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Ana María Moreno Vaquera | 5238
Miércoles, 04 de Diciembre de 2019 Actualizada Miércoles, 04 de Diciembre de 2019 a las 14:00:42 horas

Aurora Cabezas Díaz, maestra

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Esta maestra vocacional, tras opositar, en 1964 consigue su primera plaza en Extremadura, en El Cortijo de Los Rubiales.  Tras varios destinos, llega a Montijo en 1970 para ejercer su magisterio en el único Colegio Público existente, el Padre Manjón. Cuando la nombran Jefa de Estudios, pasa al C.P. Virgen de Barbaño, impartiendo todos los cursos y ciclos de Primaria y  donde termina jubilándose en el año 2003.

Es presidenta de la Asociación del Sagrado Corazón de Jesús y mantiene una gran vinculación con la iglesia.

Aurora, una salmantina-extremeña que formó su gran familia en Montijo.

 

¿Puede presentarse?

Soy Aurora Cabezas Díaz. Nacida en un pueblecito de Salamanca, Villoria,  donde residí hasta la edad de cuatro años, y a partir de esa edad nos fuimos a vivir a  Babilafuente, pueblo de muy parecidas características, como suelen ser los pueblos de Castilla León, aunque con algunas mejoras como: el tener estación de tren, línea Salamanca-Madrid, balneario de agua medicinal para el riñón; buena comunicación por carretera y estar situado a unos veinte km de la capital. Y digo “nos tuvimos que ir” por motivos del trabajo de mi padre ya que al ser secretario de administración local, -secretario de ayuntamiento- pudo elegir en el concurso de traslado.

Soy hija de Fidel Cabezas y Mª Antonia Díaz Maillo. Su profesión, ama de casa. ¡Y qué ama de casa! Podía haber sido, como bien decía mi padre, una buena “ministra de economía”, justificado cargo si os digo, cómo se las arreglaba para estirar el sueldo de mi padre y dar, no sólo de comer a diez hijos, entre los que ocupo el octavo lugar.  Nacidos los ocho primeros, en la década de los años treinta, años muy difíciles; y los cuatro últimos, a mediados de la década de los cuarenta, en mejores circunstancias.

Casada con Andrés García Sáenz, “GARSA”. Tenemos cinco hijas: Aurora, Emma, Isabel. Sara y María.

 

¿Dónde estudió?

Estudié en Alba de Tormes, colegio Santa Isabel, donde fueron profesoras dos de mis hermanas mayores, que son monjas. Años felices aunque austeros, propio de la época, mediados de los años cincuenta. Pocas alumnas en el internado, ya que, yo entre ellas, inauguramos el colegio. Solo íbamos a casa, en vacaciones. Pero sin traumas. Estudiar, educarnos, fortalecernos en la fe y ser felices. Privilegiada.

Estudié Magisterio en Salamanca, la escuela Normal de magisterio, situada en la Plaza de Anaya, horario de mañana, solo mujeres. Los chicos por la tarde.

Cambio de ambiente a mejor. Por ser una capital preciosa, y un buen ambiente estudiantil. Pero teniendo bien claro que “allí se va a estudiar y a ser responsables” Los gastos se acrecentaban, eso sí, aunque algunas ventajas tuve por ser de familia numerosa: gastos de matrículas como mínimo reducidos al cincuenta por ciento, igualmente con los billetes de tren, además de la pequeña y bienvenida ayuda familiar.

 

¿Decisión vocacional?

Elegí ser Maestra porque ya desde pequeña “jugaba a serlo”, pero independientemente a esa vocación tan tempranera, principalmente porque encajaba en las circunstancias familiares al tratarse de una carrera adecuada a la mujer, por un  horario con posibilidad de compaginarlo con otras actividades, era corta aunque una difícil oposición y una espera prolongada por la tardanza en convocarlas.

¿Que si me hubiera gustado cursar otros estudios? Propuse a mi padre compaginar magisterio con Bellas artes. “Hija mía, me dijo, primero haz lo más seguro, maestra, después haz lo que quieras” ¡Qué acertada sugerencia y qué acertada decisión tomé! Siempre estaré agradecida. Volvería a ser Maestra.

Otra carrera que me gustaba era psicología. Ahora tengo dos hijas y una nieta que lo son, y son de las buenas. Ja, ja… Compensado.

Mi primer destino, curso 64-65 CORTIJO LOS RUBIALES. ¿Dónde está, si en el mapa no lo veo? Mi cabeza se llena de interrogantes. Pertenece a Higuera de Llerena (Badajoz).

Permíteme si me explayo algo más en este punto al tratarse del primer nombramiento, tan diferente a la actualidad, por las connotaciones especiales, influyentes, así lo entiendo, en la formación de mí  personalidad profesional y humana.

