Lunes, 08 de Septiembre de 2025

Actualizada Viernes, 05 de Septiembre de 2025 a las 18:29:00 horas

Elisa Martín
Elisa Martín | 1914
Jueves, 08 de Agosto de 2019

María, la dulce voluntad de hierro

La vida te sorprende por todos los rincones y cuando, en uno de esos recovecos, encuentro una buena historia, ya sé que me ha tocado un premio.  Y eso es lo que me pasó en un programa de coaching motivacional que he impartido recientemente a un grupo de comerciantes de ACOMIC,  la Asociación de Empresarios de Miajadas. Hablamos de innovación, de motivación, de cambio, de comunicación, de planificación... Y, en todo momento, veo una cara  llena de sabiduría que me mira con atención y asiente todo el tiempo. Puedo leer en sus ojos que hay mucho vivido detrás de esa expresión y la curiosidad se me dispara. Al final, ya en el café, esta mujer de más de 60 años, María Corona, me ofrece una bandeja de dulces exquisitos. Se lo pido abiertamente, cuéntame tu historia, por favor. Empieza con palabras de novela: “Yo soy una niña que dejaron a las puertas de una casa…”. Y sigue. Con 12 años ya trabajaba en el campo, y no iba al colegio porque sus padres no tenían papeles de adopción. Durante 14 limpió casas y aprendía confección para trabajar después en una fábrica textil. Siempre avanzando, a los 30 años era responsable de política social, mujer y jóvenes de un sindicato y más tarde entró en el Consejo Económico y Social de Extremadura. Siempre ha sido una mujer capaz de tomar decisiones y, por eso, a los 57años dejó de trabajar para cuidar a dos personas que la necesitaban: su madre adoptiva, de quien quería disfrutar sus últimos meses, y su hijo.


Dos años después, habíendo cumplido su misión,  se paró a pensar “¿Cuánto me queda de calidad de vida para ayudar, gestionar, moverme? ¿Qué voy a hacer con el tiempo que me queda por delante?”. Y decidió montar una empresa para ayudar a su hijo a crearse un futuro laboral. Se acordó entonces de que tenía una habilidad innata para la elaboración de dulces y se plantó delante de él para preguntarle: “¿Si yo te busco un trabajo en una pastelería, tú aceptas?” “Si, claro”, le contestó.  “Pues ya lo tienes. vamos a montar un negocio”. Y así nació Doña Dulces y sus delicias de repostería artesanal. Dulces caseros extremeños con un toque innovador. Iguales, pero diferentes, dice ella... Cada día dedica una o dos horas a estudiar el mercado, a conocer recetas nuevas para adaptarlas a los más golosos de Miajadas. Y dos veces al mes saca un producto nuevo. Asegura que sus clientes están locos de contentos y que su hijo ha heredado su talento y un negocio que ya está consolidado. Porque María, que ya ha cumplido su objetivo, se va retirando de la escena. 


"Yo sabía que ese era el camino", me dice, "Que tenía que seguir, siempre adelante". Ahora es la vicepresidenta de ACOMIC, y es para sus miembros un referente profesional y personal. Su lema es “no hay problemas”. Ella sólo ve cuestiones a resolver. En los últimos tiempos la han operado de la muñeca y asegura que, para curarse, tiene todo lo que necesita, incluido tiempo. Hay mucho más que contar, daría para escribir un libro. Creo que con gente como María topamos con la mejor cara de la humanidad.  Personas dinámicas, positivas, perseverantes, con iniciativa, con valor y con un buen diálogo interno que les permite ver multitud de posibilidades. Gracias por tus dulces, gracias por tu historia. 

 

Elisa Martín Crespo es periodista y coach profesional 

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.