Aída Gragera Bautista, Profesora de Piano en el Conservatorio Profesional de Música de Montijo
![[Img #87343]](https://cronicasdeunpueblo.es/upload/images/08_2020/3658_entrevista-jul20-aida-11.jpg)
De estudiante en el Conservatorio de Música, a profesora.
Desde pequeña, imbuida por el ambiente de casa, compaginó sus estudios con la música. Cursó estudios superiores de piano y recibió clases magistrales de los mejores maestros.
Como Jefa de Estudios fomenta salir del aula para llevar la música a la calle a través de los conciertos de los alumnos, entre otras actividades.
Como otros colectivos, durante el estado de alarma provocado el COVID 19, han sustituido las clases presenciales por las “on line”, superando con éxito el curso.
Junto con su madre Rosa, ha sido componente del la Agrupación Cultural Agla.
¿Puede presentarse?
Nací en Montijo. Mi infancia transcurrió entre juegos en la calle Arriba, las tiendas de mi familia, la casa de mis abuelos maternos y el Conservatorio, en el que empecé a la edad de siete años.
Hija de Evelio Bautista y de Rosa Gragera. Mi padre tuvo varias ocupaciones y mi madre siempre ha estado al frente de alguna de las tiendas familiares junto a sus hermanos y padres. Mis padres nacieron en Montijo y de aquí son también mis dos hermanos y mi hermana.
Sus primeros colegios…
Asistí, junto con mis hermanos, al Colegio Príncipe de Asturias, del cual guardo muy buenos recuerdos de grandes profesionales, que impartían clases allí. En Infantil, con la señorita Maruja que nos trataba con el cariño de una madre, en otros cursos superiores recuerdo a Don José Madrid … En fin, hay muchos de ellos que nos transmitieron grandes valores y conocimientos.
¿Qué estudios cursó?
En la formación no musical, finalicé COU en el Instituto Vegas Bajas. Y en cuanto a la música, cursé los seis primeros años en el Conservatorio de Montijo y en Badajoz, en el Conservatorio Bonifacio Gil, finalicé los estudios superiores de piano con el profesor Alexander Kandelaki.
Su primer día en el Conservatorio, ¿cómo lo recuerda?
Mi primer día en el Conservatorio lo tengo marcado en mi memoria como un día determinante en quién soy en la vida. Recuerdo llegar a casa de mis abuelos y comentarles a ellos y a mi madre que tenía clarísimo a qué me quería dedicar el resto de mis días.
¿Cómo pasó su infancia?
Entre el piano, mis amigos y la familia. A lo mejor estaba más ocupada que el resto de los chicos y chicas por mi amor a la música y el esfuerzo que suponía compaginar el colegio y el Conservatorio, pero a mí me compensaba porque invertía mi tiempo en algo que me hacía y hace feliz, algo tan maravilloso como la música.
¿Cuál fue su formación profesional?
Como ya he comentado anteriormente, tengo estudios superiores de piano, y he realizado múltiples cursos de perfeccionamiento por toda España desde los 13 años.
Además de la formación con Alexander Kandelaki, también he recibido clases magistrales de Claudio Martínez Menher, Guillermo González, Alexia Guiomar, Emmanuel Ferrer Laloe , Ana Guijarro, Enrique García Asensio...
¿Dónde ha trabajado?
Tras una breve experiencia en la Escuela de Música de Calamonte, me presenté a una plaza de profesora de piano en el Conservatorio de Montijo, la gané y aquí sigo después de 21 años.
¿Cómo ha sido su experiencia laboral?
En lo profesional, muy gratificante. En lo personal y humano, también. Tan solo hemos tenido algunos sinsabores cuando algunos políticos no han llegado a comprender ni a apreciar el contar con un centro reconocido en toda Extremadura por la calidad del alumnado y de las familias que están detrás de ellos y los apoyan.
¿Recuerda su primer instrumento?
Cuando hice el ingreso al centro, solicité como primera opción arpa, porque era un instrumento cuyo sonido me llamaba la atención. Como no había profesor de esta especialidad aquí, mi segunda opción fue el piano. Y fue amor a primera vista...
¿Cómo fueron sus inicios?
