Allá donde estés: hasta siempre amigo · Juan Manuel Sánchez ·Montijo
Es muy difícil empezar a escribir de alguien que acaba de perder la vida, al cual has conocido hace poco tiempo, pero una vez que ha sido así y lo has dado todo con él por un objetivo común: el Fútbol Sala, duele perderle de esa forma tan rápida y cruel; aparece en ti un sentimiento de impotencia e incredulidad que roza la desesperación. Te queda la sensación de que había mucho por hacer aún, de que tu ciclo aquí ni mucho menos había terminado.
Manolo, ante todo era un trabajador incansable, emprendedor, con un fuerte carácter; pero lo más importante que descubrí en él es que detrás de todo esto había en su pecho un corazón que lo daba todo en lo que firmemente creía.
Te conocí tarde, pude disfrutar poco de ti, pero en esos cuatro años pudimos trabajar codo con codo por esa tu segunda obsesión: el Hotel Gran Sol F.S., hace más de veinte años fuiste uno de los tres creadores dándolo todo por él sin recibir nada a cambio, solo la satisfacción por lo que creías junto a tus compañeros.
No sólo el fútbol sala te debe agradecimiento por lo que has hecho por él hasta el último día de tu existencia (compartiendo mesa contigo en tu Hotel el día 29 de diciembre de 2010 hacías proyectos para la temporada siguiente) sino el sector de la hostelería de Puebla y Montijo están en deuda contigo a pesar de lo que “algunos” puedan pensar.
Existe para mí una palabra sublime que engloba uno de los mayores sentimientos que puede tener el ser humano en su relación y trato entre personas, esta es la Amistad; yo la empleo en rarísimas ocasiones y mucho menos la hago pública, esta es la primera vez y sirva como homenaje a ese sentimiento, Amigo.
Es muy difícil empezar a escribir de alguien que acaba de perder la vida, al cual has conocido hace poco tiempo, pero una vez que ha sido así y lo has dado todo con él por un objetivo común: el Fútbol Sala, duele perderle de esa forma tan rápida y cruel; aparece en ti un sentimiento de impotencia e incredulidad que roza la desesperación. Te queda la sensación de que había mucho por hacer aún, de que tu ciclo aquí ni mucho menos había terminado.
Manolo, ante todo era un trabajador incansable, emprendedor, con un fuerte carácter; pero lo más importante que descubrí en él es que detrás de todo esto había en su pecho un corazón que lo daba todo en lo que firmemente creía.
Te conocí tarde, pude disfrutar poco de ti, pero en esos cuatro años pudimos trabajar codo con codo por esa tu segunda obsesión: el Hotel Gran Sol F.S., hace más de veinte años fuiste uno de los tres creadores dándolo todo por él sin recibir nada a cambio, solo la satisfacción por lo que creías junto a tus compañeros.
No sólo el fútbol sala te debe agradecimiento por lo que has hecho por él hasta el último día de tu existencia (compartiendo mesa contigo en tu Hotel el día 29 de diciembre de 2010 hacías proyectos para la temporada siguiente) sino el sector de la hostelería de Puebla y Montijo están en deuda contigo a pesar de lo que “algunos” puedan pensar.
Existe para mí una palabra sublime que engloba uno de los mayores sentimientos que puede tener el ser humano en su relación y trato entre personas, esta es la Amistad; yo la empleo en rarísimas ocasiones y mucho menos la hago pública, esta es la primera vez y sirva como homenaje a ese sentimiento, Amigo.





















