.
Desde el Partido Popular se han dado a conocer las principales soluciones propuestas en en cada uno de los seis vectores en los que se desarrollan las ayudas europeas y apunta la idoneidad de que, en el primer eje ambiental, se desarrolle un Plan del Agua y se impulsen infraestructuras que mejoren el entorno e implusen el sector primario que es el principal motor de desarrollo de nuestro medio rural con una agroindustria pujante e innovadora.
En materia de digitalización, el PP plantea una reforma histórica de la administración y para el apartado de cohesión social se apuesta por un plan de vivienda joven y de apoyo a la familia y a la maternidad y la puesta en marcha de la mochila austriaca, un fondo individual para cada trabajador.
Pedro Sánchez ha querido emular a Juan Palomo ya que para la gestión de los fondos europeos no ha habido conversaciones, ni la tan cacareada cogobernanza con ninguna autonomía ni entidad local ni con ningún partido de la oposición, ya que la unilateralidad y la discrecionalidad parecen ser el denominador común de su gobierno y el sello de identidad que marca su gestión.
Tampoco ha habido ratificación parlamentaria, ni oficina de seguimiento ni de gestión de los fondos por lo que mucho nos tememos que estamos ante un mal Gobierno, instalado permanentemente en el cortoplacismo, que está usando las ayudas europeas para su agenda electoral y hacer lo que sus socios en el Parlamento le piden. Desde diversos foros se apunta que el plan que guía la gestión del Gobierno – que tiene objetivos muy ambiciosos, pero muchas debilidades - carece de una visión transformadora porque se sustenta en medidas a corto plazo de las ayudas, que muchos nos tememos que terminará siendo un gigantesco plan E verde y digital que nos recuerda a Zapatero.
En el horizonte se vislumbran muchos nubarrones porque nuestro país se ha visto seriamente afectado no solo en el plano sanitario sino también en el económico y en del empleo, y todo ello agravado por una mala política económica que es previa a la pandemia y que se sustenta en el despilfarro público.
Además resulta paradójico que el Gobierno presuma de recuperación económica al mismo tiempo que admite que no se volverá a los niveles de crecimiento y empleo hasta el año 2023 y mucha gente se pregunta cómo el país con mayor solidaridad europea y en un entorno de una pandemia global, España, sea el país que más tarde en salir de la crisis. A todo ello se añade que el Gobierno Sánchez quiere tumbar la legislación que permitió la creación de tres millones de empleos e impulsar un hachazo fiscal con la subida de impuestos por 80.000 millones.
Desde el Partido Popular se han dado a conocer las principales soluciones propuestas en en cada uno de los seis vectores en los que se desarrollan las ayudas europeas y apunta la idoneidad de que, en el primer eje ambiental, se desarrolle un Plan del Agua y se impulsen infraestructuras que mejoren el entorno e implusen el sector primario que es el principal motor de desarrollo de nuestro medio rural con una agroindustria pujante e innovadora.
En materia de digitalización, el PP plantea una reforma histórica de la administración y para el apartado de cohesión social se apuesta por un plan de vivienda joven y de apoyo a la familia y a la maternidad y la puesta en marcha de la mochila austriaca, un fondo individual para cada trabajador.