Gitanos, los otros españoles · Agustín Vega Cortés · Presidente de Opinión Romaní
En contra de lo que se empeñan en demostrar los medios de comunicación, la mayoría de los españoles gitanos no vivimos en los llamados “poblados gitanos”, ni estamos gobernados por “patriarcas” ni decimos “fragoneta” ni “malacotones. Sin embargo, nada de eso parece importarles lo más mínimo a la prensa o a la televisión, que con programas como “Callejeros” o “Comando Actualidad”, o titulares como “reyerta entre gitanos” o “detenidos varios gitanos por tráfico de drogas”, tan habituales en todos los periódicos del país, han provocado más odio y más racismo hacía los gitanos, que siglos de persecuciones o marginación. Ya sabemos que reflejan una realidad que en parte está ahí, pero todos los códigos deontológicos de la profesión periodista, reconocen que mencionar la etnia de las personas, en contextos peyorativos, alienta los prejuicios y el racismo, y, sobre, todo termina con la criminalización de todos los individuos que pertenecen a ese grupo, aunque, como ocurre con los gitanos, solo sea una minoría los que respondan a esos comportamientos.
Las empresas de la comunicación y muchos periodistas suelen opinar que esos datos son necesarios para la información, pero, sin embargo se ve que solo son “necesarios” cuando se trata de informar de hechos negativos protagonizados por gitanos, ya que nunca se dicen cosas como: “Un payo mata a su esposa con un hacha”, o “un joven payo decapita a sus padres con una catana ”. Tampoco se dice cosas como “ El bailador gitano Joaquín Cortés, triunfa en Nueva York” o “ El gitano José Antonio reyes, da la Supercopa de Europa 2010, al Atlético de Madrid, frente al Inter de Milán.
Al parecer, mencionar la etnia de las personas, solo es importante para comprender la noticia, cuando se trata de informar de delitos, pero no hace falta cuando se trata de cosas positivas. ¿ No es esto racismo informativo?.
Un verdadero plan integral de lucha contra las discriminaciones y la exclusión de los españoles gitanos, tiene que estar basado en dos elementos fundamentales: Un gran compromiso de todos los medios de comunicación para combatir el descrédito y el estigma que injustamente estamos sufriendo todos nosotros, así como la formación de un órgano de representación, cuyos miembros sean elegido por los mismos gitanos mediante sufragio universal, para que impulse, en colaboración con las Administraciones, una autentica política de Estado, dirigida a conseguir la incorporación social, activa y enriquecedora, de cientos de miles de ciudadanos que son tratados como extranjeros en su propio país.
En contra de lo que se empeñan en demostrar los medios de comunicación, la mayoría de los españoles gitanos no vivimos en los llamados “poblados gitanos”, ni estamos gobernados por “patriarcas” ni decimos “fragoneta” ni “malacotones. Sin embargo, nada de eso parece importarles lo más mínimo a la prensa o a la televisión, que con programas como “Callejeros” o “Comando Actualidad”, o titulares como “reyerta entre gitanos” o “detenidos varios gitanos por tráfico de drogas”, tan habituales en todos los periódicos del país, han provocado más odio y más racismo hacía los gitanos, que siglos de persecuciones o marginación. Ya sabemos que reflejan una realidad que en parte está ahí, pero todos los códigos deontológicos de la profesión periodista, reconocen que mencionar la etnia de las personas, en contextos peyorativos, alienta los prejuicios y el racismo, y, sobre, todo termina con la criminalización de todos los individuos que pertenecen a ese grupo, aunque, como ocurre con los gitanos, solo sea una minoría los que respondan a esos comportamientos.
Las empresas de la comunicación y muchos periodistas suelen opinar que esos datos son necesarios para la información, pero, sin embargo se ve que solo son “necesarios” cuando se trata de informar de hechos negativos protagonizados por gitanos, ya que nunca se dicen cosas como: “Un payo mata a su esposa con un hacha”, o “un joven payo decapita a sus padres con una catana ”. Tampoco se dice cosas como “ El bailador gitano Joaquín Cortés, triunfa en Nueva York” o “ El gitano José Antonio reyes, da la Supercopa de Europa 2010, al Atlético de Madrid, frente al Inter de Milán.
Al parecer, mencionar la etnia de las personas, solo es importante para comprender la noticia, cuando se trata de informar de delitos, pero no hace falta cuando se trata de cosas positivas. ¿ No es esto racismo informativo?.
Un verdadero plan integral de lucha contra las discriminaciones y la exclusión de los españoles gitanos, tiene que estar basado en dos elementos fundamentales: Un gran compromiso de todos los medios de comunicación para combatir el descrédito y el estigma que injustamente estamos sufriendo todos nosotros, así como la formación de un órgano de representación, cuyos miembros sean elegido por los mismos gitanos mediante sufragio universal, para que impulse, en colaboración con las Administraciones, una autentica política de Estado, dirigida a conseguir la incorporación social, activa y enriquecedora, de cientos de miles de ciudadanos que son tratados como extranjeros en su propio país.
