Un pequeño homenaje a una gran persona · Mimi Carrasco Carrasco · Badajoz
Hoy has partido
cuando la primavera con todo su fulgor
inunda la tierra de colorido
abriendo pétalos de ilusión.
Mi querida amiga y consejera
naciste para ser esposa y madre
en ello te llevaste la vida entera
siempre con tu mejor semblante.
Pero la depresión instaló su campamento
en tu hermoso corazón
amueblando tu cabeza
con la impotencia y frustración.
Tu hogar, por el que andabas
se volvió tu prisión
un día quisiste abrir tus alas
alzar altos vuelos
compartir con tus hijos
todos aquellos sueños.
Te encontraste de lleno con el tiempo
esperanzada cogiste la carpeta de celebraciones
toda llena de fechas
todas con sus nombres.
La cerraste bajo llave
en tu compungido pecho
y te echaste a llorar
porque la vida es eso.
Un manantial de lágrimas y algunas sonrisas quietas
tan leves y efímeras
llegando a convertirse en muecas.
Que hable mi corazón
pero lo hace la tristeza
no te llegué a mandar aquella postal
con un jarrón de flores bellas
que decía: Dios es fiel
y no falla a quienes en Él esperan.
Te has marchado
ya no escucharé tu voz
entre el cielo y el suelo
dejaste un resplandor
tus huellas marcadas
de entrega y amor
Descansa en paz princesa
disfruta del cielo
ahí siempre es fiesta
todo es eterno.
Hoy has partido
cuando la primavera con todo su fulgor
inunda la tierra de colorido
abriendo pétalos de ilusión.
Mi querida amiga y consejera
naciste para ser esposa y madre
en ello te llevaste la vida entera
siempre con tu mejor semblante.
Pero la depresión instaló su campamento
en tu hermoso corazón
amueblando tu cabeza
con la impotencia y frustración.
Tu hogar, por el que andabas
se volvió tu prisión
un día quisiste abrir tus alas
alzar altos vuelos
compartir con tus hijos
todos aquellos sueños.
Te encontraste de lleno con el tiempo
esperanzada cogiste la carpeta de celebraciones
toda llena de fechas
todas con sus nombres.
La cerraste bajo llave
en tu compungido pecho
y te echaste a llorar
porque la vida es eso.
Un manantial de lágrimas y algunas sonrisas quietas
tan leves y efímeras
llegando a convertirse en muecas.
Que hable mi corazón
pero lo hace la tristeza
no te llegué a mandar aquella postal
con un jarrón de flores bellas
que decía: Dios es fiel
y no falla a quienes en Él esperan.
Te has marchado
ya no escucharé tu voz
entre el cielo y el suelo
dejaste un resplandor
tus huellas marcadas
de entrega y amor
Descansa en paz princesa
disfruta del cielo
ahí siempre es fiesta
todo es eterno.