En respuesta al escrito de Doña Antonia M. García · Manola Roque · Montijo
Perdone si se ha dado por aludida. No he querido ofender a nadie, pero tampoco mentir. Si usted estaba allí y sufrió viendo la violencia física es normal que se escandalice, pero yo sólo puedo hablar de lo que vi, Y he visto en las calles de Madrid, desde por la mañana hasta las siete y media de la tarde, una marea humana indignada, pero pacífica y valiente, no violenta.
No me ha entendido, o yo no he sabido explicarme. No he insultado a ningún grupo social, sólo he defendido la justicia y el derecho que tienen millones de personas que rozan la miseria a exigir lo que les corresponde. Desde que llegué a la manifestación hasta que la abandoné, no presencié ningún acto de violencia física. Sí le digo que estamos aguantando desde hace años la violencia del Estado, el fantasma de la violencia que se hace tangible en el paro, los desahucios, los recortes, los sueldos de miseria, los fraudes, los ladrones con levita, los nobles innobles, los paraísos fiscales... A eso es a lo que yo llamo violencia. Violencia pura y dura contra el pueblo. No personifico el "sois violentos", como usted ha hecho al referirse a los que estábamos en la manifestación pacíficamente, por tanto le ruego vuelva a leer mi escrito anterior.
Los que están al borde del precipicio y sus únicas armas son las manos (los trabajadores), sólo pueden luchar con la fuerza de la razón, pero el que lo tiene todo incluso gente a sueldo para apalear la razón, esos sí que tiene en sus manos la razón de la fuerza.
Si usted es familiar del cuerpo de policía, le felicito, ya que la función de la policía es velar por la seguridad de todos los ciudadanos. Lo digo al respecto de ese "silogismo" que hace usted: "quien crea violencia contra las fuerzas armadas, está agrediendo al pueblo". Le aseguro para tranquilizarla que, entre los cientos de miles de personas con las que anduve durante más de 15 kilómetros no presencié ningún altercado, ni un ápice de violencia física. Si entre tantas personas no hubo problemas, debemos hacer patente y honrar esa postura y no fijarnos en peleas de cuatro ruidosos, posiblemente "infiltrados", personas preparadas para alborotar el gallinero. No culpe a los manifestantes, los altercados se cuecen en otros fogones.
Con estos argumentos doy por zanjada la polémica. Un saludo.
Perdone si se ha dado por aludida. No he querido ofender a nadie, pero tampoco mentir. Si usted estaba allí y sufrió viendo la violencia física es normal que se escandalice, pero yo sólo puedo hablar de lo que vi, Y he visto en las calles de Madrid, desde por la mañana hasta las siete y media de la tarde, una marea humana indignada, pero pacífica y valiente, no violenta.
No me ha entendido, o yo no he sabido explicarme. No he insultado a ningún grupo social, sólo he defendido la justicia y el derecho que tienen millones de personas que rozan la miseria a exigir lo que les corresponde. Desde que llegué a la manifestación hasta que la abandoné, no presencié ningún acto de violencia física. Sí le digo que estamos aguantando desde hace años la violencia del Estado, el fantasma de la violencia que se hace tangible en el paro, los desahucios, los recortes, los sueldos de miseria, los fraudes, los ladrones con levita, los nobles innobles, los paraísos fiscales... A eso es a lo que yo llamo violencia. Violencia pura y dura contra el pueblo. No personifico el "sois violentos", como usted ha hecho al referirse a los que estábamos en la manifestación pacíficamente, por tanto le ruego vuelva a leer mi escrito anterior.
Los que están al borde del precipicio y sus únicas armas son las manos (los trabajadores), sólo pueden luchar con la fuerza de la razón, pero el que lo tiene todo incluso gente a sueldo para apalear la razón, esos sí que tiene en sus manos la razón de la fuerza.
Si usted es familiar del cuerpo de policía, le felicito, ya que la función de la policía es velar por la seguridad de todos los ciudadanos. Lo digo al respecto de ese "silogismo" que hace usted: "quien crea violencia contra las fuerzas armadas, está agrediendo al pueblo". Le aseguro para tranquilizarla que, entre los cientos de miles de personas con las que anduve durante más de 15 kilómetros no presencié ningún altercado, ni un ápice de violencia física. Si entre tantas personas no hubo problemas, debemos hacer patente y honrar esa postura y no fijarnos en peleas de cuatro ruidosos, posiblemente "infiltrados", personas preparadas para alborotar el gallinero. No culpe a los manifestantes, los altercados se cuecen en otros fogones.
Con estos argumentos doy por zanjada la polémica. Un saludo.