El profesor Alba en el Salón Moderno
Modesto Cabezas de la Riva (1882-1966), hijo de Diego Cabezas González, natural de Villar del Rey y María de la Riva Delgado, natural de Cameros (Logroño). Su padre y sus tíos Pedro, Antonio, Jerónimo y Antolín fueron todos maestros de obras: Llegaron a Montijo procedentes de Villar del Rey. Modesto Cabezas se inspiró en el estilo del arquitecto catalán, discípulo de Gaudí, Domènec Sugrañes Gras (1878-1938), aunque imprimiéndole a los edificios su propia personalidad, con estilo y toques influenciados por la Exposición Iberoamericana celebrada en Sevilla. Ciudad a la que conoció bien, a través de su amigos los cantaores que contrataba para el Salón Moderno, construido en 1928, que el regentó, en su actividad de empresario de la construcción y del espectáculo.
Modesto Cabezas cultivó el modernismo, que se propagó hasta el primer tercio del siglo XX, como reacción frente a las corrientes artísticas dominantes durante el siglo XIX, que generó una reacción frente al racionalismo de principios de la era industrial. También cultivó el neocentismo, estilo que se inició a comienzos del siglo XX. Su huella quedó plasmada entre otros edificios en el Salón Moderno, quizás el mejor ejemplo de su concepción arquitectónica, junto con la vivienda que prolongó hasta la calle Jacinto Benavente. Lástima que la piqueta demoledora, no frenada por la autoridad competente, haya ido minando poco a poco la obra de Modesto Cabezas, privándonos de admirar su estilo, arte y oficio. El maestro Modesto Cabezas fue de carácter abierto, soñador, creativo y con una fuerte capacidad de iniciativa empresarial para el mundo del espectáculo, diversión y entretenimiento, en aquella época de estrecheces y aislamiento.
Acudo a la memoria hecha cine de Modesto Cabezas desde algunas de sus proyecciones: Las Cruzadas, Morena Clara, Volando hacia Río de Janeiro, Adiós a las armas, Noche nupcial, Compás de espera, El pirata soy yo, Herencia de sangre, La mejor venganza, El rey se divierte, Treinta segundos de amor, Abnegación de Madre, Enredo de familia… Fueron cientos, miles de películas que mostraron el prodigio de un arte que se llama cine. Pero Modesto Cabezas, que siempre fijó su mirada en las clases populares, fue más allá de las películas de cine, trayendo espectáculos de cantaores de flamenco, copla y varietés. Dejo aquí una muestra, son muchos, de algunos de los artistas que pasaron por su escenario: Pepe Marchena, Rafael Farina, Pepe Pinto, Angelillo, Porrina de Badajoz, Antonio Machín, Manolo el Malagueño, Niña de Antequera, Juanito Varea, Emilio el Moro, Niña de Huelva, Pepe Moreno, el Niño de Guillena, la Niña de la Puebla y su marido Luquitas de Marchena, Los Gaditanos, Pablito Rossi con el Niño de la Fuensanta, y la mejicana Irma Vila.
Cine, cantaores, variedades, espectáculos atrevidos, peleas de gallos, leones, sí, sí, leones, bailes y veladas de boxeo. Como la exhibición, entre otras, que ofreció el púgil Fred Galiana, campeón de España y Europa. También hipnosis y catalepsia que trajo a los espectadores el profesor Alba, Manolo Alba, con sus hermanas Lolita y Consuelo. Los espectadores que asistieron y los que fueron hipnotizados, pasaban del frío al calor, porque unas veces pensaban que estaban en Siberia y otras en Sáhara. Unas veces pedían mantas para abrigarse y otra se quedaban en calzoncillos. Un espectador que fue hipnotizado, al despertar, salió corriendo y no paró hasta llegar a su casa en el Valle. El profesor Alba localizó objetos ocultos en la sala y acertó números de teléfonos de una voluminosa guía, ante el asombro de los espectadores, que no daban crédito a lo que veían. Cautivados por la hipnosis, espiritismo, ilusionismo y magia. Un recital de espectáculo científico que así lo tituló desde su marketing comercial, Modesto Cabezas de la Riva.
