Pero como se jactan con el dinero público · Juan Antonio Morales Álvarez · Alcalde de Lobón
Leo en la prensa que Canal Extremadura TV ha aceptado pagar la máxima indemnización a un periodista por despido improcedente, para evitar que dictara sentencia un juez contra el organismo público. Y todo por motivos ideológicos.
Es increíble que todavía existan personajes puestos a dedo en organismos públicos que, literalmente borran del mapa a los que no opinen como ellos.
Y más increíble todavía es la jactancia con la que utilizan el dinero público para despedir a quienes no les son afines. En el caso que nos ocupa, el del profesional Raúl Valencia, para que el Juez no dictara sentencia, llegan los de Canal Extremadura con el talonario que pagamos los extremeños y dicen: ¿Cuánto se debe…? Pagan y asunto arreglado.
¡¡Nos hemos quitado a uno que no es de la cuerda y además no nos ha costado un duro de nuestro bolsillo…!!, dirían, después del homicidio laboral.
Este es el modelo del Presidente Vara en Extremadura.
Si le hubiera tocado a uno que yo me sé, ya verían como ladraba. Más que el dóberman de Cascos. ¡¡Seguro…!!
Leo en la prensa que Canal Extremadura TV ha aceptado pagar la máxima indemnización a un periodista por despido improcedente, para evitar que dictara sentencia un juez contra el organismo público. Y todo por motivos ideológicos.
Es increíble que todavía existan personajes puestos a dedo en organismos públicos que, literalmente borran del mapa a los que no opinen como ellos.
Y más increíble todavía es la jactancia con la que utilizan el dinero público para despedir a quienes no les son afines. En el caso que nos ocupa, el del profesional Raúl Valencia, para que el Juez no dictara sentencia, llegan los de Canal Extremadura con el talonario que pagamos los extremeños y dicen: ¿Cuánto se debe…? Pagan y asunto arreglado.
¡¡Nos hemos quitado a uno que no es de la cuerda y además no nos ha costado un duro de nuestro bolsillo…!!, dirían, después del homicidio laboral.
Este es el modelo del Presidente Vara en Extremadura.
Si le hubiera tocado a uno que yo me sé, ya verían como ladraba. Más que el dóberman de Cascos. ¡¡Seguro…!!