Miércoles, 03 de Diciembre de 2025

Actualizada Lunes, 01 de Diciembre de 2025 a las 13:40:03 horas

Ana María Moreno Vaquera | 487
Martes, 07 de Diciembre de 2010
Paquita Pérez, desde siempre

Francisca Pérez Villares

· Yo coleccionaba postales, era mi forma de viajar, de conocer mundo.


Paquita Pérez, la de la droguería Pérez, como coloquialmente nos referimos a ella cuando queremos situarnos. En Montijo, como en todos los lugares, es necesario usar el apodo familiar para reconocernos o, en su defecto, usamos la profesión y, curiosamente si no se acierta, la marca del coche y color. Pero Paquita, con su carácter alegre y siempre jovial, pertenece a una generación de mujeres donde el coche no era prioridad, aunque ella en su afán de aprender lo obtiene en Badajoz. A pesar de marcharse a vivir a Barcelona no abandona a su Montijo, a su hermano Fernando y a sus amigas. Su rasgo más característico es su simpatía, su educación y, por supuesto, su desbordante conversación.


Fernando Pérez Palomo fue el fundador de la Droguería Pérez en 1.917, continuando el negocio su hijo, Juan Pérez de los Ríos y Alfonsa Villares Acevedo, padres de Paquita y de su hermano Fernando, actual responsable de la droguería.

¿Siempre la han llamado Paquita?
Mis familiares y muchísimas personas, siempre me llamaron Paquita, hasta que yo misma quise reconvertirlo en Paqui porque me parecía “cursi e infantil” -¡la edad de la Tontuna!- pero ya hace años que vuelve a gustarme.

¿Dónde estudió?
De pequeñita estuve en la llamada “Escuela de las Polonias en la calle Santa Ana, después estudié con Julián Guzmán, que en aquellos años, principios de los 50, era una escuela mixta, hasta que llegó la prohibición y me matricularon en el Colegio “Nuestra Señora de la Piedad”, de la profesora Sña. Reme Lozano, allí estuve hasta los 12 años aprendiendo “Cultura General” y después hice con Dña. Amalia Torres, Mecanografía y Taquigrafía y, a distancia, me saqué el Titulo de “Cálculo Mercantil e industrial” y por correspondencia seguí haciendo pequeñas cosas que me interesaban, porque al haber fallecido mi hermana mayor que estaba con mi padre en la Droguería, me necesitó a mí, y yo,,, ¡Encantada!.

¿Qué vinculación tuvo con la droguería y su familia?
La influencia de mi familia era total, mi padre me influyó sobre todo en el amor a la lectura y en su rectitud y honradez y siempre vi mucho amor y respeto entre mis padres. A mi hermana mayor la perdí cuando yo tenía 12 años (los cumplí el día que se enterró…) y cómo ella era muy buena y yo era un “trasto” le tenía un poquito de celos, pero la quería mucho. Y con mi hermano siempre me he sentido muy unida, a pesar de tener caracteres muy diferentes, lo quiero y respeto muchísimo..
Con respecto al comercio, la vinculación fue total, me gusta mucho el trato con las personas y los cliente eran para mí como amigos. Estuve en la Droguería desde los 12 años hasta los 44 y una de las cosas que quise estudiar a distancia, fue algo de Estética y Belleza, para poder asesorar mejor a mis clientes.

Las fiestas populares: romerías, ferias ¿Cómo eran?
En San Blas íbamos después de comer, en gira, al Cerro a “merendillar”. En San Isidro, la romería en Barbaño durante todo el día y después la feria, que a mi nunca me dejaban salir de noche, y a los 12 h., como Cenicienta, tenía que estar en casa y tenía ya los 20 años bien pasados cuando conseguí que me dejaran salir después de cenar. ¡Igualito que ahora! ; pero tampoco me sentía demasiado frustrada, Y por aquellos años venían grandes artistas de todos los géneros, el Festival de la Canción, ... Entonces las “Ferias y Fiestas” eran mucho más divertidas.

