Los archiperres
Voy y abro el álbum de la memoria y allí, nuevamente,
imágenes y recuerdos, porque todo, absolutamente todo, está, permanece y sigue
aún vivo. Paisaje, paisanaje, personas y personajes.
Las piernas de Bárbara
Rey que decoraban la entrada del circo de Ángel Cristo, con sus leones
gigantes, que se instaló en los terrenos donde hoy está el colegio Virgen de
Barbaño, entre el Instituto y el barrio conocido como las “Casas Nuevas”. Severiana Remigio, que vendía hielo rallado en el paseo, al que le
echaba un líquido con sabor a menta, naranja y limón. Maestre, topógrafo de las
Colonias Penitenciarias Militarizadas, padre de Tom Martín Benítez, periodista
y locutor de radio y televisión, que nació en Montijo, vivieron en la calle
Piñuela y luego en la de Macías de Porras. Miguelito Bosé, el cantante, hijo
del torero Luis Miguel Dominguín y la actriz italiana Luciana Bosé, que fue
pregonero de la feria y fiestas patronales. Los archiperres. Emilio el Moro cantando
“A la lima y el limón” en el Salón Moderno: “A la lima y al limón, ¿cómo quieres que te
quieran? si eres una coliflor y además no te peinas… y los hombres cantan a la
rueda, rueda, ya viene la tonta, sálvese quien pueda”. El taller
de motos del maestro Teodoro Rodríguez Remigio, junto al Cine Palmera. Los
pañuelos que les ponían a los muchachos anudados a la cabeza cuando tenían
paperas. Los niños con los calzoncillos llenos de cebique. Eres un tío pitraco.
María Rodríguez
Alarcón y su hermana Eulalia detrás de la imagen de la Virgen de Barbaño. Los caramelos de la pastelería de Mariano Serrano,
que se coleccionaban juntando las letras de la “Imperial Toledana”, si bien la
“T” se resistía en salir. La plegaria que compuso la pianista doña Rafael Guisado, “Virgen Santa, de
Barbaño vienes/ y tus hijos te quieren cantar,/ luz, belleza, vida y esperanza,/da
a tus hijos la felicidad”. El merendero El Cordobés, en la
carretera de Lobón. La casa del arco redondo,
que así era conocida, que estaba junto a la casa palacio de los Condes, donde
estaba el café de Alfonso Cruz. En la despensa
no había ná de ná. ¡Llevo dos iguales para hoy! La
fuente que había en el centro de la Plaza de Abastos. Pepe y Juan Torres despidiendo,
cuando acababa la película, a los abonados habituales del Teatro Calderón
¡Buenas noches, buenas noches!, en algunas ocasiones escuchaban del púbico:
“Vaya castaña que nos habéis metido hoy”.
La rodilla o rodete,
como una almohadilla, que utilizaban las mujeres para llevar los cántaros sobre
la cabeza. Los guardias civiles Calamonte, Ignacio Rubio, Brigido y Morales. Antonio Molina, que era de
Torremayor, se dedicada a disecar animales, taxidermista, y su mujer María Cea,
que era gallega y vivían en la calle Mérida Deja de hacer
ciringoncias. Pedro Vázquez Meneses con la furgoneta de Pastrano que
traía a los estudiantes de Torremayor al Instituto Vegas Bajas. “De grandes cenas las sepulturas llenas,
pero de grandes desayunos no se ha muerto ninguno”. Tierras y Hormigones,
empresa que construyó canales y acequias del Plan Badajoz. Las expresiones,
“velaí”, es una “virguería” y está dando las “boqueás”. El taller de Gonzalo Vargas, en el callejón de la Zorra, concesionario de
la marca de tractores Jhon Deere. Las
alpargatas de La Valenciana.
Los letreros que
tenían las puertas de Almacenes Serrano, en la Avenida, frente a la escalera
grande del atrio, que anunciaban “Garbanzos, Lentejas, Semillas, Chocolates y
Anisados”. Jose Cutanda, Adelaida Rodríguez y Manolo Sánchez,
director, secretaria y jefe de estudios del Instituto Vegas Bajas. El famoso y popular burro de Juan
Gómez, que tenía en la huerta detrás del Matadero Municipal. ¡Bollos
de chicharrones, magdalenas y polvorones! Vienes
hecho un San Lázaro. “Del puño que le aventó
le puso el ojo a la virulé”. En vaso largo o en
copa corta, anís de la Asturiana qué bien se porta. Mecachilamá salá.
