Los cinco años de aventura
Es curioso en un momento en que el papel, me refiero a los periódicos,
están de capa caída, este que usted tiene en las manos, siga saliendo
todos los meses, puntualmente. Ya es difícil que además, con un ámbito
tan pequeño como es el de las Vegas Bajas y poco más, y siendo
gratuito, siga apareciendo y con un mínimo de calidad reconocido a
niveles profesionales. Es curioso como la recesión de lectores es una
de las cosas más apabullantes y que la dirección de Crónicas se plantee
cada mes hacer más ejemplares. Y resulta más curioso aún, cómo los
lectores te preguntan, te recriminan, incluso te felicitan por algún
que otro escrito, bueno de todos globalmente, o que te enteres que
coleccionan el periódico un buen montón de ellos.
Resulta emocionante, por lo que significa de responsabilidad, mínima,
claro, pero responsabilidad de que este éxito también se deba un poco
al pequeño esfuerzo mensual de escribir estas líneas. Y emocionante que
cada mes pueda yo releerme y deleitarme (que es lo que hacemos todos,
no seáis mentirosos), con cada artículo. Me saludo cada vez que el
viernes noche, o en la mañana, que Antonio está cada día más
madrugador, recojo mi ejemplar (aunque algún mes he tenido que ir a
buscarlo, porque no han quedado en los lugares donde habitualmente lo
consigo) y lo primero que miro es si está mi cachito.
Y en esta época de crisis y con las dificultades económicas de las
empresas, pequeñas de nuestro ámbito, hay que reconocer que el esfuerzo
que hacen de estar, ya es para agradecer. Probablemente, porque quizás
más que nunca en época de crisis sea más beneficiosa que nunca la
publicidad.
Y es de reseñar el esfuerzo que hacen algunos por tenernos como autores
a los que leer, porque como dice alguno cuando mira algunos de mis
escritos: “es infumable”; “no hay quién te entienda”; “vaya paliza”.
Pues sí. Es así. Espero que reconocerlo me exima del castigo de
ignorarme.
En definitiva, si me dicen cuando empezó esta aventura de Crónicas de
un Pueblo que esto iba a llegar tan lejos, con lo que se sabe por
historia lo que duran estas aventuras, le habría dicho que “de
ilusiones no se vive”. Pero esto está aquí y son ya cinco años, y casi
60 números que se van a cumplir. Las cifras son redondas, los
resultados también.
Gracias por leerme, en la medida que me corresponde. Si he sido capaz
de hacerles sonreír, pensar, emocionarse … aunque sea alguna vez y
mínimamente, yo me doy por satisfecho. Si he molestado más de la
cuenta, pido humildemente perdón y con toda la seriedad con la que se
puede pedir. Si al menos he logrado que acepten que cada mes aparezca
mi foto y las palabras que he juntado con el mínimo sentido, ya estoy
pagado, no es necesario que Antonio, este mes y solo este mes, deje el
sobre, para que podamos celebrar de una manera grande, este aniversario.
Para otras historias, les aconsejo el diario
www.cronicasdeunpueblo.com, que aunque sea lo último del día siempre
miro. Gracias por todo. De ustedes afectísimo. Casimiro Muñoz.
Resulta emocionante, por lo que significa de responsabilidad, mínima, claro, pero responsabilidad de que este éxito también se deba un poco al pequeño esfuerzo mensual de escribir estas líneas. Y emocionante que cada mes pueda yo releerme y deleitarme (que es lo que hacemos todos, no seáis mentirosos), con cada artículo. Me saludo cada vez que el viernes noche, o en la mañana, que Antonio está cada día más madrugador, recojo mi ejemplar (aunque algún mes he tenido que ir a buscarlo, porque no han quedado en los lugares donde habitualmente lo consigo) y lo primero que miro es si está mi cachito.
Y en esta época de crisis y con las dificultades económicas de las empresas, pequeñas de nuestro ámbito, hay que reconocer que el esfuerzo que hacen de estar, ya es para agradecer. Probablemente, porque quizás más que nunca en época de crisis sea más beneficiosa que nunca la publicidad.
Y es de reseñar el esfuerzo que hacen algunos por tenernos como autores a los que leer, porque como dice alguno cuando mira algunos de mis escritos: “es infumable”; “no hay quién te entienda”; “vaya paliza”. Pues sí. Es así. Espero que reconocerlo me exima del castigo de ignorarme.
En definitiva, si me dicen cuando empezó esta aventura de Crónicas de un Pueblo que esto iba a llegar tan lejos, con lo que se sabe por historia lo que duran estas aventuras, le habría dicho que “de ilusiones no se vive”. Pero esto está aquí y son ya cinco años, y casi 60 números que se van a cumplir. Las cifras son redondas, los resultados también.
Gracias por leerme, en la medida que me corresponde. Si he sido capaz de hacerles sonreír, pensar, emocionarse … aunque sea alguna vez y mínimamente, yo me doy por satisfecho. Si he molestado más de la cuenta, pido humildemente perdón y con toda la seriedad con la que se puede pedir. Si al menos he logrado que acepten que cada mes aparezca mi foto y las palabras que he juntado con el mínimo sentido, ya estoy pagado, no es necesario que Antonio, este mes y solo este mes, deje el sobre, para que podamos celebrar de una manera grande, este aniversario.
Para otras historias, les aconsejo el diario www.cronicasdeunpueblo.com, que aunque sea lo último del día siempre miro. Gracias por todo. De ustedes afectísimo. Casimiro Muñoz.