Jornada musical a cargo de Pilar Boyero y Pedro Monty en la Residencia Virgen de Barbaño
El pasado 15 de Mayo, coincidiendo con el día de San Isidro y día de la familia, la Residencia Virgen de Barbaño disfrutó de un concierto de copla a cargo de Pilar Boyero y Pedro Monty.
“Fue un día muy especial, la copla y el bolero nos llenó de emotividad y sentimiento, hizo recordar a los usuarios y visitantes emociones y momentos vividos en sus años de juventud. La música de Pedro Monty y la gran voz y sensibilidad de Pilar les hizo perder la noción del tiempo, personal y familiares no podíamos dar crédito de la respuesta por parte de nuestros mayores, se olvidaron de sus rutinas ,de impacientarse , de la impulsividades propias de sus enfermedades, fue Pilar la que consiguió por asombro de todos varias horas de magia, donde un silencio invadía el patio que ellos mismos habían decorado, un silencio que por si sólo hablaba, que sólo se rompía con palabras de elogio "guapa" "olé" , lagrimas de emoción, sonrisas de complicidad y " pelos de punta"...”, señalan desde el centro residencial.
“Es así Pilar, en la cercanía, con una gran empatía consiguió que los asistentes hicieran gala de sus habilidades. Antonia la sustituyó cantando Ojos Verde, Carlos feliz por debutar al piano, María comentaba sus canciones, Teresa la acompañaba en algunas estrofas, Jesús amenizaba con sus toques al piano....
Y así fue este día tan maravilloso que todos llevamos en el corazón y en nuestro recuerdo”.
“Fue un día muy especial, la copla y el bolero nos llenó de emotividad y sentimiento, hizo recordar a los usuarios y visitantes emociones y momentos vividos en sus años de juventud. La música de Pedro Monty y la gran voz y sensibilidad de Pilar les hizo perder la noción del tiempo, personal y familiares no podíamos dar crédito de la respuesta por parte de nuestros mayores, se olvidaron de sus rutinas ,de impacientarse , de la impulsividades propias de sus enfermedades, fue Pilar la que consiguió por asombro de todos varias horas de magia, donde un silencio invadía el patio que ellos mismos habían decorado, un silencio que por si sólo hablaba, que sólo se rompía con palabras de elogio "guapa" "olé" , lagrimas de emoción, sonrisas de complicidad y " pelos de punta"...”, señalan desde el centro residencial.
“Es así Pilar, en la cercanía, con una gran empatía consiguió que los asistentes hicieran gala de sus habilidades. Antonia la sustituyó cantando Ojos Verde, Carlos feliz por debutar al piano, María comentaba sus canciones, Teresa la acompañaba en algunas estrofas, Jesús amenizaba con sus toques al piano....
Y así fue este día tan maravilloso que todos llevamos en el corazón y en nuestro recuerdo”.