Los niños en un aula, las niñas en otra el contacto con los niños estaba vetado, ¿Cómo se relacionaban con ellos?
Yo, como ya digo anteriormente, viví un poco la Escuela mixta y en el mismo aula, fue después la prohibición, recuerdo que estando en el colegio de doña Irene, veíamos desde los balcones la Escuela del Piquete, que era sólo de niños y cuando doña Irene quería castigar a alguna niña, la ponía en el balcón con orejas de burro y los niños se reían, era un castigo muy cruel…

¿Qué importancia tenían las pandillas?
Muy importantes. Jugábamos con los niños e íbamos al parque y, a veces, nos compraban un helado y, si tenías la regla, les decías: “Gracias, pero me duele la garganta”, porque nunca se hablaba del periodo ni con los niños ni con tan siquiera tu padre.
En mi casa entraban algunos amigos… si iban con sus madres, porque nuestras familias solían ser amigas, pero con 16 años estuve muy enferma y entonces si que fueron algunos a verme ellos solos.
No puedo ni debo nombrar a ninguna amiga en particular porque como tardé en casarme tuve varia pandillas y no quiero olvidar a nadie, pero ellas saben quienes son y las que han sido y son importantes en mi vida. Tener buenos amigos es tener un tesoro, y yo he sido y soy afortunada. A veces, creemos tener montones de amigos y la vida te enseña que muchos sólo son “conocidos”…, y a riesgo de ponerme en plan filosófico: “la amistad es como una planta a la que hay que regar para que no se seque”…

Los domingos a misa de doce, supongo …
Todos los domingos y con velo, medias y mangas largas…Después nos íbamos al Parque un rato y luego cada una a su casa a comer y por la tarde íbamos a la Estación, “a ver pasar los trenes”. Todo era simple y, a la vez, divertido, también solíamos ir al Casino, a tomar algún refresco o nos reuníamos en casa de alguna amiga.

¿Se salía todos los días?
Había colegio incluso en sábado y las tiendas también abrían por la tarde, así que sólo era el domingo, arenque cada día solíamos salir un rato, de pequeñas a jugar y de adolescentes a pasear al Parque, a la biblioteca o a tontear con los niños.

¿Qué influencia ha tenido la iglesia en su vida?
La iglesia tuvo y tiene mucha influencia en mi vida, soy persona creyente y procuro practicar y en las mujeres de mi generación hubo de todo. No puedo decir más porque en cuestiones religiosas y políticas suelo ser prudente y respetuosa.

¿Se sintió privilegiada para su época?
Para la época que viví sí que me sentí privilegiada, en cuanto a pertenencia a grupos fui siempre un poco independiente y sólo de mayor pertenecí a uno: La Asociación Cultural AGLA. O sea, coros y danzas. Estuve en el coro y tengo un recuerdo maravilloso. Un poco ye-ye sí que fui, pero no demasiado, pues yo tenía sentimientos muy mezclados y no quería dejarme arrastrar por la corriente.

Los guateques formaron parte de una generación ¿cómo los vivió?
Los recuerdo con mucho cariño. No estuve en muchos, pero eran divertidos y todos éramos amigos. Se solían hacer en alguna casa, en el piso de arriba, y los padres subían de vez en cuando a “vigilar”. Había anécdotas graciosas porque los chicos solían hacer un ponche para ver si ponían alegres a las chicas pero no solíamos probarlo y eran ellos quienes a veces acaban mal.

Las lecturas estaban controladas para las jovencitas. ¿tuvo libros prohibidos?
Yo leía de todo, desde muy pequeña “devoraba todos los libros que caían en mis manos y si mi padre intentaba que no leyera alguno hasta que fuera mayor, lo leía a escondidas.

Viajar en grupo…, ¿Tuvieron cabida en su mundo juvenil?
Las excursiones y viajes en grupo no pude disfrutarlos; mis padres eran muy estrictos, y además mi padre solía decir.: “El que tenga tienda que atienda, y si no, que la venda”, así que todo eso lo disfruté ya de bastante mayor.

La independencia de la mujer fue un logro social muy reciente. ¿Cómo vivió esa evolución?
Recuerdo la primera vez que pude ir a votar, porque durante la dictadura no se podía, pero era algo que tenía asumido sin mayores problemas, pero también recuerdo que cuando quise sacarme el carné de conducir, necesité aquello del “Servicio Social” y tuve que ir a examinarme a Badajoz, y aquella discriminación me dio mucha rabia así que ahora estoy muy contenta de todo lo que se ha conseguido.