Mi primer profesor fue Javier Cotallo, al que debo el haber sembrado en mí la vocación por la música. Recuerdo esa clase en la antigua Casa de la Cultura en la que en los inviernos teníamos que ir con guantes recortados y abrigo para poder tocar, con un techo de uralita y los cristales rotos … a Marina Regalado en Secretaría con un brasero debajo de la mesa para calentarse porque eso era lo que había...
¿Desde cuando se dedica a la música?
Desde los siete años, toda una vida. Si es cierto que el hecho de dedicarme a esto se lo debo principalmente a mi madre que siempre ha apostado por mí, ya que en la vida del estudiante, siempre hay momentos de bajón y tener el apoyo y la comprensión que te ayuden a continuar, es fundamental.
¿De dónde le viene esa pasión?
En mi casa siempre ha sido habitual escuchar música de diversa índole, puesto que mi padre era aficionado a la ópera, y a mi madre siempre la he escuchado cantando folclore; no en vano, ambas hemos sido componentes de la Agrupación Cultural Agla durante muchos años. También, en su día, mi abuela paterna recibió clases de piano de Doña Rafaela Guisado y cuando uno vive entre música acaba formando parte de su vida de forma muy natural.
¿Cuáles son sus proyectos?
Profesionales, el seguir enseñando en este Conservatorio si las circunstancias lo permiten. En lo personal, el ver crecer a mi hijo, junto con mi marido, y contribuir a que sea siempre una buena persona y que la vida le depare buenas cosas.
Lo digital ha revolucionado todo, ¿también la música?
En cuanto a la música clásica, en lo fundamental es lo mismo: la tecnología no puede suplir matices tan humanos que conlleva la música, como la expresividad, la emoción, el carácter. Ahora bien, si que es cierto que el acceso a grabaciones, partituras, conciertos es más fácil y directo.
¿Más que un hobby?
Sí, en mi caso, como creo que en el de la mayoría de los músicos es algo que está tan integrado en nosotros como el ADN.
¿Cuáles son sus pasiones en su vida?
Leer, viajar, el arte en general.
Profesora de Piano en el Conservatorio Profesional de Música de Montijo. ¿Qué imparte?
Además de tener alumnos de los distintos grados de piano, imparto también clases de Lenguaje Musical.
Recitales… ¿Alguno preferido?
De los que yo he dado, recuerdo con mucho cariño un concierto en el Museo Pérez Comendador-Lerroux en Hervás (Cáceres), porque me resultó maravillosa la atmósfera que se creó. De los que he asistido me impresionó mucho ver tocar a María Joao Pires ya que la sensación era que no tocaba, sino que acariciaba sobre las teclas, y el sonido era embriagador. Y de los recitales que ofrecen mis alumnos al finalizar las enseñanzas profesionales, que de algún modo son como míos, los conservo en mi memoria con mucho cariño.
Forma parte del equipo directivo del Conservatorio Municipal de Música como Jefa de Estudios ¿Qué destacaría de su labor?
Mi labor como Jefa de Estudios tiene una componente de coordinación de contenidos académicos, de elaboración de horarios de profesorado y alumnado, de ser una figura de enlace dentro de la comunidad educativa entre profesores, alumnos, madres y padres y de organización de actividades complementarias.
¿Alguna carencia reseñable?
Si bien es cierto que a lo largo del tiempo se ha conseguido tener un edificio en muy buenas condiciones, no puedo decir lo mismo del material, puesto que la mayor parte está aquí desde los inicios, en 1986. Hablamos de que los instrumentos que utilizamos no están en buenas condiciones y el mobiliario, tampoco.
Evolución del conservatorio…
Pasó de ser inicialmente una Escuela Municipal de Música a Conservatorio Elemental en 1986, en la Casa de la Cultura. Después pasamos a una casa en la Plaza Luis Braille. Después nos trasladamos al edificio anexo a la Casa del Navegante, donde en 2006 nos concedieron el grado profesional. Y por último, desde hace pocos años estamos en las más modernas instalaciones de la Calle La Silera.
¿Costó llegar hasta conseguir estas instalaciones?
Sí, porque siempre habíamos estado en unas instalaciones precarias y poco adecuadas para trabajar con niños. Fue una labor ardua de convencer a los responsables municipales de aquel momento por parte del AMPA y del anterior director, Luis Gordillo.
