Compás, Pastor, compás
Aquí presento, fiel lector y seguidor de esta
columna, esencia pura de nuestro Montijo. ¡Qué tiempos! que ahora refloto en el
Costa Concordia de la memoria y los recuerdos.
La etapa por equipos
de la Vuelta Ciclista a España que tuvo la salida en Montijo y finalizó en
Badajoz, en la que corrió Miguel Induraín, y estuvo el popular periodista José
María García, conocido como Butanito. Los cortijos de la Centinela, el Machal, el
Castillo, la Coneja, Velasco, la Serrana, Alcazabilla, el Pajarito, el
Garbancillo y la Cantina. El oficial
albañil Joaquín Portillo, que pintaba las carteleras del cine Salón Moderno. El
médico Manuel Zúñiga que solía decir, en relación al hombre y la mujer: “Dios
castigó a Eva anunciándole, tú parirás, y para Adán, tú te afeitarás dos veces
por semana, y váyase una cosa por la otra”. Las sandalias con calcetines
que utilizaban los municipales en el verano. La máquina de picar y llenar para
las matanzas de la marca Elma. Fernando Baños, en la pescadería, diciéndole a las clientas: “Mirad las
sardinas lo frescas que están, tienen los ojos hasta colorados”. La expresión
“A estrujar el caletre”. “Venga, venga, azafraneo”.
La cuba de madera
por la que bebían agua los labradores. Antonio y Cristóbal Paredes que vivían
en la calle Santana y disecaban animales. “En el campo canta el cuco, en la
jaula el jilguero, y en el Hogar del Pensionista canta Paquito Soltero”. “Tan
chico como un pimiento y trabaja en el Ayuntamiento”. Las
mujeres con los cubos regando las puertas de las casas. Petra Polo que era limpiadora
en la fábrica de Invecosa. El comercio de Juan Gómez, que también llevó el bar
Basiliso, en la esquina de la calle Mártires, frente al final de la calle
Piñuela. Cuando
se decía, hace años, “enviad una postal cuándo lleguéis a la playa”. Los
pardales bañándose días antes de que llueva. El almacén de la cerveza Mahou que
tuvo Ruperto Menayo en lo que hoy es La Posá. La expresión “ahora mismito”.
El tecleo de la
máquina de escribir Olympus. El Garbancero recomendándole a Juan Antonio el
Pastor: “compás, Pastor, compás”. La felicitación que aparecía en el Parvulito
del entonces Día de la Madre, “Mamita preciosa mi dulce embeleso deja hoy en tu
cara que deposite un beso”. Juanito Valderrama cantando en el Teatro Calderón
“Por ahí, diviértete lo que puedas,/ diviértete por ahí,/ que el día que tú te
mueras/ no se va a acordar de ti/ ni la familia siquiera”. Joaquín Portillo,
Paredes y Pepe Díaz, oficiales del maestro de obras Modesto Cabezas. “Eres como
la higuera, que unas veces me da higos y otras me da brevas”. Pedro Gragera
Coronado, director-gerente de Mercoguadiana. El partido de fútbol de veteranos disputado entre
la U.D. Montijo y el Real Madrid, en cuya expedición vinieron, entre otros,
Alfredo di Stéfano y Luis del Sol. El llamado gallo, corazón de la
sandía. La
peña “La Niña Bonita” en el bar de Mela. Los zurriagos. ¡Sape!, le dijo al gato.
Cuando en el cine Palmera se oía, antes de la
película y en el descanso, entre otras, la canción “Non ho l'età per
amarti”, de la italiana Gigliola Cinquetti. Sebastián Leralta Jiménez, que era de
Talavera la Real, encargado del constructor José Moreno García. Hermenegildo
Carretero, encargado del economato de Carcesa. La
vedette Lita Claver, la Maña, que actuó una noche de Feria en el campo de
tierra, donde subió al escenario a Joselito Caballero, que repartía bombonas de
butano. Los
mapas de España en los departamentos de viajeros del tren. Sacar pares o nones
para saber quién comenzaba el juego. “Le
ha salío un sarpullío por todo el cuerpo”. “¡Niño!, hurga un poquino el
brasero”. La leyenda que ponían las cajas de cerillos: “40 fósforos de madera,
20 céntimos, Hacienda Pública. Para que arda bien inclínese hacia abajo”. La
película “Zampo y yo”, con Ana Belén, en la sesión infantil del cine
Emperatriz. Fumad del Ziz-Zag, el mejor papel de fumar. “¿Se rompió? ¡No
importa! El remedio… Pegamento Imedio”.
