De entrada, amigo Paco Flecha, perdón por meterme en terrenos que tu dominas mucho mejor que yo pero no puedo con la hipocresía. La historia nos dice que, desde mediados del siglo XVIII, los Toros se convierten en espectáculo público y esto se hace con una Real Orden de la Casa del Rey. A mediados del año 2008, un Colectivo (PROU) que se dice en defensa de los animales comienza en Cataluña y más concretamente a las puertas de la Monumental de Barcelona, una serie de protestas contra la llamada Fiesta Nacional. Lo hacen de todas las formas imaginables. Se muestran en pelotas y embadurnados en pintura roja, arropados por pancartas y carteles donde se lee…: “salvajes, fascistas, torturadores, sinvergüenzas”…etc. Nadie les hace caso pero van sembrando la semilla de un mal que ahora puede acabar con los toros en media España. Deciden recoger firmas para que se estudie una Iniciativa Parlamentaria en el Parlament de Cataluña destinada a la abolición de las Corridas de Toros. Presentan 180 mil firmas, se estudia la petición en Pleno y, por 5 votos de diferencia, quedan prohibidos los Toros en Cataluña. Solo las corridas. Los Correbous y los Toros Ensogats adquieren norma de fiesta popular autóctona y no les afecta la prohibición. Ambas fiestas “tradicionales” consisten en lo que conocemos como Toros de Fuego.

Animales con antorchas en los cuernos, ya sean sueltos o ensogados. Al parecer, ese tipo de festejo no es cruel con el Toro. Pero volvamos a las cifras porque son muy importantes… 180.000 firmas de unos 7 millones de habitantes en Cataluña, si no me equivoco viene a ser el 3 por ciento de sus habitantes. No digo yo que a los 7 millones les gusten los Toros, digo que, les gusten o no, ya no importa la opinión de los 6 millones 820 mil que no han firmado. Ni siquiera la posibilidad de que pudieran gustar de la llamada Fiesta Nacional en un futuro. Y no está mal que un pequeño David venza a Goliat. Lo que es impresentable es que, el resto, los más de 6 millones de personas en Cataluña, con o sin opinión, a favor o en contra, con argumentos o sin ellos, se han callado. Y no hay más, esto es lo que os merecéis.

El 1 de Enero de 2012, Cataluña se queda sin toros como yo me quedé sin abuela. Y el germen de esta especie de enfermedad va a continuar por muchas partes de España. Pero, a partir de ahora, nos coge preparados. ¿Se obliga a alguien a que asista a una Corrida de Toros?. ¿Se obliga a alguien a que lo vea como un Arte?. ¿Conoce la gente como se sacrifica al ganado en los mataderos?. Y me preguntaría también…esta gente que dice defender a los animales…¿comen carne o son todos vegetarianos?. Porque no se puede defender una cosa en público y la contraria en privado. Eso se llama hipocresía. Lo que han hecho “los honorables” miembros del Parlament ha sido UNA IMPOSICIÓN. Con más que grave tufo a lo anti-español. El objeto-recuerdo que más compran los turistas que visitan Barcelona es el famoso Toro de plástico con sus banderillas y la muñeca vestida de sevillana junto a el. ¿Me lo pueden explicar?. Que los toros se han convertido en una seña de identidad de todo lo español, es evidente. Que si se protesta contra lo que los defensores de la vida animal llaman maltrato, se consiguen cuotas de pantalla y publicidad gratuita, también. Y que el mundo del Toro se ha convertido en una gran empresa donde comen miles de personas, parece olvidarse con esta medida. Total, en España ni hay paro ni falta dinero. Con todo, que un Parlamento democrático legisle lo que ha legislado el catalán, hay que asumirlo, allá ellos con las consecuencias. El caso es que, si se han presentado 180 mil formas para su supresión, bastaba con haber presentado 180 mil una para que no se hubiera cometido esta tropelía democrática.

Les honorables miembres del Parlament de Catalunya olvidan varias cosas en su furor contra todo aquello que huela ligeramente a español…: que la raza del Toro de Lidia, si no es por las Corridas, se perderá. Resulta muy caro mantener una Ganadería brava. Que no se puede legislar contra la Tradición porque estaremos de acuerdo en que los Toros son algo tradicional. Que han consentido que 180 mil antis y maleducados puedan con casi 7 millones sin siquiera plantearse un Referéndum al que son tan amigos cuando se trata de pedir la Independencia.

Para último punto dejo el comportamiento de los llamados anti-taurinos. Nunca he oído a un taurino pegar voces por sus tesis y menos, insultar. A mi me gustan los Toros, aprecio detalles estéticos en una faena torera bien trenzada. Unos lo llaman arte, otros gusto torero, pues bien, expresándome así he tenido que escuchar que soy un carca, un salvaje, un fascista y que si transijo con el maltrato de estos animales, qué no haré en mi casa con mi familia. La suerte que tuvo el individuo en cuestión que me lo dijo es que, a través de Internet, no le puedes sacudir un ostión. Pero así, con estas formas de expresión no vamos a ningún lado. Los progres tienen en común que, cuando hay algo que no les gusta no se plantean el dialogo sino la prohibición. Ahora, en el aspecto puramente político ya sabemos lo que va a pasar. Esto es solo culpa de Zapatero que no defiende a España. Al tiempo.