¿Actividades que realizan más importantes?
Además de las audiciones por especialidad que se hacen trimestralmente, también realizamos los conciertos de Navidad, Semana Santa y fin de curso. Nos encanta salir del aula y acercar la música a cualquier colectivo: colegios, guarderías, residencias de mayores, centros de día. El primer fin de semana de junio salimos a varias plazas del centro con la actividad Música a la calle para que nos conozcan todos los montijanos. Desde hace tres años hacemos una semana cultural cargada de actividades, muchas de ellas abiertas al público en general. Realizamos también intercambios con otros centros. En fin, en un curso normal hemos llegado a cerca de cien actividades de toda índole.
¿Qué tipo de alumnos ha tenido?
En general “mis niños” (como yo los llamo) son alumnos excepcionales en todos los aspectos. Sí que es cierto que hay algunos que los llevo dentro de mi corazón, porque pueden llegar hasta diez años juntos con aquellos que finalizan los estudios de grado profesional.
¿De dónde proceden los alumnos?
Hay alumnos de toda la comarca. Lógicamente, por cercanía y población muchos son de Montijo y Puebla de la Calzada, pero otros vienen de Guadiana, Valdelacalzada, Carmonita, Villar del Rey, Mérida, Badajoz.... Como centro público se acepta a todos, previa superación de las pruebas de acceso pertinentes.
Algunos reivindican que se haga cargo la Junta ¿qué opina?
Parece que esta reivindicación está cada vez más cerca de ser una realidad, previo acuerdo entre Junta de Extremadura y Ayuntamiento. A día de hoy no hay noticias firmes de cuándo y cómo. Para las familias y el alumnado entendemos que el traspaso será positivo en cuanto a los costes económicos pero a quienes trabajamos allí, lógicamente nos causa incertidumbre por no conocer nuestro futuro laboral.
¿Qué repercusión tiene en Montijo contar con un conservatorio Profesional?
Contar con un centro profesional es ofrecerle a todos los ciudadanos una opción de futuro. Obtienen una titulación académica oficial que siempre va a sumar en su futuro laboral. Y para aquellos que vayan a hacer el grado superior (equiparado a enseñanzas universitarias), de nuestro centro salen bien preparados para abordarlos.
¿Hasta dónde le gustaría llegar profesionalmente?
Mi prioridad es la enseñanza y formarme para seguir enseñando.
¿Cómo ha afectado el COVID-19 al Conservatorio?
Como a toda comunidad educativa, un cambio radical en la formas de dar clase. Desde el minuto cero hemos intentado que los alumnos recibieran todas las clases que estaban dando en el centro, de forma online. Todo el claustro de profesores ha sumado con sus iniciativas y su buen hacer; pero voy a destacar el comportamiento ejemplar de alumnos y familias que han puesto todo su esfuerzo en que se notara un poquito menos lo insólito de la situación.
¿Un antes y un después?
Sí, pero teniendo en cuenta que nunca la tecnología puede suplir al 100% el factor humano que precisan estas enseñanzas.
¿Qué contacto han tenido con el alumnado?
Clases online, llamadas, videoconferencias, tutoriales, colaboración en actividades conjuntas aunque fuera cada uno grabándose en su casa y uniendo las partes.
¿Cómo lo han vivido?
Con un poco de ansiedad al principio hasta que nos acostumbramos todos a trabajar de esta forma.
¿Cómo se van a iniciar las clases?
Siguiendo las instrucciones de la Consejería de Educación, como el resto de centros públicos. Nos encantaría que fuera como siempre, presenciales, pero todo irá en función de lo que marquen las autoridades educativas.
NOMBRE: Aída Gragera Bautista.
RESIDENCIA: Montijo.
ESTADO CIVIL: Casada.
UN LUGAR PARA VIVIR: Cerca del mar.
UN LUGAR PARA PERDERSE: Petra (Jordania).
UNA COMPAÑÍA: Mi familia y mis amigas.
UNA MÚSICA: Concierto nº 2 para piano de Rachmaninoff.
UNA LECTURA: Cualquiera que caiga en mis manos.
UN HOBBY: Pintar, hacer cerámica.
