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Bartolomé Quero de Sevilla
Viernes, 09 de Abril de 2021 Actualizada Viernes, 09 de Abril de 2021 a las 10:21:31 horas

Mejor comprar uno nuevo que repararlo

Esta frase la habrán oído Uds. en más de una ocasión con motivo de la ruptura o defecto de funcionamiento de cualquier electrodoméstico.
El pasado mes de Marzo, entró en vigor una nueva Ley de la Unión Europea que recoge el llamado Derecho de Reparación y que trata de acabar con lo que técnicamente se denomina la obsolescencia programada, esto es, que los fabricantes de electrodomésticos los construyen ya con una fecha de caducidad, que, como por desgracia algunos de Uds.  habrán comprobado, no va más allá de cinco años.
En la ley se establece también que el consumidor pueda reparar, él mismo, el aparato, para lo que la Ley les obliga a tener piezas de repuesto hasta los 10 años. Algunos son manitas y saben sustituir la pieza averiada, evitando así que venga el Servicio Técnico, que, ya saben, solo por venir, ya te cobran 50 ó 60 €, en el mejor de los casos.
Además, la Ley les obliga también a que puedan repararse con herramientas convencionales. También muchos de Uds. se habrán dado cuenta de que al intentar abrir la plancha, la batidora, la maquinilla de afeitar o cualquier otro aparato, se necesitan unas llaves  o destornilladores especiales que solo tienen en el Servicio Técnico.
En otros casos, el aparato viene con remaches o pegado, de tal forma que, para intentar repararlo, hay que romperlo, con lo cual, no se puede reparar.
Todo esto significa que, a partir de ahora, las marcas tienen la obligación, primero de acabar con esa obsolescencia programada de antemano y segundo, tener piezas de repuesto entre  los 7 y 10  años desde la descatalogación del producto, y que se puedan sustituir con herramientas convencionales. Pero además el aparato debe venir con un  manual de instrucciones que especifique las piezas de las que está compuesto y cómo pueden cambiarse, y sobre todo, que sean fácilmente sustituibles.
No obstante, también algunos habrá comprobado que todo lo tienen controlado para no perder dinero, pues aunque tengan la obligación de facilitar las piezas de repuesto para que el consumidor, si sabe, pueda hacer la sustitución él mismo, lo que hacen es venderte las piezas enteras; por ejemplo, si se ha roto la tuerca especial  que sujeta la bisagra de la puerta, no te venden la tuerca, que puede costar menos de  1 €, sino que tienes que comprar la bisagra entera.
En casa nos ha pasado, por el desgaste de la tuerca que sujeta el tirador de la puerta, de menos de  1 cm cuadrado y que puede costar menos de 1 €, hemos tenido que comprar todo el mecanismo. Consecuencia: 54 €.
De nada sirve que nos faciliten las piezas, si son los fabricantes quienes deciden qué componentes integrarán cada pieza y hasta dónde puede desgranarse. Saludos.

 

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