Creo que mi hijo tiene adicción al teléfono móvil
Puede que observes con asombro la cantidad de tiempo que pasa tu hijo o hija delante de la pantalla de su smartphone. Fotos de las comidas o su ropa, música a en el baño, conversaciones de WhatsApp interminables, redes sociales, páginas de internet…parece incapaz de despegarse de él.
En algunas ocasiones te irrita ese uso tan intenso “Juan, hijo ¿por qué no dejas un ratito el dichoso teléfono?”, pero parece una batalla perdida. Por mucho que te esfuerzas, eso no cambia.
Has llegado a pensar que tiene una verdadera adicción a su móvil, prácticamente no se separa de él en todo el día. Pero ¿se puede ser adicto a un aparato?
Ya hace tiempo que no se considera necesario que exista consumo de ninguna sustancia para que se produzca una adicción. Cualquier conducta satisfactoria puede llegar a ser potencialmente adictiva si cumple una serie de criterios.
1º La persona debe percibir su uso como difícilmente controlable. Probablemente ha intentado moderarlo y no lo ha conseguido.
2º Produce un efecto perjudicial en su vida. Interfiere en áreas importantes (familiar, académica o laboral, social, ocio…)
3ºSi no lo puede llevar a cabo esa actividad, se siente muy irritado, ansioso y con pensamientos continuos sobre ello.
4ºDesde hace algún tiempo, realiza dicha tarea por escapar de estos síntomas más que por su utilidad o el placer que produce.
5ºEs posible que su uso se haya ido intensificando, ocupe más tiempo o se lleve a cabo en más lugares.
Como puedes ver, existe la posibilidad de que alguien sea adicto a su teléfono móvil. Sin embargo, no basta con que se use a todas horas.
Las nuevas generaciones hacen un uso entusiasta de los teléfonos móviles, su vida social, su ocio, incluso su actividad académica está muy impregnada de estos dispositivos, pero esto no significa que sean adictos a ellos. Más bien, es una herramienta que aplican a múltiples áreas y sin la cual se pueden sentir un poco perdidos.
Se habla mucho de adicción a las nuevas tecnologías en los medios de comunicación, pero diversos estudios parecen demostrar que no es tan frecuente como se dice.
Por lo tanto, es probable que su hijo o hija haga un uso muy intenso de su teléfono, probablemente, incluso un mal uso de él, pero si no le causa malestar significativo, una interferencia importante en su vida y es incapaz de controlar su uso, no estamos hablando de adicción, por muy recomendable que fuese utilizar el móvil de otra manera.
Puede que observes con asombro la cantidad de tiempo que pasa tu hijo o hija delante de la pantalla de su smartphone. Fotos de las comidas o su ropa, música a en el baño, conversaciones de WhatsApp interminables, redes sociales, páginas de internet…parece incapaz de despegarse de él.
En algunas ocasiones te irrita ese uso tan intenso “Juan, hijo ¿por qué no dejas un ratito el dichoso teléfono?”, pero parece una batalla perdida. Por mucho que te esfuerzas, eso no cambia.
Has llegado a pensar que tiene una verdadera adicción a su móvil, prácticamente no se separa de él en todo el día. Pero ¿se puede ser adicto a un aparato?
Ya hace tiempo que no se considera necesario que exista consumo de ninguna sustancia para que se produzca una adicción. Cualquier conducta satisfactoria puede llegar a ser potencialmente adictiva si cumple una serie de criterios.
1º La persona debe percibir su uso como difícilmente controlable. Probablemente ha intentado moderarlo y no lo ha conseguido.
2º Produce un efecto perjudicial en su vida. Interfiere en áreas importantes (familiar, académica o laboral, social, ocio…)
3ºSi no lo puede llevar a cabo esa actividad, se siente muy irritado, ansioso y con pensamientos continuos sobre ello.
4ºDesde hace algún tiempo, realiza dicha tarea por escapar de estos síntomas más que por su utilidad o el placer que produce.
5ºEs posible que su uso se haya ido intensificando, ocupe más tiempo o se lleve a cabo en más lugares.
Como puedes ver, existe la posibilidad de que alguien sea adicto a su teléfono móvil. Sin embargo, no basta con que se use a todas horas.
Las nuevas generaciones hacen un uso entusiasta de los teléfonos móviles, su vida social, su ocio, incluso su actividad académica está muy impregnada de estos dispositivos, pero esto no significa que sean adictos a ellos. Más bien, es una herramienta que aplican a múltiples áreas y sin la cual se pueden sentir un poco perdidos.
Se habla mucho de adicción a las nuevas tecnologías en los medios de comunicación, pero diversos estudios parecen demostrar que no es tan frecuente como se dice.
Por lo tanto, es probable que su hijo o hija haga un uso muy intenso de su teléfono, probablemente, incluso un mal uso de él, pero si no le causa malestar significativo, una interferencia importante en su vida y es incapaz de controlar su uso, no estamos hablando de adicción, por muy recomendable que fuese utilizar el móvil de otra manera.