Barbaño · Francisco Flecha Rodríguez · Montijo
Como me alegra la vista
siempre que voy a Barbaño
en sus huertos verdes trigos
y hasta olivos están sembrando.
Parques muy sombreados
donde ríen y cantan niños
y las mozas de Barbaño
meten sus pies en el rio.
Donde el ruiseñor no calla
anidando en los mirtos
y la Virgen en su ermita
presumiendo de vecinos.
Romerías en su alameda
donde crecen eucaliptos
el rio hace susurro
me va cantando al oído.
Su nombre es Guadiana
nació en una laguna
se crió allí de niño
robusto como una encina.
Yo me marcho a mi casa
pues vivo cerca, lo digo
¿el nombre de mi pueblo? antes
le decían ¡el Montijo!
Donde en Agosto regresa
nuestra patrona y el niño
y en las fiestas de Septiembre
por las calles convivimos.
Como me alegra la vista
siempre que voy a Barbaño
en sus huertos verdes trigos
y hasta olivos están sembrando.
Parques muy sombreados
donde ríen y cantan niños
y las mozas de Barbaño
meten sus pies en el rio.
Donde el ruiseñor no calla
anidando en los mirtos
y la Virgen en su ermita
presumiendo de vecinos.
Romerías en su alameda
donde crecen eucaliptos
el rio hace susurro
me va cantando al oído.
Su nombre es Guadiana
nació en una laguna
se crió allí de niño
robusto como una encina.
Yo me marcho a mi casa
pues vivo cerca, lo digo
¿el nombre de mi pueblo? antes
le decían ¡el Montijo!
Donde en Agosto regresa
nuestra patrona y el niño
y en las fiestas de Septiembre
por las calles convivimos.