Tanto por aprender
A lo largo de la vida y por experiencia, nos vamos dando cuenta de que muchas de esas preocupaciones que rondan nuestra cabeza e impiden nuestro descanso nunca llegan a suceder, de igual manera que acciones que pensábamos que eran imposibles terminan formando parte de nuestros logros. También suele ser la experiencia la que nos enseña que muy pocas cosas a las que verdaderamente damos valor la vamos a conseguir sin esfuerzo. Nos damos cuenta de que muchas veces, ponemos tanta carga en nuestras expectativas, que posteriormente comprobamos que ha sido más grande la propia expectativa que el suceso generado..
La experiencia también nos dicta que no debemos girar la cabeza para mirar atrás salvo para guiar el aprendizaje que nos permita poder afrontar el futuro. E igualmente nos damos cuenta de la importancia que tiene el luchar por las cosas en las que uno cree, independientemente de que consideremos que puede convertirse en una quimera, porque a veces, perseguir imposibles nos permite llegar a posibles que nunca habríamos tenido en mente.
Los años vividos también nos traen como enseñanza que las personas suelen ser lo felices que ellos y solamente ellos deciden ser y que debemos apreciar a nuestros hijos y amigos por lo que son y no por lo que nos gustaría que fueran. Y también nos enseña que la mayor parte de las veces, las personas tienen tanta prisa por lograr lo que consideran “una buena vida”, que, con frecuencia, la vida pasa sin que la perciban.
La propia experiencia nos dicta lo importante que es tener la vista puesta siempre en el día presente y en todos los que tienes en tu futuro. Los libros que te interesan leer, los paseos que vas a dar, los amigos con lo que podrás disfrutar. Esa misma experiencia es la que te permite poder discernir lo importante y a lo que verdaderamente tienes que dedicar tiempo y atención en nuestra vida, aquello que nos va a hacer crecer como personas, de lo que es accesorio, que tantas y tantas veces nos enreda e impide disfrutar de lo que la vida nos permite a cada uno.
La vida nos enseña que es muy importante estar satisfecho con lo que con esfuerzo y dedicación cada uno ha ido logrando, pero que hay que tener siempre la motivación de seguir haciendo cosas. Es el pedaleo en la bicicleta lo que ayuda a avanzar, pero, además, es lo que nos impide caer.
Es evidente que la vida nos enseña a todos y cada uno de nosotros que, independientemente de la edad, estudios y educación que tengamos, siempre tendremos ¡tanto por aprender!… .
[email protected]
A lo largo de la vida y por experiencia, nos vamos dando cuenta de que muchas de esas preocupaciones que rondan nuestra cabeza e impiden nuestro descanso nunca llegan a suceder, de igual manera que acciones que pensábamos que eran imposibles terminan formando parte de nuestros logros. También suele ser la experiencia la que nos enseña que muy pocas cosas a las que verdaderamente damos valor la vamos a conseguir sin esfuerzo. Nos damos cuenta de que muchas veces, ponemos tanta carga en nuestras expectativas, que posteriormente comprobamos que ha sido más grande la propia expectativa que el suceso generado..
La experiencia también nos dicta que no debemos girar la cabeza para mirar atrás salvo para guiar el aprendizaje que nos permita poder afrontar el futuro. E igualmente nos damos cuenta de la importancia que tiene el luchar por las cosas en las que uno cree, independientemente de que consideremos que puede convertirse en una quimera, porque a veces, perseguir imposibles nos permite llegar a posibles que nunca habríamos tenido en mente.
Los años vividos también nos traen como enseñanza que las personas suelen ser lo felices que ellos y solamente ellos deciden ser y que debemos apreciar a nuestros hijos y amigos por lo que son y no por lo que nos gustaría que fueran. Y también nos enseña que la mayor parte de las veces, las personas tienen tanta prisa por lograr lo que consideran “una buena vida”, que, con frecuencia, la vida pasa sin que la perciban.
La propia experiencia nos dicta lo importante que es tener la vista puesta siempre en el día presente y en todos los que tienes en tu futuro. Los libros que te interesan leer, los paseos que vas a dar, los amigos con lo que podrás disfrutar. Esa misma experiencia es la que te permite poder discernir lo importante y a lo que verdaderamente tienes que dedicar tiempo y atención en nuestra vida, aquello que nos va a hacer crecer como personas, de lo que es accesorio, que tantas y tantas veces nos enreda e impide disfrutar de lo que la vida nos permite a cada uno.
La vida nos enseña que es muy importante estar satisfecho con lo que con esfuerzo y dedicación cada uno ha ido logrando, pero que hay que tener siempre la motivación de seguir haciendo cosas. Es el pedaleo en la bicicleta lo que ayuda a avanzar, pero, además, es lo que nos impide caer.
Es evidente que la vida nos enseña a todos y cada uno de nosotros que, independientemente de la edad, estudios y educación que tengamos, siempre tendremos ¡tanto por aprender!… .
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