No sólo los jóvenes tienen la culpa
Los medios de comunicación, nos informan cada Lunes de las intervenciones de las Policías para abortar fiestas y reuniones ilegales de personas, fundamentalmente jóvenes, que practican estas concentraciones sin respetar ni horario de toque de queda, ni, y esto es lo peor, sin respetar ninguna de las medidas de seguridad que las diferentes comunidades autónomas nos imponen o recomiendan, para evitar la transmisión de la pandemia del COVID 19.
Vemos, en especial en las Televisiones, aglomeraciones de gente joven en espacios cerrados, sin mascarillas, sin distancias, compartiendo cigarros, pipas, vasos, etc.
Resulta evidente que estas conductas favorecen la transmisión del virus y que pueden ocasionar la muerte de los padres, abuelos, e incluso de ellos mismos.
Pero resulta que también los mayores, somos igual de imprudentes e insolidarios, y lo explico.
Una de las normas impuestas, al menos en nuestra comunidad extremeña, es hacer el uso de la mascarilla, siempre, incluso en los bares y restaurantes cuando nos sentamos a comer. Es lo mismo, que ya publiqué en otro artículo de este periódico, en cuanto a los que fuman. Tanto en el caso de la hostelería como en el del tabaco, la mascarilla debe estar colocada siempre y solo retirarla en el momento de ingerir el alimento, la bebida o dar la chupada o calada al cigarro y volverla a colocar inmediatamente.
Y vemos que esto no lo hace casi nadie. El pasado sábado estuve comiendo en un restaurante de Badajoz y en el comedor, que podría haber unas siete mesas, eso sí retiradas más de dos metros unas de otras, todos los clientes, nada más sentarse en la mesa, se despojaron de las mascarillas y las colocaron o bien en la silla o bien las guardaron en los bolsillos.
Y aunque la puerta estaba abierta, (solo tenía una), nada más que con que hubiera un positivo en Covid, lo habríamos cogido todos, pues es evidente que un simple golpe de tos, una conversación subida de tono, un estornudo etc., hubiera hecho circular el virus por todo el local.
Es lo mismo que la gente que va fumando por la calle y lleva la mascarilla en la mano, porque cree, erróneamente por supuesto, que puede hacerlo.
Pues bien, de esas personas que estaban comiendo en el local, la más joven estaba cerca de los 40 años, y aunque en esta edad, aún la persona se considera joven, desde luego, no son los que vemos en las fiestas que aborta la Policía.
Por tanto, así no vamos a frenar los contagios, a pesar de que se está consiguiendo, pero estoy seguro que lo habríamos conseguido mucho antes y hubiéramos evitado muchas muertes, si todos, jóvenes y mayores, hubiéramos respetado las normas. Saludos
Los medios de comunicación, nos informan cada Lunes de las intervenciones de las Policías para abortar fiestas y reuniones ilegales de personas, fundamentalmente jóvenes, que practican estas concentraciones sin respetar ni horario de toque de queda, ni, y esto es lo peor, sin respetar ninguna de las medidas de seguridad que las diferentes comunidades autónomas nos imponen o recomiendan, para evitar la transmisión de la pandemia del COVID 19.
Vemos, en especial en las Televisiones, aglomeraciones de gente joven en espacios cerrados, sin mascarillas, sin distancias, compartiendo cigarros, pipas, vasos, etc.
Resulta evidente que estas conductas favorecen la transmisión del virus y que pueden ocasionar la muerte de los padres, abuelos, e incluso de ellos mismos.
Pero resulta que también los mayores, somos igual de imprudentes e insolidarios, y lo explico.
Una de las normas impuestas, al menos en nuestra comunidad extremeña, es hacer el uso de la mascarilla, siempre, incluso en los bares y restaurantes cuando nos sentamos a comer. Es lo mismo, que ya publiqué en otro artículo de este periódico, en cuanto a los que fuman. Tanto en el caso de la hostelería como en el del tabaco, la mascarilla debe estar colocada siempre y solo retirarla en el momento de ingerir el alimento, la bebida o dar la chupada o calada al cigarro y volverla a colocar inmediatamente.
Y vemos que esto no lo hace casi nadie. El pasado sábado estuve comiendo en un restaurante de Badajoz y en el comedor, que podría haber unas siete mesas, eso sí retiradas más de dos metros unas de otras, todos los clientes, nada más sentarse en la mesa, se despojaron de las mascarillas y las colocaron o bien en la silla o bien las guardaron en los bolsillos.
Y aunque la puerta estaba abierta, (solo tenía una), nada más que con que hubiera un positivo en Covid, lo habríamos cogido todos, pues es evidente que un simple golpe de tos, una conversación subida de tono, un estornudo etc., hubiera hecho circular el virus por todo el local.
Es lo mismo que la gente que va fumando por la calle y lleva la mascarilla en la mano, porque cree, erróneamente por supuesto, que puede hacerlo.
Pues bien, de esas personas que estaban comiendo en el local, la más joven estaba cerca de los 40 años, y aunque en esta edad, aún la persona se considera joven, desde luego, no son los que vemos en las fiestas que aborta la Policía.
Por tanto, así no vamos a frenar los contagios, a pesar de que se está consiguiendo, pero estoy seguro que lo habríamos conseguido mucho antes y hubiéramos evitado muchas muertes, si todos, jóvenes y mayores, hubiéramos respetado las normas. Saludos