La eterna sonrisa. Dedicado a Pili Casco
Aquel día, camino del cementerio, sentí la necesidad de escribirte unas líneas. Quería expresar esa tristeza infinita que me producía tu muerte y aquí estoy, frente al papel, para dedicarte unas palabras que emanan dentro de mí y que estoy seguro que cuando las arranque de mi corazón me sentiré mucho mejor. Te lo debo y sé muy bien de lo que estoy hablando.
Eras una mujer tan humana, tan bondadosa y tan alegre que necesito grabarlo a fuego para que quede para siempre como bagaje de tu vida. Sé que no voy a contar nada nuevo porque todos sabíamos como eras de especial pero tengo, esta tarde, la necesidad y la sensación de que me estás escuchando y quiero gritarlo a los cuatro vientos aunque también sé que, desde la timidez, te sonrojan mis palabras.
Parece que te estoy viendo en mi casa rebosando juventud y dando rienda sueltas a esos pies inquietos que no paraban jamás de moverse. Dicharachera siempre. Al final, tu mente dejó de trabajar y la enfermedad te fue robando el movimiento, tu carácter vivaracho, tu tremenda actividad.pero hay algo que nadie te pudo robar jamás, ni tan siquiera la enfermedad, tu sonrisa. Esa nació y murió contigo y ha sido mérito tuyo saber conservarla hasta el final.
La muerte de una persona que quieres es muy triste de asimilar y si esa persona que acabas de perder es tan especial como lo eras tú, llevando siempre esa inmensa alegría que te caracterizaba, aún es más doloroso porque vamos a perder para siempre tu continua sonrisa. Lo único que me consuela es haber tenido el privilegio de conocerte desde que era un niño, de disfrutar de esa chispa de alegría que desprendían tus ojos y tus labios y sobre todo de poder decir que conocí a uno de esos pocos seres humanos que tienen la virtud de poseer una eterna sonrisa.
Te vamos a echar de menos pero jamás vamos a olvidar tu buen humor, tu saber estar, tu atención hacía los demás, tu delicadeza, tu belleza... en definitiva, jamás nos vamos a olvidar a ti porque has ido lanzando, durante toda tu vida, millones de sonrisas en forma de mariposas que hoy vuela por todo el universo para que nadie olvide que la mujer de aquella sonrisa eterna sigue y seguirá siempre entre nosotros.
Te vamos a recordar siempre como la gran persona que fuiste.
Steve Maroboli en una ocasión dijo: “Una sonrisa puede iluminar los lugares más oscuros” y eso es lo que has hecho tú ¡pero aún más grande! porque no te has conformado con iluminar lugares con tu sonrisa, ¡tú has iluminado la vida de todas las personas que te hemos conocido y que ahora y siempre te recordaremos!.
Aquel día, camino del cementerio, sentí la necesidad de escribirte unas líneas. Quería expresar esa tristeza infinita que me producía tu muerte y aquí estoy, frente al papel, para dedicarte unas palabras que emanan dentro de mí y que estoy seguro que cuando las arranque de mi corazón me sentiré mucho mejor. Te lo debo y sé muy bien de lo que estoy hablando.
Eras una mujer tan humana, tan bondadosa y tan alegre que necesito grabarlo a fuego para que quede para siempre como bagaje de tu vida. Sé que no voy a contar nada nuevo porque todos sabíamos como eras de especial pero tengo, esta tarde, la necesidad y la sensación de que me estás escuchando y quiero gritarlo a los cuatro vientos aunque también sé que, desde la timidez, te sonrojan mis palabras.
Parece que te estoy viendo en mi casa rebosando juventud y dando rienda sueltas a esos pies inquietos que no paraban jamás de moverse. Dicharachera siempre. Al final, tu mente dejó de trabajar y la enfermedad te fue robando el movimiento, tu carácter vivaracho, tu tremenda actividad.pero hay algo que nadie te pudo robar jamás, ni tan siquiera la enfermedad, tu sonrisa. Esa nació y murió contigo y ha sido mérito tuyo saber conservarla hasta el final.
La muerte de una persona que quieres es muy triste de asimilar y si esa persona que acabas de perder es tan especial como lo eras tú, llevando siempre esa inmensa alegría que te caracterizaba, aún es más doloroso porque vamos a perder para siempre tu continua sonrisa. Lo único que me consuela es haber tenido el privilegio de conocerte desde que era un niño, de disfrutar de esa chispa de alegría que desprendían tus ojos y tus labios y sobre todo de poder decir que conocí a uno de esos pocos seres humanos que tienen la virtud de poseer una eterna sonrisa.
Te vamos a echar de menos pero jamás vamos a olvidar tu buen humor, tu saber estar, tu atención hacía los demás, tu delicadeza, tu belleza... en definitiva, jamás nos vamos a olvidar a ti porque has ido lanzando, durante toda tu vida, millones de sonrisas en forma de mariposas que hoy vuela por todo el universo para que nadie olvide que la mujer de aquella sonrisa eterna sigue y seguirá siempre entre nosotros.
Te vamos a recordar siempre como la gran persona que fuiste.
Steve Maroboli en una ocasión dijo: “Una sonrisa puede iluminar los lugares más oscuros” y eso es lo que has hecho tú ¡pero aún más grande! porque no te has conformado con iluminar lugares con tu sonrisa, ¡tú has iluminado la vida de todas las personas que te hemos conocido y que ahora y siempre te recordaremos!.