Me lo robaron · Juan Aunión Sierra · Montijo
Hace poco más de un mes, me quedé olvidado en un cajero del
Banco de Santander un pequeño bolso. A los pocos segundos fui a recogerlo pero
ya tenía nuevo dueño. Sea hombre o mujer el que se lo llevó es un auténtico
LADRÓN (con mayúsculas) y por educación no le escribo un insulto mucho mayor
aunque con el corazón lo piense. Este bolso contenía para mí, objetos de mucho
valor por ser regalos familiares.
La conciencia no creo la tenga muy tranquila y lo de LADRÓN
es, porque en el interior del bolso había también una tarjeta con mi dirección,
a la que de haber sido honrado, muy bien se podía haber dirigido.
No obstante, que se le atragante el ROBO y no le aproveche, a la vez que le digo que todavía
hay “GENTUZA” por esos mundos de Dios.
Hace poco más de un mes, me quedé olvidado en un cajero del Banco de Santander un pequeño bolso. A los pocos segundos fui a recogerlo pero ya tenía nuevo dueño. Sea hombre o mujer el que se lo llevó es un auténtico LADRÓN (con mayúsculas) y por educación no le escribo un insulto mucho mayor aunque con el corazón lo piense. Este bolso contenía para mí, objetos de mucho valor por ser regalos familiares.
La conciencia no creo la tenga muy tranquila y lo de LADRÓN es, porque en el interior del bolso había también una tarjeta con mi dirección, a la que de haber sido honrado, muy bien se podía haber dirigido.
No obstante, que se le atragante el ROBO y no le aproveche, a la vez que le digo que todavía hay “GENTUZA” por esos mundos de Dios.