El Hospital Materno Infantil de Badajoz ha establecido un protocolo COVID mediante el cual las parturientas no pueden estar acompañadas por su pareja.

Según el protocolo, que algún comité de expertos o el responsable del Hospital ha creído oportuno, las parturientas COVID que llegan con su pareja tienen que entrar solas en las instalaciones y no estar acompañadas en ningún momento por familiar alguno.

Así, el padre del neonato tiene que permanecer fuera sin poder participar en nada relativo al parto ni atender a la paciente.

Pueden pasar las horas y los días y no pueden tener a ningún familiar a su lado, aunque hayan estado conviviendo todo el tiempo anterior.

Una vez que el bebé ha llegado a la vida, es trasladado junto a la madre, a planta. En la habitación designada, madre e hijo permanecen solos con un timbre que, en caso de necesidad, pulsa.  Las enfermeras se encuentran en otro ala y son llamadas por teléfono para que vayan a prestar la atención requerida. Mientras, en la distancia madre y bebé están solos. El bebé tiene que ser atendido, en su totalidad, por una madre convaleciente y sin fuerzas, que apenas puede moverse.

Los restos de sangre y suciedad del bebé quedarán levemente impregnados en las toallitas húmedas, hasta que la madre recupere fuerzas para poder lavarlo cuando llegue a su casa ya que, por otra parte, no tiene bañeras ni medios para asearlo adecuadamente.

Gracias a la excelente atención recibida en todo momento por parte del personal sanitario del Materno y a la calidad humana y profesionalidad, las parturientas se encuentran menos solas y desprotegidas, aunque no pueden sustituir en modo alguno al padre del neonato.

Estas medidas protocolarias son asumidas por todos pero no son compartidas por nadie, ni pacientes ni sanitarios.

Toda vez que este protocolo no está generalizado en todos los hospitales es por lo que Atención al Paciente recibe quejas para cambiarlo y, así, poder humanizar y facilitar el trámite de las parturientas y la llegada al mundo de un bebé y solicitamos, en  beneficio de las próximas madres, la reconsideración, por parte de la dirección o a quien corresponda, de este protocolo tan deshumanizado.