“La Cuaresma y su celebración”
La Casa de la Iglesia de Montijo ha acogido esta charla que ha ofrecido el sacerdote don José Manuel Puente Mateo, delegado diocesano de Liturgia y Música Sacra y párroco de la Sagrada Familia de Valdelacalzada. Charla organizada dentro de las actividades del 50 aniversario de la Hermandad del Santo Entierro.
Asistieron agentes pastorales de las comunidades parroquiales de San Pedro y San Gregorio de Montijo, Puebla de la Calzada y Valdelacalzada, junto con miembros de grupos de Liturgia, catequistas y representantes de hermandades y cofradías.
Don José Manuel Puente Mateo ahondó en la preparación hacia la Pascua del Señor, un tiempo de gracia, bajo el dulce remedio de la oración, la limosna y el ayuno. Un tiempo para escuchar la Palabra de Dios, de silencio y meditación. Un tiempo para darnos al amor de Dios, para reconciliarnos con él. La Cuaresma, dijo, es un signo sacramental de conversión de Dios.
Profundizó en el contenido de la Palabra de Dios especialmente en las lecturas, salmos y evangelios del tercer, cuarto y quinto domingo de Cuaresma. Terminó diciendo que este camino hacia la Pascua nos lleve hacia la luz de Cristo, resucitado y glorioso, que disipe las tinieblas de nuestro corazón y espíritu.
Asistieron agentes pastorales de las comunidades parroquiales de San Pedro y San Gregorio de Montijo, Puebla de la Calzada y Valdelacalzada, junto con miembros de grupos de Liturgia, catequistas y representantes de hermandades y cofradías.
Don José Manuel Puente Mateo ahondó en la preparación hacia la Pascua del Señor, un tiempo de gracia, bajo el dulce remedio de la oración, la limosna y el ayuno. Un tiempo para escuchar la Palabra de Dios, de silencio y meditación. Un tiempo para darnos al amor de Dios, para reconciliarnos con él. La Cuaresma, dijo, es un signo sacramental de conversión de Dios.
Profundizó en el contenido de la Palabra de Dios especialmente en las lecturas, salmos y evangelios del tercer, cuarto y quinto domingo de Cuaresma. Terminó diciendo que este camino hacia la Pascua nos lleve hacia la luz de Cristo, resucitado y glorioso, que disipe las tinieblas de nuestro corazón y espíritu.
























