Juanito el de los papelitos
Dicen que ahora los apodos ya no se llevan ¡Cómo mueren las cosas! Se quiera o no, los apodos han dado lustre y categoría a un pasado que evoca a quienes fueron partícipes de la memoria colectiva de la ciudadanía. Estos títulos de grandeza, otorgados por el pueblo, han sido llevados con notoriedad, fama y reputación, generación tras generación.
Desde el mayor de los sentimientos cariñosos, con aprecio, respeto y afecto, qué maravilla decir ahora, en esta época carnavalera, bajo los respectivos artículos determinados: Chaqueta, Yegüero, Ratacana, Corrihuela, Mío lomo, Tío chiribita, Chuleta, Pelícano, Pato, Pelayete, Manina, Tía vinagre, Tía guiñapa, Caca fea, Liencera, Zoquete, Mepea, Tórtolo, Sardina, Bolindre, Colorao, Miseria, Cigüeño, Terrenito, Coneja, Cuquejo, Pajarito, Tablilla, Tormento, Catorce morcillas, Pichón, Morros duros, Pichurrín, Cartucho, Burrino, Pardá, Jurón, Bodega, Lagarto, Compañerolo, Tarugo, Patiquín, Torero, Meona, Fragüera, Chato, Manana, Látigo negro, Terror de las marmotas, Porcelana, Pistola, Macuto Palomo, Pico loro, Popeye, Molinero, Isidro Valor, Pildorilla, Pala, Rigue, Buche, Freijones, Tocajierro, Mentira fresca, Trota, Coleja, Pelliquita, Bollera, Ricopelo, Malaguita, Barrusena, Chorra negra, Reboruto, Chinita, Jerrumbre, Verónico, Altabuya, Piquito, Busca ruidos, Grillito, Pajarón, Marmacha. Gorriato, Pavo, Tirilla, Zumba, Judas, Barquito.
Porrúo, Basero, Chupa, Regaera, Lápiz, Abisinio, Cabra montijana, Rico, Jardinera, Jerrumbre, Malas medias, Pelele, Caldereta, Mil hombres, Chiquito, Chula, Gigante, Muletero, Pichichi, Cacarolo, Toca culo, Toca güevo, Niño de la huerta, Garbancero, Jorcona, Cherepe, Ranera, Caparrana, Motola, Juanito el de los papelitos, Catuta, Ricopelo, Balmaseda, Pina, Cacharrero, Vista fina, Estrella, Soisla, Pretina, Alegría del Piquete, Tío Potra, Legionario, Chorumbo, Botabrío, Pala, Morgaño, Ferrata, Chivita, Botón, Cueto, Teclo, Porquera, Melona, Colmillito, Gilito, Ojitos tiernos, Tartalla, Triguerito, Pava, Cubana, Comino, Pachito, Feo, Frascayo, Niña perro, Cayetana, Capitán, Pollita, Madre querida, Mellao, Zoronda, Faroles, Colorá, Garnacha, Culito rosa, Uruguayo, Caldera, Aceiterote, Banera, Señor de los anillos, Chamorro, Cancunco, Margarito, Tocinero, Zumba, Farruco, Conejito, Tahonera, Lobito, Bonita, Guaterra, Chusco, Señorito bruto, Carambolo, Campanito, Pelá, Verteera, Guerrero y la chiva. Traga vasos, Peorro, Viloria, Perrito, Gatito, Teclo, Morcilla, Belloto, Balilla, Lata, Malas Pulgas. Revólver.
Huérfano, Fatiga, Pinocho, Charlot, Alemán, Bisagra, Verruguita, Perita, Rodrigón, Blanquito, Melón, Barranto, Jiguero, Peraleda, Cherif, Poco culo, Babosa, Burras pardas, Pollero, Niño del millón, Sanjuana, Suelito, Rosito, Manzana, Porroncha, Golondrina, Maruja, Pirú, Feucho, Pocas luces, Corteza, Pestañita, Burros padres, Reinosa, Chapa, Rada, Preciá, Peinao, Roña, Calderilla, Gafa, Jilacha, Pata leche, Rinrán, Negra, Cuco, Polonia, Basiliso, Cantera, Segaó, Jorobá, Portugués, Soguero, Pachanga, Carranca, Pitorra, Torrita, Granaino, Chambo, Botello, Cara triste, Chispa, Manaza, Majara, Pachi, Culebra, Furriqui, Pielero, Brillantina, Pirata, Gallinero, Garbancito, Vitamina, Macarra, Navarrisco, Tuerto, Diente oro, Aguas paradas, Lechona, Chocolate, Patachinga, Pincelera, Amiguito, Liendrilla, Barrusena, Mecedora, Zorro, Sin sangre, Jocino, Valvulina, Grasa, Ropa suelta, Salta linde, Morcilleros, Barrilito, Lavadora, Popotito, Perola, Churrete, Galindo, Cajetilla, Negro, Moro, Bizco pardá, Patas de alambre, Ben Barek, Gato macho y Sordo. Sí, no me lo diga, apreciable lector, hay más, seguro que sí. Pero ahí es nada la nómina de personajes. Gloria bendita por tantos afanes, quehaceres, días y años ofrecidos, que nos adentran en la radiografía acertadísima de la dimensión social de cada uno de ellos en su prestigio. Gracias a María del Viejo Guzmán por su estimable ayuda.
Dicen que ahora los apodos ya no se llevan ¡Cómo mueren las cosas! Se quiera o no, los apodos han dado lustre y categoría a un pasado que evoca a quienes fueron partícipes de la memoria colectiva de la ciudadanía. Estos títulos de grandeza, otorgados por el pueblo, han sido llevados con notoriedad, fama y reputación, generación tras generación.
Desde el mayor de los sentimientos cariñosos, con aprecio, respeto y afecto, qué maravilla decir ahora, en esta época carnavalera, bajo los respectivos artículos determinados: Chaqueta, Yegüero, Ratacana, Corrihuela, Mío lomo, Tío chiribita, Chuleta, Pelícano, Pato, Pelayete, Manina, Tía vinagre, Tía guiñapa, Caca fea, Liencera, Zoquete, Mepea, Tórtolo, Sardina, Bolindre, Colorao, Miseria, Cigüeño, Terrenito, Coneja, Cuquejo, Pajarito, Tablilla, Tormento, Catorce morcillas, Pichón, Morros duros, Pichurrín, Cartucho, Burrino, Pardá, Jurón, Bodega, Lagarto, Compañerolo, Tarugo, Patiquín, Torero, Meona, Fragüera, Chato, Manana, Látigo negro, Terror de las marmotas, Porcelana, Pistola, Macuto Palomo, Pico loro, Popeye, Molinero, Isidro Valor, Pildorilla, Pala, Rigue, Buche, Freijones, Tocajierro, Mentira fresca, Trota, Coleja, Pelliquita, Bollera, Ricopelo, Malaguita, Barrusena, Chorra negra, Reboruto, Chinita, Jerrumbre, Verónico, Altabuya, Piquito, Busca ruidos, Grillito, Pajarón, Marmacha. Gorriato, Pavo, Tirilla, Zumba, Judas, Barquito.
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