UN SUEÑO: Más entendimiento y unidad en las personas.
![[Img #87341]](https://cronicasdeunpueblo.es/upload/images/08_2020/5737_entrevista-jul20-aida-31.jpg)
De estudiante en el Conservatorio de Música, a profesora.
Desde pequeña, imbuida por el ambiente de casa, compaginó sus estudios con la música. Cursó estudios superiores de piano y recibió clases magistrales de los mejores maestros.
Como Jefa de Estudios fomenta salir del aula para llevar la música a la calle a través de los conciertos de los alumnos, entre otras actividades.
Como otros colectivos, durante el estado de alarma provocado el COVID 19, han sustituido las clases presenciales por las “on line”, superando con éxito el curso.
Junto con su madre Rosa, ha sido componente del la Agrupación Cultural Agla.
¿Puede presentarse?
Nací en Montijo. Mi infancia transcurrió entre juegos en la calle Arriba, las tiendas de mi familia, la casa de mis abuelos maternos y el Conservatorio, en el que empecé a la edad de siete años.
Hija de Evelio Bautista y de Rosa Gragera. Mi padre tuvo varias ocupaciones y mi madre siempre ha estado al frente de alguna de las tiendas familiares junto a sus hermanos y padres. Mis padres nacieron en Montijo y de aquí son también mis dos hermanos y mi hermana.
Sus primeros colegios…
Asistí, junto con mis hermanos, al Colegio Príncipe de Asturias, del cual guardo muy buenos recuerdos de grandes profesionales, que impartían clases allí. En Infantil, con la señorita Maruja que nos trataba con el cariño de una madre, en otros cursos superiores recuerdo a Don José Madrid … En fin, hay muchos de ellos que nos transmitieron grandes valores y conocimientos.
¿Qué estudios cursó?
En la formación no musical, finalicé COU en el Instituto Vegas Bajas. Y en cuanto a la música, cursé los seis primeros años en el Conservatorio de Montijo y en Badajoz, en el Conservatorio Bonifacio Gil, finalicé los estudios superiores de piano con el profesor Alexander Kandelaki.
Su primer día en el Conservatorio, ¿cómo lo recuerda?
Mi primer día en el Conservatorio lo tengo marcado en mi memoria como un día determinante en quién soy en la vida. Recuerdo llegar a casa de mis abuelos y comentarles a ellos y a mi madre que tenía clarísimo a qué me quería dedicar el resto de mis días.
¿Cómo pasó su infancia?
Entre el piano, mis amigos y la familia. A lo mejor estaba más ocupada que el resto de los chicos y chicas por mi amor a la música y el esfuerzo que suponía compaginar el colegio y el Conservatorio, pero a mí me compensaba porque invertía mi tiempo en algo que me hacía y hace feliz, algo tan maravilloso como la música.
¿Cuál fue su formación profesional?
Como ya he comentado anteriormente, tengo estudios superiores de piano, y he realizado múltiples cursos de perfeccionamiento por toda España desde los 13 años.
Además de la formación con Alexander Kandelaki, también he recibido clases magistrales de Claudio Martínez Menher, Guillermo González, Alexia Guiomar, Emmanuel Ferrer Laloe , Ana Guijarro, Enrique García Asensio...
¿Dónde ha trabajado?
Tras una breve experiencia en la Escuela de Música de Calamonte, me presenté a una plaza de profesora de piano en el Conservatorio de Montijo, la gané y aquí sigo después de 21 años.
¿Cómo ha sido su experiencia laboral?
En lo profesional, muy gratificante. En lo personal y humano, también. Tan solo hemos tenido algunos sinsabores cuando algunos políticos no han llegado a comprender ni a apreciar el contar con un centro reconocido en toda Extremadura por la calidad del alumnado y de las familias que están detrás de ellos y los apoyan.
¿Recuerda su primer instrumento?
Cuando hice el ingreso al centro, solicité como primera opción arpa, porque era un instrumento cuyo sonido me llamaba la atención. Como no había profesor de esta especialidad aquí, mi segunda opción fue el piano. Y fue amor a primera vista...
¿Cómo fueron sus inicios?
