Apuntalar el turismo y el comercio
Los sectores del turismo y del comercio atraviesan la mayor crisis de su historia y sin medidas paliativas que ayuden a soportar esta dura travesía, que lamentablemente para muchos ya ha acabado con el cierre definitivo de la actividad, la sangría de cierres será mucho mayor..
Ambos sectores están heridos gravemente y necesitan ayudas directas junto con la puesta en marcha de medidas reales y eficientes que ayuden para que estos sectores puedan vislumbrar un horizonte de futuro al final de la pandemia. Algunas previsiones apuntan en una dirección que no nos deja cifras nada halagüeñas: están en serio riesgo de desaparición más de 90.000 establecimientos, y se va a dar una destrucción de aproximadamente 680.000 puestos de trabajo directos, y entre 900.000 y 1,1 millones entre directos e indirectos.
Basta con salir a la calle y preguntar en bares, cafeterías y a hoteleros para ver que la situación es realmente acuciante, por lo que desde algunos foros se demanda la necesidad de instar al Gobierno para que presente con urgencia en Bruselas un plan económico de apoyo público específico para el sector turístico.
En paralelo se debería convocar una Conferencia Sectorial de Turismo extraordinaria, junto con las comunidades autónomas para analizar y consensuar un plan de apoyo a la hostelería que se vea afectada por una suspensión total o por restricciones temporales de la actividad.
En ese plan también se debería contemplar una reducción del IVA aplicado al sector de la hostelería, la restauración y al resto de empresas prestadoras de servicios turísticos, estableciendo el tipo súper reducido del 4% como mínimo durante el año 2021.
Asimismo se debería prorrogar de forma automática hasta el próximo 31 de Diciembre de 2021 los expedientes de regulación temporal de empleo por causa de fuerza mayor o limitaciones de actividad.
También urge aliviar la carga fiscal de los establecimientos de hostelería y comercio mediante la tramitación de un paquete de reducciones, exenciones y bonificaciones de cuotas significativas de impuestos y tasas como IAE, tasas por recogida de basuras, tasas de terrazas, impuesto sobre vehículos de tracción mecánica o tasas que graven pernoctaciones.
Otro peligro que se cierne en estos momentos es la previsible avalancha de concursos que pueden producirse a partir del 14 de marzo cuando finalice la moratoria concursal. La necesidad inmediata de las empresas pasa por reforzar su solvencia y se requieren ayudas directas que salven empresas y puestos de trabajo porque los 11.000 millones anunciados se quedan cortos.
Los sectores del turismo y del comercio atraviesan la mayor crisis de su historia y sin medidas paliativas que ayuden a soportar esta dura travesía, que lamentablemente para muchos ya ha acabado con el cierre definitivo de la actividad, la sangría de cierres será mucho mayor..
Ambos sectores están heridos gravemente y necesitan ayudas directas junto con la puesta en marcha de medidas reales y eficientes que ayuden para que estos sectores puedan vislumbrar un horizonte de futuro al final de la pandemia. Algunas previsiones apuntan en una dirección que no nos deja cifras nada halagüeñas: están en serio riesgo de desaparición más de 90.000 establecimientos, y se va a dar una destrucción de aproximadamente 680.000 puestos de trabajo directos, y entre 900.000 y 1,1 millones entre directos e indirectos.
Basta con salir a la calle y preguntar en bares, cafeterías y a hoteleros para ver que la situación es realmente acuciante, por lo que desde algunos foros se demanda la necesidad de instar al Gobierno para que presente con urgencia en Bruselas un plan económico de apoyo público específico para el sector turístico.
En paralelo se debería convocar una Conferencia Sectorial de Turismo extraordinaria, junto con las comunidades autónomas para analizar y consensuar un plan de apoyo a la hostelería que se vea afectada por una suspensión total o por restricciones temporales de la actividad.
En ese plan también se debería contemplar una reducción del IVA aplicado al sector de la hostelería, la restauración y al resto de empresas prestadoras de servicios turísticos, estableciendo el tipo súper reducido del 4% como mínimo durante el año 2021.
Asimismo se debería prorrogar de forma automática hasta el próximo 31 de Diciembre de 2021 los expedientes de regulación temporal de empleo por causa de fuerza mayor o limitaciones de actividad.
También urge aliviar la carga fiscal de los establecimientos de hostelería y comercio mediante la tramitación de un paquete de reducciones, exenciones y bonificaciones de cuotas significativas de impuestos y tasas como IAE, tasas por recogida de basuras, tasas de terrazas, impuesto sobre vehículos de tracción mecánica o tasas que graven pernoctaciones.
Otro peligro que se cierne en estos momentos es la previsible avalancha de concursos que pueden producirse a partir del 14 de marzo cuando finalice la moratoria concursal. La necesidad inmediata de las empresas pasa por reforzar su solvencia y se requieren ayudas directas que salven empresas y puestos de trabajo porque los 11.000 millones anunciados se quedan cortos.