Conoce a marido y se traslada a Cataluña. ¿qué papel juega en su vida?
Me fui a vivir a Barcelona en mayo de 1.988, me casé allí porque mis padres habían fallecido y la madre de mi marido estaba muy enferma, así que decidimos casarnos allí. A mi marido lo conocí en 1.973, primero por correspondencia porque yo coleccionaba Postales y por aquellos años me escribía con 109 personas además, era mi forma de “viajar” “conocer mundo”. Hice buenos amigos, aún conservo algunos. Mi marido al principio y durante años fue un amigo más. Él vino con parte de su familia a visitar Extremadura porque su padre había nacido en un pueblo de la provincia de Cáceres, aunque se fue con 20 años y jamás volvió.Entonces nos pudimos conocer personalmente. Naturalmente, él es muy importante en mi vida y nos queremos y respetamos mucho.

¿Le supuso mucho abandonar su pueblo?
Cuando me fui del pueblo sentí un desgarro muy fuerte porque lo dejaba todo: mi hermano, mis amigos, la tienda, mis actividades…Todo lo que había sido mi vida, para ir a un lugar con otra cultura, otras gentes, otro idioma… Y poéticamente, siempre en conflicto. El primer año fue bastante malo y eso que tuve suerte con los vecinos y que vivía y vivo en Barcelona centro, pero…Hasta que me metí en actividades, me puse a estudiar.Entré en un grupo de Voluntariado, entonces ya me integré.

Su marido es catalán…
Mi marido y yo somos muy diferentes, pero me gusta mucho su honradez, su bondad de corazón, su transparencia, su religiosidad….Y haría desaparecer su extrema sensibilidad, que lo hace y me hace sufrir, porque precisamente ahora y por ser catalán recibe algunos “ataques” cuando él está al margen de la política y se siente primero universal, después, español y, por último, catalán.Pero ,claro, “su parte catalana sufre con algunos improperios” que no vienen a cuento…

¿Cómo le cambia la vida a una mujer tener una pareja estable?
Tener estabilidad en la pareja es algo muy bonito que te da paz, en mi caso es así, porque si las cosas fueran de otra manera…Yo soy independiente (de carácter) y un poco “especial” y no aguantaría a una persona que me diera según qué problemas por mucho que lo quisiera.

No tiene descendencia ¿Qué importancia le concede?
No pudimos tener hijos en común porque me hicieron una histerectomía de matriz y ovarios.Estuve muy grave pero salvé la vida. Esa es mi “espinita” porque me gustan muchos los niños. Pero, por parte de él tengo una hija y una nieta preciosa.

¿Qué cambios sustanciales destacaría de su vida en su nuevo destino?
No tengo muchos cambios en mi vida allí, pues hago más o menos lo que hubiera hecho aquí a esta edad, Quizás el tener que coger metro y autobuses, y haberme “espabilado” para ser una urbanita más…

No abandona su pueblo, ¿Viene periódicamente, qué le une a él?
Vengo menos de lo que quisiera, pues quería venir varias veces al año y no puede ser por culpa de los problemillas de salud. Pero quiero a mi pueblo y, sobre todo, me une a él mi hermano y mucha gente que quiero y sé que me quieren.

¿Cómo ve Montijo desde fuera?
Al vivir en Barcelona ciudad, por fuerza se notan diferencias. Aquí encuentro más calidad de vida, pero creo que Montijo no ha evolucionado como debiera.
Aunque este año lo he encontrado un poquito mejor.


Perfil

[Img #12246]NOMBRE: Francisca Pérez Villares (Paquita).


EDAD: 66 años.


NACIMIENTO: En 1943 en Montijo.


PROFESIÓN: Del comercio y ahora “Ama de casa”.


RESIDENCIA: Barcelona.


ESTADO CIVIL: Casada.


UN LUGAR PARA PERDERSE: Montijo, La Vera, Gótico de Barcelona...


UNA COMPAÑÍA: Familia y amigos.


UNA LECTURA: Libros de Historia e intriga.


UNA MÚSICA: Toda la de los años 60 y alguna más actual.


UN HOBBY: Escribir, leer, hacer sudokus y crucigramas.

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.