Domingo, 28 de Septiembre de 2025

Actualizada Viernes, 26 de Septiembre de 2025 a las 18:44:46 horas

Elisa Martín
Miércoles, 17 de Marzo de 2021 Actualizada Miércoles, 17 de Marzo de 2021 a las 10:19:54 horas

Hablemos del presente

He leído un detalle curioso sobre este tiempo de pandemia. Tiene relación con nuestras conversaciones. Parece ser que, en este último año, se ha puesto patas arriba incluso el núcleo de nuestra comunicación. Y es que antes, buena parte de ellas giraban en torno al futuro: qué vamos a hacer el fin de semana, un nuevo proyecto, dónde vamos a ir las próximas vacaciones, tal evento profesional, una boda, un concierto, una celebración, un congreso, unas compras…Todos estos temas eran los preferidos en nuestros diálogos con otras personas. Y los comentarios, preguntas, aportaciones y consejos en torno a ello nos daban de sí como para ocupar grandes espacios de palabras en nuestras reuniones. Ahora el coronavirus no solamente ha mermado de manera drástica nuestra vida social. Es que nos ha dejado pocos temas de los que hablar.


Esto supone un cambio más, entre todos los que nos ha traído el covid-19, ese ser microscópico que nos ha enseñado unas cuantas verdades en los últimos meses. Ahora resulta que no sólo tenemos que gestionar la incertidumbre, las intensas emociones que estamos sintiendo o los cambios de actividad que se están produciendo en nuestro día a día. También tenemos que aprender a hablar de otra manera. Esto supone un gran reto porque, si lo analizamos es verdad, a veces dedicábamos más tiempo a lo que íbamos a hacer que a lo que estábamos haciendo. Lo cual no es bueno ni malo, quizás sea la manera de avanzar propia del ser humano. Pero puede ser también que nos hiciera estar desconectados del presente. Seguro que este análisis daría para un buen debate.  Lo cierto es que ahora, los que tienen mejor conversación son las personas con capacidad de profundizar en el diario.


Hay un riesgo que sí estamos corriendo, porque nos puede pasar que, con la tendencia a quejarnos que tenemos los españoles, y a falta de proyectos futuros de los que hablar, nuestras conversaciones tomen unos tintes pesimistas y obsesivos. Estamos viendo cómo muchas conversaciones entran en bucle de quejas y malos augurios. Lo cual no va a traer nada bueno. Por eso propongo que saquemos otros temas en nuestros encuentros (presenciales o virtuales) con los demás.  Es un buen momento para compartir reflexiones sobre los procesos que estamos viviendo, sobre lo que podemos cambiar en nuestra casa o en nuestra vida, qué nos sobraba, qué podemos agradecer, dedicar más tiempo a escuchar a las personas más cercanas, a analizar nuestras emociones, a replantear algunos hábitos, a buscar en otros cajones. ¡Quién dice que el presente no es interesante! Sólo tenemos que mirar con atención…y compartir nuestros descubrimientos. Puede que encontremos todo un mundo y acabemos conociéndonos mejor.

Feliz vida y buenas conversaciones.

Elisa Martín es periodista y coach profesional

 

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.