Mi primer profesor fue Javier Cotallo, al que debo el haber sembrado en mí la vocación por la música. Recuerdo esa clase en la antigua Casa de la Cultura en la que en los inviernos teníamos que ir con guantes recortados y abrigo para poder tocar, con un techo de uralita y los cristales rotos … a Marina Regalado en Secretaría con un brasero debajo de la mesa para calentarse porque eso era lo que había...
¿Desde cuando se dedica a la música?
Desde los siete años, toda una vida. Si es cierto que el hecho de dedicarme a esto se lo debo principalmente a mi madre que siempre ha apostado por mí, ya que en la vida del estudiante, siempre hay momentos de bajón y tener el apoyo y la comprensión que te ayuden a continuar, es fundamental.
¿De dónde le viene esa pasión?
En mi casa siempre ha sido habitual escuchar música de diversa índole, puesto que mi padre era aficionado a la ópera, y a mi madre siempre la he escuchado cantando folclore; no en vano, ambas hemos sido componentes de la Agrupación Cultural Agla durante muchos años. También, en su día, mi abuela paterna recibió clases de piano de Doña Rafaela Guisado y cuando uno vive entre música acaba formando parte de su vida de forma muy natural.
¿Cuáles son sus proyectos?
Profesionales, el seguir enseñando en este Conservatorio si las circunstancias lo permiten. En lo personal, el ver crecer a mi hijo, junto con mi marido, y contribuir a que sea siempre una buena persona y que la vida le depare buenas cosas.
Lo digital ha revolucionado todo, ¿también la música?
En cuanto a la música clásica, en lo fundamental es lo mismo: la tecnología no puede suplir matices tan humanos que conlleva la música, como la expresividad, la emoción, el carácter. Ahora bien, si que es cierto que el acceso a grabaciones, partituras, conciertos es más fácil y directo.
¿Más que un hobby?
Sí, en mi caso, como creo que en el de la mayoría de los músicos es algo que está tan integrado en nosotros como el ADN.
¿Cuáles son sus pasiones en su vida?
Leer, viajar, el arte en general.
Profesora de Piano en el Conservatorio Profesional de Música de Montijo. ¿Qué imparte?
Además de tener alumnos de los distintos grados de piano, imparto también clases de Lenguaje Musical.
Recitales… ¿Alguno preferido?
De los que yo he dado, recuerdo con mucho cariño un concierto en el Museo Pérez Comendador-Lerroux en Hervás (Cáceres), porque me resultó maravillosa la atmósfera que se creó. De los que he asistido me impresionó mucho ver tocar a María Joao Pires ya que la sensación era que no tocaba, sino que acariciaba sobre las teclas, y el sonido era embriagador. Y de los recitales que ofrecen mis alumnos al finalizar las enseñanzas profesionales, que de algún modo son como míos, los conservo en mi memoria con mucho cariño.
Forma parte del equipo directivo del Conservatorio Municipal de Música como Jefa de Estudios ¿Qué destacaría de su labor?
Mi labor como Jefa de Estudios tiene una componente de coordinación de contenidos académicos, de elaboración de horarios de profesorado y alumnado, de ser una figura de enlace dentro de la comunidad educativa entre profesores, alumnos, madres y padres y de organización de actividades complementarias.
¿Alguna carencia reseñable?
Si bien es cierto que a lo largo del tiempo se ha conseguido tener un edificio en muy buenas condiciones, no puedo decir lo mismo del material, puesto que la mayor parte está aquí desde los inicios, en 1986. Hablamos de que los instrumentos que utilizamos no están en buenas condiciones y el mobiliario, tampoco.
Evolución del conservatorio…
Pasó de ser inicialmente una Escuela Municipal de Música a Conservatorio Elemental en 1986, en la Casa de la Cultura. Después pasamos a una casa en la Plaza Luis Braille. Después nos trasladamos al edificio anexo a la Casa del Navegante, donde en 2006 nos concedieron el grado profesional. Y por último, desde hace pocos años estamos en las más modernas instalaciones de la Calle La Silera.
¿Costó llegar hasta conseguir estas instalaciones?
Sí, porque siempre habíamos estado en unas instalaciones precarias y poco adecuadas para trabajar con niños. Fue una labor ardua de convencer a los responsables municipales de aquel momento por parte del AMPA y del anterior director, Luis Gordillo.