Hago una simple parada para llamar la atención  a los más jóvenes, a los que se quejan por nada, a los que no valoran todo lo que tienen, que nadan en la opulencia y comodidades heredadas, y los que se olvidan que con  ESFUERZO,  SE GANAN BATALLAS.

 

¿Cómo habiendo opositado en Salamanca la mandan a otra provincia?

Muy sencillo. Éramos Maestros Nacionales. Estábamos en expectación de destino, lo que conlleva, que al producirse una vacante, aunque fuera en el “quinto pino” de España, estabas obligada a tomar posesión al recibo de las credenciales, o perder tus derechos en caso de renuncia. Así que emprendo viaje acompañada por mi padre. Tren de “carbonilla” hasta Llerena. Allí “coche de punto” (taxi) hasta Higuera, para tomar posesión ante el Alcalde y Director de la escuela. Conozco a los pocos maestros que había. Se vuelcan en atenciones y ánimos con nosotros. Yo creo que sentían pena por mí, pues sabían lo que se avecinaba  y nos acompañan al cortijo. Me enseñan la casa para la maestra, totalmente nueva, sin estrenar. No hay agua corriente en Los Rubiales, ni luz. ¿Para qué  me sirve la casa? Ante esta situación, visitamos a  la Sra Manuela y decidimos que allí me quedaría a vivir. No voy a estar sola pues conviven con ella un hijo e hija solteros, muy mayores. Falta una tercera persona, el benjamín de la casa, hijo de su hija, que cumple el servicio militar en el cuartel de Cerro Muriano, Córdoba. Algo sorprendente: no usan carburo para alumbrarse, como lo hacen en el resto de las viviendas,  tienen lámpara de gas  butano, y en la lumbre de la chimenea hacen la comida y calientan el agua.

El tiempo pasa y poco a poco voy integrándome en aquel lugar, a medida que voy conociendo la sencillez y grandeza de esas almas. Es por ello  que lloro cuando nadie me ve o me meto en  la cama. ¿Qué culpa tienen ellos de lo que a mí me pasa?

No sé de donde saco fuerza para empezar a ver luz y más cerca la esperanza. Va cambiando  mi ánimo tratando a  ocho niños de esa escuela unitaria. ¿Y qué hacer por la tarde-noche y que el ánimo no decaiga? Dar clase particular a media docena de mozos, próximos a ir a la mili, que no saben ni las cuatro reglas básicas y no quieren que les pase lo que a su paisano Francisco, el nieto de la dueña de la casa, que por no saber leer ni escribir,  soy yo quien por encargo de su familia, la que le escribe las cartas. Ponen tanto interés y es tan grande su esfuerzo, que resulta gratificante, a pesar de tener que hacerlo con la luz de un carburo que ellos mismos llevan a la escuela.

Allí hice de todo, hasta aprendí a montar en burro con tal de ver a mis compañeros de Higuera; ver la tele y pasear por la plaza. Me acompañaba la hija del cabrero que con solo catorce años se manejaba de maravilla; se sentaba detrás y me agarraba para que no saliera por delante de las orejas del animal. También me agarro al volante de un tractor, que el tractorista me brinda para ir al pueblo a ver por la tele, corrida de toros, el futbol que a él le gusta…, y mientras, yo aprovechaba para estar con las compañeras. Yo iba sentada al volante, y él en la aleta de la rueda, por un camino de cabras.

Los domingos venía el cura de Higuera en una moto pequeña, siempre que el tiempo no  se lo impidiera. Y si eso pasaba, no teníamos misa y tampoco el correo.

Gracias buena gente por cuanto recibí de vosotros, que no son conocimientos sólo, es algo más valioso: valores y virtudes que me fortalecieron.                            

 

¿A dónde la destinaron después?

A Fuente de Cantos, La Parra y Orellana la Vieja. De todos estos lugares, llenos de gente sencilla, guardo bonitos recuerdos además del cariño que dieron, y en ellos me seguí forjando como persona y profesionalmente.

 

¿Cuándo recala en Montijo?

En septiembre de 1970.

 

¿Cómo se integra en Montijo?

Con facilidad y no por mis méritos sino por el carácter integrador y acogedor de los extremeños en general y de los montijanos en particular.

Montijo, si lo comparaba con los pueblos anteriores o con los de mi tierra, como decía mi madre: ¡hija esto es una capital ¡ Y si le añado lo que la vida me deparaba…, no puede ser mejor para integrarse. Aquí conocí a mi marido. Casi llegamos al mismo tiempo. Él de Quintana de la Serena. Aquí nacieron mis cinco hijas

 

¿En qué colegios ha estado destinada?

