Firuliru, firuliru
La flor de
Pascua ha abierto la hermosura de sus hojas rojas bajo la niebla y el tibio sol
de diciembre, proclamando la llegada de un dulce villancico que anuncia y canta
que se acercan, que ya están aquí las fiestas de la Navidad y Reyes.
Los pastores Ramón Curado, Miguel Sánchez
Piedehierro, Juan Moreno, Juan Pérez Rodríguez, Miguel Ramón, Pedro Nolasco,
Gregorio Vigara, que era de Cabeza del Buey, y Juan Gallardo Badajoz, que era
de Campanario, conocido como el Tartaya. Una moza de
Montijo le dijo a otra de Higuera, “Con tal de que no me entren monja, que me
entren lo quieran”. Pedro Hidalgo Coto, que vendía gaseosa La Carmela,
argumentándole al cliente que era mejor que La Casera, porque La Casera, decía,
solo hace “firuliru, firuliru”, en clara referencia al gas. Juanito Maravillas cantando en el cine
Emperatriz de verano, en una noche de feria, “lo recogí siendo un niño que
apenas anda siquiera”. El bar Siros.
¡Qué viene la mano negra! La expresión
“A tó meté”. Los vasos del bar de José, que
estaba junto al baile Cuellar, que tenían gravado el escudo del Athletic de
Bilbao. Mi amigo Juan Félix Barril cantando, “Dios te salve María morena/
virgen de la Consolación/ patrona de Utrera”. José Zama, propietario del bar
Zama, que estaba en la plaza de España, que al pedirle un vaso de agua solía
decir “el agua desgasta las piedras, corroe los metales, imaginaros lo que
puede hacer con el estómago”. Luciano Cerezo, que fue matarife y pocero. Pepe
Rodríguez y su hermana María vendiendo churros de Juan Cruz en las Colonias
Penitenciarias Militarizadas. Jugando a voy mosca. “A lo loco es una frase/que está
de moda, que está de moda,/se escucha en todas partes/y a todas horas… ¡Ala,
ala!/A lo loco, a lo loco,/hay que ver cómo vive fulano, /cómo tira el dinero
mengano…/A lo loco, a lo loco, a lo loco,/a lo loco se vive mejor”. La
expresión “Vamos a sacacarajo”.
El embarcadero de la estación de
ferrocarril. El
almidón que usaban los zapateros con el que pegábamos los cromos de las
colecciones del chocolate. La oquedad que había entre el interior del templo y
la puerta norte de la iglesia de San Pedro, en la que, tapada por una cortina,
estaba la imagen que es conocida popularmente como La Burrita. El taxista
Alfonso González. El cantaor granaíno Luis Heredia, el Polaco, acompañado por la
bailaora La Españoleta, cantando en la peña flamenca El Garbancero. El cantaor
montijano de flamenco Ángel Romero del Campo, acompañado por el guitarrista
Alfonso Vázquez Gordillo. Beba
Kas… y nada más. Cuando te recomendaban comer despacio para evitar, decían,
añujarte. Las modistas cogiendo las bastillas. Antonio Redondo, vendiendo con
el carrito por las calles polos y helados de la heladería El Valenciano, que luego, cuando lo dejó, se dedicó
a la chatarrería. La expresión “Echando patutas”.
La cartilla Rayas.
“Resuene
el pandero/que es día de alegría/que ha tenido un niño/la Virgen María”,
villancico de doña Rafaela Guisado. El comercio de ultramarinos de Esperanza e
Isabel, en la calle La Legión, conocida como calle La Guita. Félix
Luceño vendiendo platería por las casas, preguntado “¿Niña, está tu madre? ¡No,
está mi padre!, pues entonces adiós, adiós”. La película un “Rayo de luz” en la sesión infantil del cine Emperatriz,
con Marisol cantado “con paso firme y marcial/marchemos codo a codo a luchar/y
no se piense nadie rendir/que es preferible morir”. Antonio el Porcelana cantando “La Salvaora”
de Manolo Caracol. Lackey, la lavadora de turbina o vaivén. ¡Date el bote,
caradura, pon, pon, sacúdete! El circo Francia, instalado en la carretera
de la Estación, con el trío de súper payasos, Emi, Goti y Cañamón. Las mujeres de leche. Los vapores de eucalipto.