¿Actividades que realizan más importantes?
Además de las audiciones por especialidad que se hacen trimestralmente, también realizamos los conciertos de Navidad, Semana Santa y fin de curso. Nos encanta salir del aula y acercar la música a cualquier colectivo: colegios, guarderías, residencias de mayores, centros de día. El primer fin de semana de junio salimos a varias plazas del centro con la actividad Música a la calle para que nos conozcan todos los montijanos. Desde hace tres años hacemos una semana cultural cargada de actividades, muchas de ellas abiertas al público en general. Realizamos también intercambios con otros centros. En fin, en un curso normal hemos llegado a cerca de cien actividades de toda índole.
¿Qué tipo de alumnos ha tenido?
En general “mis niños” (como yo los llamo) son alumnos excepcionales en todos los aspectos. Sí que es cierto que hay algunos que los llevo dentro de mi corazón, porque pueden llegar hasta diez años juntos con aquellos que finalizan los estudios de grado profesional.
¿De dónde proceden los alumnos?
Hay alumnos de toda la comarca. Lógicamente, por cercanía y población muchos son de Montijo y Puebla de la Calzada, pero otros vienen de Guadiana, Valdelacalzada, Carmonita, Villar del Rey, Mérida, Badajoz.... Como centro público se acepta a todos, previa superación de las pruebas de acceso pertinentes.
Algunos reivindican que se haga cargo la Junta ¿qué opina?
Parece que esta reivindicación está cada vez más cerca de ser una realidad, previo acuerdo entre Junta de Extremadura y Ayuntamiento. A día de hoy no hay noticias firmes de cuándo y cómo. Para las familias y el alumnado entendemos que el traspaso será positivo en cuanto a los costes económicos pero a quienes trabajamos allí, lógicamente nos causa incertidumbre por no conocer nuestro futuro laboral.
¿Qué repercusión tiene en Montijo contar con un conservatorio Profesional?
Contar con un centro profesional es ofrecerle a todos los ciudadanos una opción de futuro. Obtienen una titulación académica oficial que siempre va a sumar en su futuro laboral. Y para aquellos que vayan a hacer el grado superior (equiparado a enseñanzas universitarias), de nuestro centro salen bien preparados para abordarlos.
¿Hasta dónde le gustaría llegar profesionalmente?
Mi prioridad es la enseñanza y formarme para seguir enseñando.
¿Cómo ha afectado el COVID-19 al Conservatorio?
Como a toda comunidad educativa, un cambio radical en la formas de dar clase. Desde el minuto cero hemos intentado que los alumnos recibieran todas las clases que estaban dando en el centro, de forma online. Todo el claustro de profesores ha sumado con sus iniciativas y su buen hacer; pero voy a destacar el comportamiento ejemplar de alumnos y familias que han puesto todo su esfuerzo en que se notara un poquito menos lo insólito de la situación.
¿Un antes y un después?
Sí, pero teniendo en cuenta que nunca la tecnología puede suplir al 100% el factor humano que precisan estas enseñanzas.
¿Qué contacto han tenido con el alumnado?
Clases online, llamadas, videoconferencias, tutoriales, colaboración en actividades conjuntas aunque fuera cada uno grabándose en su casa y uniendo las partes.
¿Cómo lo han vivido?
Con un poco de ansiedad al principio hasta que nos acostumbramos todos a trabajar de esta forma.
¿Cómo se van a iniciar las clases?
Siguiendo las instrucciones de la Consejería de Educación, como el resto de centros públicos. Nos encantaría que fuera como siempre, presenciales, pero todo irá en función de lo que marquen las autoridades educativas.
NOMBRE: Aída Gragera Bautista.
RESIDENCIA: Montijo.
ESTADO CIVIL: Casada.
UN LUGAR PARA VIVIR: Cerca del mar.
UN LUGAR PARA PERDERSE: Petra (Jordania).
UNA COMPAÑÍA: Mi familia y mis amigas.
UNA MÚSICA: Concierto nº 2 para piano de Rachmaninoff.
UNA LECTURA: Cualquiera que caiga en mis manos.
UN HOBBY: Pintar, hacer cerámica.
UN SUEÑO: Más entendimiento y unidad en las personas.