Lunes, 27 de Octubre de 2025

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Auxiliadora Correa Zamora | 239
Viernes, 11 de Septiembre de 2020 Actualizada Viernes, 11 de Septiembre de 2020 a las 19:00:14 horas

Activando España con garantías

Pedro Sánchez decía en julio haber derrotado al virus y que no nos preocupásemos con los rebrotes cuando lo único que ha hecho en estos meses ha sido emular permanentemente a Pilatos, lavándose las manos en los asuntos más trascendentes para el futuro de nuestro país, además de irse de vacaciones y escabullirse sin poner encima de la mesa una acción conjunta con las comunidades autónomas que permitiera implantar un marco unitario de acción.
Sin un marco claro y acordado por todos los partes implicadas, estamos condenados a una política errática de vaivenes, rectificaciones y bandazos en el que nadie parece conocer el rumbo. Y lo más desalentador de todo sería que cada vez cundiría más la sensación de que España no tiene a nadie al frente del timón gubernamental que marque el norte de la actuación política y nos lleve al buen puerto de la salida de esta crisis en la que estamos inmersos.
Sánchez demanda en cada aparición pública lealtad a las administraciones y a los partidos políticos, pero en ningún momento la ha ejercido en justa reciprocidad, como sería deseable.
Desde el Partido Popular se le han ofrecido cuatro planes para combatir la pandemia, en los ámbitos sanitario, educativo, económico y jurídico. Un plan B, sin necesidad de recurrir al estado de alarma, centrado en estos cuatro puntos que permitiría abordar la situación de pandemia, ofreciendo soluciones con las leyes actuales, volviendo al mando único y a la limitación de movimientos si fuera necesario
Los españoles le exigen al presidente del Gobierno soluciones ante la pandemia, certidumbre, seguridad y empleo. Nadie entiende el triunfalismo de Pedro Sánchez en materia económica cuando no hay una recuperación vigorosa, sino una alarma de 7 millones de españoles que quieren trabajar y no pueden. Son muchas voces las que se alzan desde diversos campos pidiendo con urgencia un alto comisionado que, desde un punto de vista independiente y profesional, afronte la reconstrucción del país, como han hecho otros países europeos para evitar las tentaciones de caer en el peronismo y el clientelismo.
Asunto este del clientelismo que parece tener el sello made in Podemos que parecer ser quien manda, o al menos lleva la voz cantante y marca el paso político del actual Gobierno. Un socio preferente con quien Sánchez va a seguir gobernando, pese a ser el partido que plantea la abdicación del Rey, la autodeterminación de Cataluña y quiere blanquear a ETA lo que añade un plus de incertidumbre y desasosiego al clima político que se vive en España en la actualidad en la que se requiere justo lo contrario: estabilidad y sosiego.

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