Modesto Cabezas de la Riva (1882-1966), hijo de Diego Cabezas González, natural de Villar del Rey y María de la Riva Delgado, natural de Cameros (Logroño). Su padre y sus tíos Pedro, Antonio, Jerónimo y Antolín fueron todos maestros de obras: Llegaron a Montijo procedentes de Villar del Rey. Modesto Cabezas se inspiró en el estilo del arquitecto catalán, discípulo de Gaudí, Domènec Sugrañes Gras (1878-1938), aunque imprimiéndole a los edificios su propia personalidad, con estilo y toques influenciados por la Exposición Iberoamericana celebrada en Sevilla. Ciudad a la que conoció bien, a través de su amigos los cantaores que contrataba para el Salón Moderno, construido en 1928, que el regentó, en su actividad de empresario de la construcción y del espectáculo.
Modesto Cabezas cultivó el modernismo, que se propagó hasta el primer tercio del siglo XX, como reacción frente a las corrientes artísticas dominantes durante el siglo XIX, que generó una reacción frente al racionalismo de principios de la era industrial. También cultivó el neocentismo, estilo que se inició a comienzos del siglo XX. Su huella quedó plasmada entre otros edificios en el Salón Moderno, quizás el mejor ejemplo de su concepción arquitectónica, junto con la vivienda que prolongó hasta la calle Jacinto Benavente. Lástima que la piqueta demoledora, no frenada por la autoridad competente, haya ido minando poco a poco la obra de Modesto Cabezas, privándonos de admirar su estilo, arte y oficio. El maestro Modesto Cabezas fue de carácter abierto, soñador, creativo y con una fuerte capacidad de iniciativa empresarial para el mundo del espectáculo, diversión y entretenimiento, en aquella época de estrecheces y aislamiento.
Acudo a la memoria hecha cine de Modesto Cabezas desde algunas de sus proyecciones: Las Cruzadas, Morena Clara, Volando hacia Río de Janeiro, Adiós a las armas, Noche nupcial, Compás de espera, El pirata soy yo, Herencia de sangre, La mejor venganza, El rey se divierte, Treinta segundos de amor, Abnegación de Madre, Enredo de familia… Fueron cientos, miles de películas que mostraron el prodigio de un arte que se llama cine. Pero Modesto Cabezas, que siempre fijó su mirada en las clases populares, fue más allá de las películas de cine, trayendo espectáculos de cantaores de flamenco, copla y varietés. Dejo aquí una muestra, son muchos, de algunos de los artistas que pasaron por su escenario: Pepe Marchena, Rafael Farina, Pepe Pinto, Angelillo, Porrina de Badajoz, Antonio Machín, Manolo el Malagueño, Niña de Antequera, Juanito Varea, Emilio el Moro, Niña de Huelva, Pepe Moreno, el Niño de Guillena, la Niña de la Puebla y su marido Luquitas de Marchena, Los Gaditanos, Pablito Rossi con el Niño de la Fuensanta, y la mejicana Irma Vila.
Cine, cantaores, variedades, espectáculos atrevidos, peleas de gallos, leones, sí, sí, leones, bailes y veladas de boxeo. Como la exhibición, entre otras, que ofreció el púgil Fred Galiana, campeón de España y Europa. También hipnosis y catalepsia que trajo a los espectadores el profesor Alba, Manolo Alba, con sus hermanas Lolita y Consuelo. Los espectadores que asistieron y los que fueron hipnotizados, pasaban del frío al calor, porque unas veces pensaban que estaban en Siberia y otras en Sáhara. Unas veces pedían mantas para abrigarse y otra se quedaban en calzoncillos. Un espectador que fue hipnotizado, al despertar, salió corriendo y no paró hasta llegar a su casa en el Valle. El profesor Alba localizó objetos ocultos en la sala y acertó números de teléfonos de una voluminosa guía, ante el asombro de los espectadores, que no daban crédito a lo que veían. Cautivados por la hipnosis, espiritismo, ilusionismo y magia. Un recital de espectáculo científico que así lo tituló desde su marketing comercial, Modesto Cabezas de la Riva.