Voy y abro el álbum de la memoria y allí, nuevamente, imágenes y recuerdos, porque todo, absolutamente todo, está, permanece y sigue aún vivo. Paisaje, paisanaje, personas y personajes.
Las piernas de Bárbara Rey que decoraban la entrada del circo de Ángel Cristo, con sus leones gigantes, que se instaló en los terrenos donde hoy está el colegio Virgen de Barbaño, entre el Instituto y el barrio conocido como las “Casas Nuevas”. Severiana Remigio, que vendía hielo rallado en el paseo, al que le echaba un líquido con sabor a menta, naranja y limón. Maestre, topógrafo de las Colonias Penitenciarias Militarizadas, padre de Tom Martín Benítez, periodista y locutor de radio y televisión, que nació en Montijo, vivieron en la calle Piñuela y luego en la de Macías de Porras. Miguelito Bosé, el cantante, hijo del torero Luis Miguel Dominguín y la actriz italiana Luciana Bosé, que fue pregonero de la feria y fiestas patronales. Los archiperres. Emilio el Moro cantando “A la lima y el limón” en el Salón Moderno: “A la lima y al limón, ¿cómo quieres que te quieran? si eres una coliflor y además no te peinas… y los hombres cantan a la rueda, rueda, ya viene la tonta, sálvese quien pueda”. El taller de motos del maestro Teodoro Rodríguez Remigio, junto al Cine Palmera. Los pañuelos que les ponían a los muchachos anudados a la cabeza cuando tenían paperas. Los niños con los calzoncillos llenos de cebique. Eres un tío pitraco.
María Rodríguez Alarcón y su hermana Eulalia detrás de la imagen de la Virgen de Barbaño. Los caramelos de la pastelería de Mariano Serrano, que se coleccionaban juntando las letras de la “Imperial Toledana”, si bien la “T” se resistía en salir. La plegaria que compuso la pianista doña Rafael Guisado, “Virgen Santa, de Barbaño vienes/ y tus hijos te quieren cantar,/ luz, belleza, vida y esperanza,/da a tus hijos la felicidad”. El merendero El Cordobés, en la carretera de Lobón. La casa del arco redondo, que así era conocida, que estaba junto a la casa palacio de los Condes, donde estaba el café de Alfonso Cruz. En la despensa no había ná de ná. ¡Llevo dos iguales para hoy! La fuente que había en el centro de la Plaza de Abastos. Pepe y Juan Torres despidiendo, cuando acababa la película, a los abonados habituales del Teatro Calderón ¡Buenas noches, buenas noches!, en algunas ocasiones escuchaban del púbico: “Vaya castaña que nos habéis metido hoy”.
La rodilla o rodete, como una almohadilla, que utilizaban las mujeres para llevar los cántaros sobre la cabeza. Los guardias civiles Calamonte, Ignacio Rubio, Brigido y Morales. Antonio Molina, que era de Torremayor, se dedicada a disecar animales, taxidermista, y su mujer María Cea, que era gallega y vivían en la calle Mérida Deja de hacer ciringoncias. Pedro Vázquez Meneses con la furgoneta de Pastrano que traía a los estudiantes de Torremayor al Instituto Vegas Bajas. “De grandes cenas las sepulturas llenas, pero de grandes desayunos no se ha muerto ninguno”. Tierras y Hormigones, empresa que construyó canales y acequias del Plan Badajoz. Las expresiones, “velaí”, es una “virguería” y está dando las “boqueás”. El taller de Gonzalo Vargas, en el callejón de la Zorra, concesionario de la marca de tractores Jhon Deere. Las alpargatas de La Valenciana.
Los letreros que tenían las puertas de Almacenes Serrano, en la Avenida, frente a la escalera grande del atrio, que anunciaban “Garbanzos, Lentejas, Semillas, Chocolates y Anisados”. Jose Cutanda, Adelaida Rodríguez y Manolo Sánchez, director, secretaria y jefe de estudios del Instituto Vegas Bajas. El famoso y popular burro de Juan Gómez, que tenía en la huerta detrás del Matadero Municipal. ¡Bollos de chicharrones, magdalenas y polvorones! Vienes hecho un San Lázaro. “Del puño que le aventó le puso el ojo a la virulé”. En vaso largo o en copa corta, anís de la Asturiana qué bien se porta. Mecachilamá salá.