Lunes, 22 de Septiembre de 2025

Actualizada Viernes, 19 de Septiembre de 2025 a las 19:56:57 horas

Teodoro Gracia
Miércoles, 07 de Julio de 2021 Actualizada Miércoles, 07 de Julio de 2021 a las 11:52:34 horas

La hipocresía en nuestras vidas

Sería muy bueno, y sobre todo honesto, que la hipocresía no forme parte tan activa en nuestras vidas. Creo, al menos a mi me lo parece, que la falta de sinceridad cuando tienes que quedar bien se interpone ante la realidad de una vida que nada tiene que ver con esos elogios que lanzamos sin base ni fundamento.
Deberíamos movernos mas en la sinceridad y dejar de adornar las mentiras con una dulce hipocresía que nadie cree. Reconozco que es muy difícil ir por delante con la verdad en la boca pero al menos, antes de decir algo que ni sentimos ni hemos sentido jamás, es preferible mantenerla cerrada.  Yo al menos, antes de normalizar la hipocresía en mi vida, prefiero optar por el silencio. Si alguien no me gusta cómo se comporta,  como vive su vida, o cómo se muestra en la sociedad ¡no me gusta!, ni antes, ni ahora ni me va a gustar jamás y por lo tanto, prefiero ser discreto y mantenerme callado que lanzar palabras de engrandecimiento que no se corresponden con una trayectoria. Así de claro y así de sencillo.
Yo siempre he sido de lo que “a Dios lo que es de Dios y al César, lo que es del César”. Si sigues esa filosofía al pie de la letra, aquí no hay hipocresía ni la habrá nunca. Hay que reconocer que a veces es difícil porque hay situaciones en la vida en las que te ponen entre la espada y  la pared y no tienes más remedio que intentar salir airoso pero lo tenemos que hacer sin lanzar mentiras, sobre todo, cuando todo el mundo que va a escucharte sabe la verdad.
En este circo que nos ha tocado vivir,  proclamamos a los cuatro vientos que todos tengamos el mismo derecho a la igualdad pero en nuestro interior, se no remueven las tripas cuando percibimos que todos tienen derecho a las mismas oportunidades que nosotros. Otro caso que se da a diario es comprobar cómo hay personas que su manera de actuar te revienta, que no se esfuerza lo más mínimo para hacerte agradable la vida y sin embargo, cuando tenemos que hablar de esa persona públicamente le lanzamos más pétalos de rosas que a unos novios el día de su boda.   
Esto es así pero no lo vamos a reconocer jamás y claro, desde ese mismo instante, ya estamos dándole protagonismo a la hipocresía en nuestras vidas.
No quiero decir con esto que aprovechemos esos momentos para tirarnos por tierra los unos a los otros  pero existe lo que se llama sinceridad prudente,  decir lo justo para no ofender o hacer algo por lo que yo evoco siempre: mantenerse discretamente callado.
Quiero terminar con un pensamiento de André Maurios que resume todo lo que yo he intentado decir en este artículo: “Ser sincero no es decir todo lo que se piensa, sino no decir nunca lo contrario de lo que se piensa”.

 

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.