La flor de Pascua ha abierto la hermosura de sus hojas rojas bajo la niebla y el tibio sol de diciembre, proclamando la llegada de un dulce villancico que anuncia y canta que se acercan, que ya están aquí las fiestas de la Navidad y Reyes.
Los pastores Ramón Curado, Miguel Sánchez Piedehierro, Juan Moreno, Juan Pérez Rodríguez, Miguel Ramón, Pedro Nolasco, Gregorio Vigara, que era de Cabeza del Buey, y Juan Gallardo Badajoz, que era de Campanario, conocido como el Tartaya. Una moza de Montijo le dijo a otra de Higuera, “Con tal de que no me entren monja, que me entren lo quieran”. Pedro Hidalgo Coto, que vendía gaseosa La Carmela, argumentándole al cliente que era mejor que La Casera, porque La Casera, decía, solo hace “firuliru, firuliru”, en clara referencia al gas. Juanito Maravillas cantando en el cine Emperatriz de verano, en una noche de feria, “lo recogí siendo un niño que apenas anda siquiera”. El bar Siros.
¡Qué viene la mano negra! La expresión “A tó meté”. Los vasos del bar de José, que estaba junto al baile Cuellar, que tenían gravado el escudo del Athletic de Bilbao. Mi amigo Juan Félix Barril cantando, “Dios te salve María morena/ virgen de la Consolación/ patrona de Utrera”. José Zama, propietario del bar Zama, que estaba en la plaza de España, que al pedirle un vaso de agua solía decir “el agua desgasta las piedras, corroe los metales, imaginaros lo que puede hacer con el estómago”. Luciano Cerezo, que fue matarife y pocero. Pepe Rodríguez y su hermana María vendiendo churros de Juan Cruz en las Colonias Penitenciarias Militarizadas. Jugando a voy mosca. “A lo loco es una frase/que está de moda, que está de moda,/se escucha en todas partes/y a todas horas… ¡Ala, ala!/A lo loco, a lo loco,/hay que ver cómo vive fulano, /cómo tira el dinero mengano…/A lo loco, a lo loco, a lo loco,/a lo loco se vive mejor”. La expresión “Vamos a sacacarajo”.
El embarcadero de la estación de ferrocarril. El almidón que usaban los zapateros con el que pegábamos los cromos de las colecciones del chocolate. La oquedad que había entre el interior del templo y la puerta norte de la iglesia de San Pedro, en la que, tapada por una cortina, estaba la imagen que es conocida popularmente como La Burrita. El taxista Alfonso González. El cantaor granaíno Luis Heredia, el Polaco, acompañado por la bailaora La Españoleta, cantando en la peña flamenca El Garbancero. El cantaor montijano de flamenco Ángel Romero del Campo, acompañado por el guitarrista Alfonso Vázquez Gordillo. Beba Kas… y nada más. Cuando te recomendaban comer despacio para evitar, decían, añujarte. Las modistas cogiendo las bastillas. Antonio Redondo, vendiendo con el carrito por las calles polos y helados de la heladería El Valenciano, que luego, cuando lo dejó, se dedicó a la chatarrería. La expresión “Echando patutas”. La cartilla Rayas.
“Resuene el pandero/que es día de alegría/que ha tenido un niño/la Virgen María”, villancico de doña Rafaela Guisado. El comercio de ultramarinos de Esperanza e Isabel, en la calle La Legión, conocida como calle La Guita. Félix Luceño vendiendo platería por las casas, preguntado “¿Niña, está tu madre? ¡No, está mi padre!, pues entonces adiós, adiós”. La película un “Rayo de luz” en la sesión infantil del cine Emperatriz, con Marisol cantado “con paso firme y marcial/marchemos codo a codo a luchar/y no se piense nadie rendir/que es preferible morir”. Antonio el Porcelana cantando “La Salvaora” de Manolo Caracol. Lackey, la lavadora de turbina o vaivén. ¡Date el bote, caradura, pon, pon, sacúdete! El circo Francia, instalado en la carretera de la Estación, con el trío de súper payasos, Emi, Goti y Cañamón. Las mujeres de leche. Los vapores de eucalipto.





















