Hartazgo
Evidentemente, la situación que nos está tocando vivir durante este último año y lo que nos resta, está siendo la peor experiencia que la mayor parte de las generaciones que actualmente viven en nuestro país seguramente vayan a tener a lo largo de su vida (incluida la generación que sufrió el conflicto civil a mediados de los años treinta y que ahora se está yendo de la peor forma imaginable, después de haber levantado una nación que quedó asolada por la disputa que enfrentó a sus padres).
Procuro mantener la máxima de ver las cosas que suceden alrededor bajo una óptica positiva y así lo hago ver, aunque alguna vez la vida te aporte contrariedades para las que nadie, por muy optimista que sea se siente preparado, pero hay momentos en los que ves que quienes deberían afrontar de forma positiva y cohesionada este tipo de situaciones inesperadas, son los primeros en dejar a las claras su ineficacia a la hora de afrontar los problemas (cuando las cosas funcionan bien es evidente que cualquiera sirve para liderar).
Sí. Me refiero a esta clase política que nos ha “tocado” apechugar y que nos está ofreciendo toda una lección de desapego a la sociedad para asegurarse su propio bienestar y el de sus allegados cómo única tarea a resolver, lo que les convierte en la única pandemia para la que nuestros científicos no encuentran vacuna que los erradique.
Ya nos dieron un buen anticipo que sirvió de lección magistral cuándo sufrimos las consecuencias más graves de la pandemia en la que mintieron y se enfrentaron unos y otros mientras que la Covid se extendía cómo gota de aceite en agua, enfrentándose unas comunidades con otras cómo si el problema no fuera con ellas, a pesar de ver cómo nuestros mayores iban cayendo por la nula capacidad de nuestras administraciones de saber protegerlos a tiempo.
Cómo de lecciones de egoísmo van cargados, ahora que deben gestionar las vacunas para poder salir cuánto antes de todo este mal sueño en el que nos encontramos, se dedican a montar crisis institucionales entre ellos con la única finalidad de sacar rédito en lo que mucho de ellos va a ser lo único que sepan gestionar, su puesto de trabajo… y no nos llamemos a engaño porque da igual los colores. Desafortunadamente en los partidos políticos se ha incrustado una clase dirigente que le preocupa más bien poco el bienestar social, dedicándose con todo empeño a su particular bienestar sin atender al grave problema que nos aqueja. Esa y no otra es la auténtica pandemia, da igual el color que nos asista.
[email protected]
Evidentemente, la situación que nos está tocando vivir durante este último año y lo que nos resta, está siendo la peor experiencia que la mayor parte de las generaciones que actualmente viven en nuestro país seguramente vayan a tener a lo largo de su vida (incluida la generación que sufrió el conflicto civil a mediados de los años treinta y que ahora se está yendo de la peor forma imaginable, después de haber levantado una nación que quedó asolada por la disputa que enfrentó a sus padres).
Procuro mantener la máxima de ver las cosas que suceden alrededor bajo una óptica positiva y así lo hago ver, aunque alguna vez la vida te aporte contrariedades para las que nadie, por muy optimista que sea se siente preparado, pero hay momentos en los que ves que quienes deberían afrontar de forma positiva y cohesionada este tipo de situaciones inesperadas, son los primeros en dejar a las claras su ineficacia a la hora de afrontar los problemas (cuando las cosas funcionan bien es evidente que cualquiera sirve para liderar).
Sí. Me refiero a esta clase política que nos ha “tocado” apechugar y que nos está ofreciendo toda una lección de desapego a la sociedad para asegurarse su propio bienestar y el de sus allegados cómo única tarea a resolver, lo que les convierte en la única pandemia para la que nuestros científicos no encuentran vacuna que los erradique.
Ya nos dieron un buen anticipo que sirvió de lección magistral cuándo sufrimos las consecuencias más graves de la pandemia en la que mintieron y se enfrentaron unos y otros mientras que la Covid se extendía cómo gota de aceite en agua, enfrentándose unas comunidades con otras cómo si el problema no fuera con ellas, a pesar de ver cómo nuestros mayores iban cayendo por la nula capacidad de nuestras administraciones de saber protegerlos a tiempo.
Cómo de lecciones de egoísmo van cargados, ahora que deben gestionar las vacunas para poder salir cuánto antes de todo este mal sueño en el que nos encontramos, se dedican a montar crisis institucionales entre ellos con la única finalidad de sacar rédito en lo que mucho de ellos va a ser lo único que sepan gestionar, su puesto de trabajo… y no nos llamemos a engaño porque da igual los colores. Desafortunadamente en los partidos políticos se ha incrustado una clase dirigente que le preocupa más bien poco el bienestar social, dedicándose con todo empeño a su particular bienestar sin atender al grave problema que nos aqueja. Esa y no otra es la auténtica pandemia, da igual el color que nos asista.
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