Basura
Pues no, aunque pueda parecer por el tema que voy a escribir sobre los promotores del golpe de estado que se jactan de demócratas y que echan un pulso al estado español, no voy a referirme a esa basura, sino a la que rodea a nuestras calles y a la que creo recordar que ya he dedicado alguna de mis columnas.
Según viajas al norte, compruebas que el tratamiento que se da a los desechos es el más higiénico y el que menos afea a sus calles. La mayor parte de ciudades, y especialmente las históricas, tienen sus recipientes para el reciclado de los residuos soterrados lo que permite otra visión estética y elimina considerablemente los malos olores.
No es que esa visión sea exclusiva de ciudades del norte. Existen ciudades como Villanueva de la Serena o Don Benito en las que parte de sus residuos se encuentran bajo tierra, que en principio parece ser el mejor sitio para que no molesten (ya se sabe cómo prosperan las ciudades con cargos en entidades supralocales, y las diputaciones provinciales son el más claro ejemplo de ello).
En muchos de nuestros pueblos y ciudades han tenido la fatal ocurrencia de poner los contenedores de basura junto a la iglesia, siendo el ábside y la nave lateral los ejemplos que más cunden en nuestra geografía. Es penoso encontrar la mayor parte de nuestros pueblos, con el espacio de la iglesia, ocupados por contenedores rebosando de basura y en muchos casos, esparcidas por el contorno. En otras localidades como Mérida, directamente los han dejado en la acera, impidiendo el tránsito de los peatones que, han de abandonar la acera y saltar a la calzada jugándose el tipo solamente por que el ayuntamiento no ha previsto un alojamiento que no moleste a los viandantes (lo pueden comprobar en la avenida Delgado Valhondo, que es la que lleva al III Milenio, Comisaría y Juzgados, una de las calles más transitadas a diario por funcionarios y administrados). No digo nada si atravesamos la avenida y llegamos a la zona de las viviendas protegidas en las que allí encontramos más basura fuera del contenedor que dentro (el III Milenio era una zona que querían rehabilitar y para ello desplazaron a las administraciones desde el centro de la ciudad en muchos casos.
En Montijo, he comprobado que no solo se molesta al viandante, sino que se maltrata a veces a sus empresas. Es el caso de Atenea, en la calle López de Ayala. Un centro evidentemente maltratado por el ayuntamiento de Montijo al que se le ha alojado un contenedor de basura y que impide y dificulta el normal desarrollo de sus actividades. Como poco, parece poca sensibilidad la de quienes deberían velar por los ciudadanos y empresas que trabajan por el bienestar de sus ciudadanos.
[email protected]
Pues no, aunque pueda parecer por el tema que voy a escribir sobre los promotores del golpe de estado que se jactan de demócratas y que echan un pulso al estado español, no voy a referirme a esa basura, sino a la que rodea a nuestras calles y a la que creo recordar que ya he dedicado alguna de mis columnas.
Según viajas al norte, compruebas que el tratamiento que se da a los desechos es el más higiénico y el que menos afea a sus calles. La mayor parte de ciudades, y especialmente las históricas, tienen sus recipientes para el reciclado de los residuos soterrados lo que permite otra visión estética y elimina considerablemente los malos olores.
No es que esa visión sea exclusiva de ciudades del norte. Existen ciudades como Villanueva de la Serena o Don Benito en las que parte de sus residuos se encuentran bajo tierra, que en principio parece ser el mejor sitio para que no molesten (ya se sabe cómo prosperan las ciudades con cargos en entidades supralocales, y las diputaciones provinciales son el más claro ejemplo de ello).
En muchos de nuestros pueblos y ciudades han tenido la fatal ocurrencia de poner los contenedores de basura junto a la iglesia, siendo el ábside y la nave lateral los ejemplos que más cunden en nuestra geografía. Es penoso encontrar la mayor parte de nuestros pueblos, con el espacio de la iglesia, ocupados por contenedores rebosando de basura y en muchos casos, esparcidas por el contorno. En otras localidades como Mérida, directamente los han dejado en la acera, impidiendo el tránsito de los peatones que, han de abandonar la acera y saltar a la calzada jugándose el tipo solamente por que el ayuntamiento no ha previsto un alojamiento que no moleste a los viandantes (lo pueden comprobar en la avenida Delgado Valhondo, que es la que lleva al III Milenio, Comisaría y Juzgados, una de las calles más transitadas a diario por funcionarios y administrados). No digo nada si atravesamos la avenida y llegamos a la zona de las viviendas protegidas en las que allí encontramos más basura fuera del contenedor que dentro (el III Milenio era una zona que querían rehabilitar y para ello desplazaron a las administraciones desde el centro de la ciudad en muchos casos.
En Montijo, he comprobado que no solo se molesta al viandante, sino que se maltrata a veces a sus empresas. Es el caso de Atenea, en la calle López de Ayala. Un centro evidentemente maltratado por el ayuntamiento de Montijo al que se le ha alojado un contenedor de basura y que impide y dificulta el normal desarrollo de sus actividades. Como poco, parece poca sensibilidad la de quienes deberían velar por los ciudadanos y empresas que trabajan por el bienestar de sus ciudadanos.
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