Cuando llegué a Montijo, sólo había un colegio: Padre Manjón, pero con distintos edificios: donde hoy está la Casa de la Cultura, Las Eras, y San José en Avda. de Colón, y alguno más. El primero por donde pasé fue S. José, después Las Eras, y al nombrarme Jefe de Estudios pasé al C. Virgen de Barbaño, (edificio construido años antes del C/P Príncipe de Asturias), y en él trabajé hasta que  me jubilé en el año 2003. He pasado por todos los cursos y ciclos de primaria.

 

¿Qué diferencias esenciales has encontrado desde sus comienzos hasta la jubilación?

Escuela unitaria y de solo niñas .La coeducación y graduación en cursos. Luego en ciclos. La ratio por aula. He llegado a tener cuarenta alumnos o más y me jubilé con una ratio de una veintena de alumnos.

 

¿Qué características destacaría de sus alumnos?

Cercanía, cariñosos, y respetuosos.

 

Ha sido una profesora muy entregada a su profesión ¿Se ha visto recompensada?

Totalmente recompensada al máximo en el día a día cuando descubres que los alumnos son como un pozo lleno de cualidades, destrezas, valores, virtudes…., aunque cada uno con su propia personalidad, pero que basta lanzar el cubo al fondo, y con motivación, destreza y paciencia, vas tirando de la cuerda y te sorprende de lo que cada uno es capaz, y no solo por la adquisición de conocimientos sino por algo mejor y más importante: has conseguido que aprendan a pensar, reflexionar y sobre todo a respetar y amar a los demás, lo que hace que VIVAN FELICES EN LA ESCUELA ¿Puede haber mayor recompensa?

Y si tu labor es reconocida además por los padres, y tus superiores, o entidades privadas o públicas, reconozco que humanamente es una recompensa, y estimula y motiva para seguir esforzándote en hacer tu trabajo mejor cada día, aunque tú no trabajes o hagas algo por esperar ese reconocimiento, sino por otros motivos: deber, cariño, ilusión, agradecimiento…

Dice Paulo Coelho que no necesitamos saber ni “como” ni “donde”, pero existe una pregunta que todos debemos hacer, siempre que comenzamos algo: ¿Para qué tengo que hacer esto? Pregunta que haciéndola mía, se la he hecho a Extremadura cuando diseñaba algún trabajo especial con los alumnos, para estudiarla, dar a conocer sus costumbres, su folclore…, y en reconocimiento a todo lo que ella me ha dado.

 

¿Maestra o profesora?

Maestra. ¿No lo has notado?

 

¿Se ha enfrentado a casos difíciles de superar durante su magisterio?

Nunca.

 

“Los profesores enseñan, los padres educan” ¿Qué opinas de esta máxima actual en los colegios?

Yo siempre he actuado con el título Educación y Ciencia. Nunca separé estos dos términos, tal vez porque me siento Maestra, aunque sin olvidar que la primera escuela debe ser la familia. Si es verdad que se repite mucho actualmente, por eso pienso que es una señal, una “llamada de atención” a ese papel fundamental que la familia desempeña en la transmisión de: valores, interés por aprender, metas, esfuerzo…

Eso no libera al profesor de su labor educativa y tras esa afirmación quizá pueda esconderse un problema: ver el sistema educativo como un mero lugar técnico, de transmisión de aprendizajes encorsetados por un currículo, una uniformidad.

 

¿Existe alguna clave para evitar o paliar el fracaso escolar?

Esa es la pregunta “del millón de euros” Si hubiera alguien con esa fórmula magistral, sería un privilegiado que pasaría a la historia.

Pero vamos, para no repetir: las cuestiones de leyes educativas que dejen de cambiar, burocracia inútil, poco reconocimiento al valor de la enseñanza o de los individuos, un currículo nada ajustado a la realidad ni a los intereses de los alumnos actualmente, poca flexibilidad horaria, cargas de clases que parecen exageradas…, Me centraría en recuperar la ilusión por aprender, las ganas y el valor del esfuerzo, el sentido común para dejar de etiquetar y recuperar la pasión por un trabajo emocionante. Y fundamental y primordial: el APOYO FAMILIAR

 

Durante su ejercicio ¿necesitó de las nuevas tecnologías para impartir conocimientos entre sus alumnos?

NO, pero por eso desarrollé mi creatividad y contagié a mis alumnos, para hacerles fácil la adquisición de conocimientos y comprensión Sin ellas, fueron capaces de realizar muy buenos trabajos, merecedores de primeros premios autonómicos y  primeros nacionales, llevando a Extremadura al reconocimiento en otras comunidades de toda España Y ORGULLOSOS DE SER EXTREMEÑOS. Esto sí  es  gratificante también

Yo era de la época de la tiza y la pizarra; como mucho, un proyector de diapositivas, máquina de escribir,  la fotocopiadora y en los años próximos a la jubilación algo de ordenadores. Teniendo siempre presente: OLVIDO lo que oigo. RECUEDO lo que veo. Y APRENDO lo que hago.