Aquí presento, fiel lector y seguidor de esta columna, esencia pura de nuestro Montijo. ¡Qué tiempos! que ahora refloto en el Costa Concordia de la memoria y los recuerdos.
La etapa por equipos de la Vuelta Ciclista a España que tuvo la salida en Montijo y finalizó en Badajoz, en la que corrió Miguel Induraín, y estuvo el popular periodista José María García, conocido como Butanito. Los cortijos de la Centinela, el Machal, el Castillo, la Coneja, Velasco, la Serrana, Alcazabilla, el Pajarito, el Garbancillo y la Cantina. El oficial albañil Joaquín Portillo, que pintaba las carteleras del cine Salón Moderno. El médico Manuel Zúñiga que solía decir, en relación al hombre y la mujer: “Dios castigó a Eva anunciándole, tú parirás, y para Adán, tú te afeitarás dos veces por semana, y váyase una cosa por la otra”. Las sandalias con calcetines que utilizaban los municipales en el verano. La máquina de picar y llenar para las matanzas de la marca Elma. Fernando Baños, en la pescadería, diciéndole a las clientas: “Mirad las sardinas lo frescas que están, tienen los ojos hasta colorados”. La expresión “A estrujar el caletre”. “Venga, venga, azafraneo”.
La cuba de madera por la que bebían agua los labradores. Antonio y Cristóbal Paredes que vivían en la calle Santana y disecaban animales. “En el campo canta el cuco, en la jaula el jilguero, y en el Hogar del Pensionista canta Paquito Soltero”. “Tan chico como un pimiento y trabaja en el Ayuntamiento”. Las mujeres con los cubos regando las puertas de las casas. Petra Polo que era limpiadora en la fábrica de Invecosa. El comercio de Juan Gómez, que también llevó el bar Basiliso, en la esquina de la calle Mártires, frente al final de la calle Piñuela. Cuando se decía, hace años, “enviad una postal cuándo lleguéis a la playa”. Los pardales bañándose días antes de que llueva. El almacén de la cerveza Mahou que tuvo Ruperto Menayo en lo que hoy es La Posá. La expresión “ahora mismito”.
El tecleo de la máquina de escribir Olympus. El Garbancero recomendándole a Juan Antonio el Pastor: “compás, Pastor, compás”. La felicitación que aparecía en el Parvulito del entonces Día de la Madre, “Mamita preciosa mi dulce embeleso deja hoy en tu cara que deposite un beso”. Juanito Valderrama cantando en el Teatro Calderón “Por ahí, diviértete lo que puedas,/ diviértete por ahí,/ que el día que tú te mueras/ no se va a acordar de ti/ ni la familia siquiera”. Joaquín Portillo, Paredes y Pepe Díaz, oficiales del maestro de obras Modesto Cabezas. “Eres como la higuera, que unas veces me da higos y otras me da brevas”. Pedro Gragera Coronado, director-gerente de Mercoguadiana. El partido de fútbol de veteranos disputado entre la U.D. Montijo y el Real Madrid, en cuya expedición vinieron, entre otros, Alfredo di Stéfano y Luis del Sol. El llamado gallo, corazón de la sandía. La peña “La Niña Bonita” en el bar de Mela. Los zurriagos. ¡Sape!, le dijo al gato.
Cuando en el cine Palmera se oía, antes de la película y en el descanso, entre otras, la canción “Non ho l'età per amarti”, de la italiana Gigliola Cinquetti. Sebastián Leralta Jiménez, que era de Talavera la Real, encargado del constructor José Moreno García. Hermenegildo Carretero, encargado del economato de Carcesa. La vedette Lita Claver, la Maña, que actuó una noche de Feria en el campo de tierra, donde subió al escenario a Joselito Caballero, que repartía bombonas de butano. Los mapas de España en los departamentos de viajeros del tren. Sacar pares o nones para saber quién comenzaba el juego. “Le ha salío un sarpullío por todo el cuerpo”. “¡Niño!, hurga un poquino el brasero”. La leyenda que ponían las cajas de cerillos: “40 fósforos de madera, 20 céntimos, Hacienda Pública. Para que arda bien inclínese hacia abajo”. La película “Zampo y yo”, con Ana Belén, en la sesión infantil del cine Emperatriz. Fumad del Ziz-Zag, el mejor papel de fumar. “¿Se rompió? ¡No importa! El remedio… Pegamento Imedio”.