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Tomás Chaves Cano · Secretario General Federación de Enseñanza CCOO de Extremadura | 152
Jueves, 23 de Septiembre de 2010

Una Huelga General necesaria · Tomás Chaves Cano · Secretario General Federación de Enseñanza CCOO de Extremadura

CCOO y UGT hemos convocado Huelga General el 29 de septiembre. Entre ambos sindicatos de clase representamos a más del 80% de los trabajadores de España, según se deduce del número de delegados elegidos en las elecciones sindicales que, ya de paso, quiero señalar que son unas elecciones muy participadas por los trabajadores y trabajadoras españoles.

Esta es la sexta huelga general que convocamos desde que la Constitución Española reconoció nuestro papel fundamental como agentes sociales que participamos en las las que son seguramente las relaciones sociales más importantes, las relaciones laborales, conjuntamente con los empresarios. Todas ellas han sido respuestas sindicales a iniciativas políticas que pretendían devaluar el valor del trabajo en el sistema productivo. Recordemos los contratos basura que el gobierno de Felipe González quiso imponer a los jóvenes en 1994, o la reforma laboral que unilateralmente había decretado el gobierno de José María Aznar en el 2002, y que finalmente tuvo que modificar.
La reforma laboral que ahora acaba de aprobar el Congreso es mucho más profunda y mucho más lesiva de los intereses de la clase trabajadora que la de Aznar. Pero lo más grave de la situación actual es que la reforma laboral solo es una parte de una serie de reformas estructurales que el gobierno de España pretende cargar eclusivamente sobre la espalda de los trabajadores.

Poderosos grupos financieros, mediáticos y políticos de la derecha neoliberal han logrado torcer la voluntad del gobierno de Zapatero y pretenden imponer "sus soluciones" a la salida de la crisis. Aquellos que durante ocho años de gobierno no pudieron, o mejor no quisieron, orientar la economía española hacia un sistema productivo que pudiera resistir los embates de las crisis que se repiten periódicamente, y que, sin embargo, aplaudieron sin reservas a los especuladores que se llenaron los bolsillos a manos llenas con la burbuja inmobiliaria, esos son los que ahora echan la culpa de la crisis a los trabajadores.

Porque, ¿cuáles son las soluciones que ellos proponen? Además de la reforma laboral que abarata el despido, que permite a los empresarios incumplir los convenios colectivos, que privatiza los sistemas de contratación y que debilita la negociación colectiva, sus "soluciones" son ampliar la edad de jubilación, ampliar los años de cotización para tener derecho a la jubilación y amplían el periodo para el cálculo de estas pensiones, es decir, disminuir la cuantía de las jubilaciones y disminuir el tiempo de disfrute de las mismas. Y, por supuesto rebajar al mismo tiempo las cotizaciones sociales de las empresas.

Pero si nos paramos un momento a reflexionar ¿es que en España resulta caro despedir?, si fuera así no tendríamos cuatro millones seiscientos mil parados, ¿es que hay trabajo suficiente para contratar a aquellos que amplian la edad de jubilación?, ¿qué se quiere hacer con los trabajadores de más de 45 años que van a ser despedidos en masa para sustituirlos por otros menos cualificados, pero con menos antigüedad y, por lo tanto, mas "baratos"?
Que España necesita reformas es una obviedad. Nuestro sistema económico, basado en la especulación, y no en la producción, genera empleo (poco cualificado) en las épocas de auge económico, pero es un desastre en las épocas de vacas flacas. Pero estas reformas necesarias han de ser acordadas por los agentes sociales, no se pueden cargar las soluciones exclusivamente sobre los trabajadores, los sindicatos han de ser escuchados.
Pretenden hacernos creer que esta política insolidaria de austeridad es la "única posible", pero eso no es verdad, recordemos que el ministro Solbes quería bajarse del tren porque creía que otra política era posible. Se quiere actuar únicamente sobre el gasto público, reduciendo la inversión pública que en este momento es la única capaz de generar empleo, pero nada se dice de aumentar los ingresos, nada se dice de reformas fiscales, o de recuperar los impuestos de patrimonio, de sucesiones o de sociedades, nada se dice tampoco de luchar contra el fraude fiscal y laboral.

Sin duda hay otras vías para combatir la crisis y para orientar las reformas que se necesitan, pero a la derecha financiera, económica, mediática y política no les interesan. Por eso cargan contra los sindicatos, porque como organizaciones estructuradas somos un baluarte fundamental en la defensa de los intereses del trabajo, porque, entre otras muchas cosas, somos capaces de organizar huelgas generales.

Nos jugamos mucho en la HUELGA GENERAL DEL 29S. Si no logramos pararlos, si perdemos fuerza negociadora, se van a salir con la suya y nos van a imponer "sus soluciones" a fuerza de leyes y decretos que refuercen la posición del capital frente a la del trabajo.

Hasta ahora la participación de los sindicatos, llevando la opinión de los trabajadores, en las "cuestiones de estado" han sido siempre positivas, por ejemplo nuestra participación en las propuestas del Pacto de Toledo para la sostenibilidad del sistema de pensiones de la seguridad social ha sido fundamental, y hemos logrado, junto con los partidos políticos, la estabilidad del sistema. Este es el camino, esto es lo que España necesita. Para eso, entre otras cosas, para que en las reformas que se necesitan se tenga en cuenta también la opinión de los trabajadores, hacemos la Huelga General.

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