Para Angelito el Chambi · Mª Carmen Rodríguez Montero · Montijo
Aún recuerdo el
momento en el que te ví brillar, así, como los grandes hombres, con actitud y
elegancia, tuve la suerte de recoger aquel bonito instante.
Te encaminabas al
casino, para ti un lugar de reencuentro
y unión, siempre podría encontrarte allí, te encantaba ese lugar, que
tendrá que tanto te gustaba, supongo que
será la unión tan especial que tenías con tus amigos y compañeros y las
partiditas de juegos de mesa que os
echabais , o simplemente sentarte y allí, tras una agradable conversación compartir
ideas e inquietudes, y como no, aquellos comentarios de los partidos y las jugadas del día
anterior.
En ese momento
estabas tan guapo Tito y tan lleno de vida que, estar a tu lado era sinónimo de
confianza, de una confianza plena para la superación de todos los obstáculos que
te iban sucediendo, nos tenias tan acostumbrados a recomponerte de
las caídas y salir airoso que , yo confiaba en que todo iba a salir bien, y que
volverías a pasear por este lugar y por muchos otros más, que te volverías a
levantar y nos volveríamos a reír.
Y siempre te lo dije,
que todo iba a salir bien, que no te preocuparas, que sólo era una fase, que la
íbamos a superar. Que volveríamos a sentir la primavera y el calor, que nos
volvería a dar ese solito que tanto nos llena de vida.
Pero desgraciadamente
no fue asi, desgraciadamente el frío tomó partida, y dolor se apoderó poquito a
poco de ti, debilitándote hasta el último momento y no dejándote más que el último aliento.
Gracias por las
lecciones tan valiosas aprendidas , has sido un gran maestro, siempre con esa
tranquilidad y orden que te caracterizaba, en tu casa siempre era agradable
estar, la buena actitud y la constancia
eran tus aliadas sin duda, y ese olor a
flores de galán nada más entrar recién cortadas.
Con algo entre manos, tan pronto te veía pintando un bonito cuadro explicándome
las técnicas aplicadas como montando, pieza a pieza un gran y complicado barco,
que paciencia que tenías, por no decir tu gran curiosidad, gracias a ti conocí
un poquito más sobre la familia, a través de ese gran trabajo de investigación.
Siempre ocupado,
siempre motivado, siempre con tu equipo y sus jugadores, con tus partidos y la
liga en la mente, contigo no podíamos aburrirnos, era admirable esa gran
capacidad de saber estar y continuar adelante. Admirable.
Ahora, desde
entonces, mentiría si te dijera que es fácil pensar que ya no estás, aunque si
que es cierto que yo, como te repetí, siguiré confiando en ti, por tu ejemplo,
tu manera de saber vivir y compartir, porque
estes dónde estes ,se que estas bien, se que ya no te duele nada, que ya
no sufres, y que sigues sonriendo y
diciéndome te quiero, palabras que nos encantaba pronunciar, que sigues
cuidándome a mí y a toda tu familia , que tu recuerdo sigue intacto y que la mayor
felicidad es haber tenido un Tio como tú, el cual ha dejado una huella imborrable dentro de mi
corazón. Gracias Tito por haber formado
parte y haber estado tan cerquita de mí. Siempre estarás conmigo.
Te quiere tu
sobrina, Mª Carmen
Aún recuerdo el momento en el que te ví brillar, así, como los grandes hombres, con actitud y elegancia, tuve la suerte de recoger aquel bonito instante.
Te encaminabas al casino, para ti un lugar de reencuentro y unión, siempre podría encontrarte allí, te encantaba ese lugar, que tendrá que tanto te gustaba, supongo que será la unión tan especial que tenías con tus amigos y compañeros y las partiditas de juegos de mesa que os echabais , o simplemente sentarte y allí, tras una agradable conversación compartir ideas e inquietudes, y como no, aquellos comentarios de los partidos y las jugadas del día anterior.
En ese momento estabas tan guapo Tito y tan lleno de vida que, estar a tu lado era sinónimo de confianza, de una confianza plena para la superación de todos los obstáculos que te iban sucediendo, nos tenias tan acostumbrados a recomponerte de las caídas y salir airoso que , yo confiaba en que todo iba a salir bien, y que volverías a pasear por este lugar y por muchos otros más, que te volverías a levantar y nos volveríamos a reír.
Y siempre te lo dije, que todo iba a salir bien, que no te preocuparas, que sólo era una fase, que la íbamos a superar. Que volveríamos a sentir la primavera y el calor, que nos volvería a dar ese solito que tanto nos llena de vida.
Pero desgraciadamente no fue asi, desgraciadamente el frío tomó partida, y dolor se apoderó poquito a poco de ti, debilitándote hasta el último momento y no dejándote más que el último aliento.
Gracias por las lecciones tan valiosas aprendidas , has sido un gran maestro, siempre con esa tranquilidad y orden que te caracterizaba, en tu casa siempre era agradable estar, la buena actitud y la constancia eran tus aliadas sin duda, y ese olor a flores de galán nada más entrar recién cortadas. Con algo entre manos, tan pronto te veía pintando un bonito cuadro explicándome las técnicas aplicadas como montando, pieza a pieza un gran y complicado barco, que paciencia que tenías, por no decir tu gran curiosidad, gracias a ti conocí un poquito más sobre la familia, a través de ese gran trabajo de investigación.
Siempre ocupado, siempre motivado, siempre con tu equipo y sus jugadores, con tus partidos y la liga en la mente, contigo no podíamos aburrirnos, era admirable esa gran capacidad de saber estar y continuar adelante. Admirable.
Ahora, desde entonces, mentiría si te dijera que es fácil pensar que ya no estás, aunque si que es cierto que yo, como te repetí, siguiré confiando en ti, por tu ejemplo, tu manera de saber vivir y compartir, porque estes dónde estes ,se que estas bien, se que ya no te duele nada, que ya no sufres, y que sigues sonriendo y diciéndome te quiero, palabras que nos encantaba pronunciar, que sigues cuidándome a mí y a toda tu familia , que tu recuerdo sigue intacto y que la mayor felicidad es haber tenido un Tio como tú, el cual ha dejado una huella imborrable dentro de mi corazón. Gracias Tito por haber formado parte y haber estado tan cerquita de mí. Siempre estarás conmigo.
Te quiere tu sobrina, Mª Carmen