Martes, 28 de Octubre de 2025

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Lucas Navareño
Viernes, 11 de Septiembre de 2020 Actualizada Viernes, 11 de Septiembre de 2020 a las 19:03:34 horas

La vuelta de los Corticoles

Nunca una vuelta de los alumnos a los centros educativos tuvo tanta repercusión como la que está teniendo lugar este año y que se va a prolongar bastante tiempo por las diferentes características de centros, profesorado e instituciones educativas. Habría que ser temerario para pensar en los pasados carnavales que la situación por la que estamos pasando podría tener el desenlace que está teniendo. De toda la información que ha circulado y que se podría considerar medianamente fidedigna y veraz, ninguna hasta ahora de las que he leído, ha acertado con lo que ha ido ocurriendo a lo largo de estos meses, lo que quiere decir, qué a todos, incluidos expertos, nos ha cogido con el paso cambiado.
La información que nos ha llegado ha sido (y es) contradictoria según que fuentes, lo que crea mucha inseguridad en los ciudadanos que no saben que referencia tomar y así estamos, tomando posiciones y disparando al que tenemos enfrente. Pero no quiero desviarme, si no hay catástrofe en estos días previos, la vuelta al cole se llevará a cabo a partir del 10 de septiembre aquí en Extremadura al igual que se han ido produciendo la vuelta del resto de sectores. Es lo normal. El centro de referencia de los niños es el colegio. Allí tienen las mismas posibilidades y allí es donde se enseña. Hacerlo en casa permite jugar con ventaja a unos sobre otros y eso no sería justo. Para el malpensado que cree que el profesor prefiere trabajar en casa por comodidad ya le digo que se equivoca de pleno. Durante el confinamiento, el profesorado tuvo que trabajar como nunca se había hecho en educación. No ha tenido horas, en cualquier momento era requerido por sus alumnos. Preparó temas para poder trabajar de forma eficiente, se formó de forma acelerada y ha tenido que cargar con el sambenito de trabajar bajo mínimos y dejar las tareas para los padres (atrevida es la ignorancia).
Lo cierto es que nuestra autonomía tiene distintos escenarios y, salvo que la pandemia alcance cotas catastróficas, en muchos de nuestros centros educativos la enseñanza se podrá impartir tomando las medidas adecuadas, y sus docentes son los más capacitados para llevarla a cabo con la máxima garantía. Es posible que haya que desarrollar fórmulas en las que la presencia de los alumnos sea rotativa o para quienes más la precisen y, para toda esa carga, se tendrá que aumentar el número de profesores. Lo injusto sería duplicar el trabajo del profesorado y subir el número de tareas administrativas ya de por sí mareantes. Y por supuesto, la salud ha de ser prioridad.
El reto es mayúsculo para todos, y voceros hay en cada esquina, pero para que el carro se mueva hay que tirar de él (o empujar si se hace en la dirección correcta). Ya llegará quien meta los palos a la rueda. lucas.miura@gmail.com

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