Hoy vivimos, es verdad,  en una época en que los TIC son parte común del día a día. Herramienta potente si se usa de forma positiva; un problema si el uso se convierte en la solución para todo sin los criterios necesarios para su uso. Sí, como medio. No, como fin.

 

Actividades con los niños que más le gustaran…

Como persona puedo tener preferencia por unas materias, área, actividades, ciencias, letras…, pero como Maestra, independientemente de los “gustos”, pretendí y por ello pensé, en cómo transmitir a los alumnos los conocimientos para que en cada uno, o en cada actividad a realizar estuviesen motivados y no fuese una rutina, machaqueo, un memorizar sin razonar, sin reflexionar…Yo quería que el niño estuviera alegre en la escuela y sin salirme de la programación del centro que tenía que cumplir, aplicaba mi propia metodología, “aprender jugando” y enfocando la programación trimestral en “centros de interés” Pongo un ejemplo: “Es nuestro árbol, el alcornoque” De este título partíamos para hablar de los árboles en general como amigos más viejos del hombre, como elemento básico en la naturaleza y transversalmente todas las áreas del currículo versaban sobre el árbol: matemáticas, lengua, educación en valores…, hasta expresión plástica, elaborando unos puzles-test, que les servía de juego y  autoevaluación. En la clase no se aburrían e implicaban a sus padres, (daba gusto su colaboración) buscando, no resolviendo, libros, enciclopedias…, donde sacar algo referente al tema que fotocopiábamos y nos servía como tema de lectura, además del libro Don Quijote de la Mancha, de quien soy una gran enamorada.

 

¿Cómo ha sido su trayectoria profesional?

 Llena de satisfacciones. Era vocación.

 

¿Cómo era el ambiente en los centros educativos?

De buen compañerismo, aunque siempre se tengan  preferencias, lógicamente.

 

¿Qué demandaría a los poderes públicos para mejorar el sistema educativo?

Alejarnos de los enfrentamientos continuos; una capacidad para conciliar decisiones; planes que  se traduzcan en una ley poderosa asumida por todos-as con la misma convicción. Desde ahí, la financiación adecuada, la gestión real de los centros, la no politización de la educación…

 

¿Cómo compaginó trabajo con el cuidado de sus hijas?

Nada distinto a cualquier madre que trabaje. Entonces no había guarderías, pero yo tuve la gran suerte de tener a buenas personas para cuidarlas mientras eran pequeñas,  con la ventaja del horario como maestra, pues ya con edad escolar me las llevaba a clase conmigo andando.

Cuando se iban a dormir, entonces empezaba la organización “del mañana” no sólo de las tareas domésticas, también las profesionales. Y si después de acostarme, y todos dormidos, me venía una idea para cómo hacer o cambiar algo en la escuela…(cuento un secreto) me levantaba en puntillas para no hacer ruido y escribía a máquina la idea, sin importarme el tiempo que empleara. Me volvía a la cama muy satisfecha. Eso lo podía hacer porque era joven e ilusionada por “mis niños”  y escuela.

 

¿Cuándo se jubila?

Al finalizar el curso 2003.

 

¿Cómo la lleva?

Como una época nueva, distinta y bonita de la vida. “De júbilo” y creo “merecida” después de cuarenta años trabajando, y preguntándome ¿cómo me daba  tiempo  a hacer tantas cosas estando en activo?

 

¿Vinculada a la Iglesia?

SÍ. Nací en una familia cristiana y he tenido la gran suerte de rodearme de personas que me han ayudado a seguir caminando en esa fe y  fortaleciéndome recibiendo catequesis y siendo catequista. Formándome con cursos, cursillos, Agentes de pastoral…, y aprendiendo de la gente. Reconozco cada día, como dice el salmista: “El Señor ha estado grande conmigo y estoy alegre”.

 

¿Otras Asociaciones?

La Asociación del Sagrado Corazón de Jesús, tan arraigada en esta localidad en la que soy  presidenta.

 

Socialmente ¿cómo encuentra esta localidad?

El carácter montijano: amable, abierto…da forma a una sociedad hospitalaria, tolerante, alegre e integradora. Esto, indudablemente repercute en el desarrollo cultural como podemos ver a través de la creatividad y originalidad de la oferta cultural muy amplia del municipio (colegios, asociaciones, conservatorio, danza, teatro, deportes…)

 

 

Nacimiento: 1944

Residencia: Montijo

Estado civil: casada

Una compañía: la familia y AMIGOS

Una lectura: Paulo Coelho

Una música: Que evoque recuerdos y relajante

Un hobby: Pintura

Un sueño: la esperanza en un mundo mejor

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