La grandeza de las personas · Rosa María Pinilla Martín. · Montijo
Hace
ocho años y a través de este mismo medio de comunicación (cartas al Director,
Exaltación de la Humanidad), reconocí públicamente la profesionalidad de dos
grandes médicos en Montijo, el Dr. Mariano Álvarez y la Dra. Pilar Barquero,
tras la muerte de mi padre.
Hoy
quiero agradecer a las personas que gracias a su entrega, su cariño y una gran
descarga de humanidad, han ayudado a mi madre Josefa Martín, a llevar su larga
y terrible enfermedad, arrancándole incluso una sonrisa hasta momentos antes de
su muerte.
Gracias
Mariano, que tanto has hecho por ella, al igual que hiciste con mi padre. Tu
presencia le daba vida y tu abrazo de despedida le ha servido para descansar en
paz. Has demostrado, además de ser un gran médico, mejor persona, “Pepa” donde
quiera que esté te estará siempre agradecida.
Gracias
Pilar, que siempre has estado ahí cuando te hemos necesitado, gran profesional
de la sanidad pública. Montijo y su comarca pueden estar orgullosos de tenerte
entre nosotros, gracias por tu dulzura y humanidad.
Gracias
Pepa y Sania, por haber estado durante años cuidando de ella y despidiéndola
hasta el último suspiro, nunca le fallasteis
y siempre supisteis hacerla feliz.
Gracias
al voluntariado de Cruz Roja de Montijo, muy especialmente a Juan Cabezudo,
que
han sido nuestro soporte físico y moral para hacer su enfermedad más llevadera.
Muchísimas
gracias a todas las personas que directa o indirectamente le han ayudado
Hace ocho años y a través de este mismo medio de comunicación (cartas al Director, Exaltación de la Humanidad), reconocí públicamente la profesionalidad de dos grandes médicos en Montijo, el Dr. Mariano Álvarez y la Dra. Pilar Barquero, tras la muerte de mi padre.
Hoy quiero agradecer a las personas que gracias a su entrega, su cariño y una gran descarga de humanidad, han ayudado a mi madre Josefa Martín, a llevar su larga y terrible enfermedad, arrancándole incluso una sonrisa hasta momentos antes de su muerte.
Gracias Mariano, que tanto has hecho por ella, al igual que hiciste con mi padre. Tu presencia le daba vida y tu abrazo de despedida le ha servido para descansar en paz. Has demostrado, además de ser un gran médico, mejor persona, “Pepa” donde quiera que esté te estará siempre agradecida.
Gracias Pilar, que siempre has estado ahí cuando te hemos necesitado, gran profesional de la sanidad pública. Montijo y su comarca pueden estar orgullosos de tenerte entre nosotros, gracias por tu dulzura y humanidad.
Gracias Pepa y Sania, por haber estado durante años cuidando de ella y despidiéndola hasta el último suspiro, nunca le fallasteis y siempre supisteis hacerla feliz.
Gracias al voluntariado de Cruz Roja de Montijo, muy especialmente a Juan Cabezudo,
que han sido nuestro soporte físico y moral para hacer su enfermedad más llevadera.
Muchísimas gracias a todas las personas que directa o indirectamente le han ayudado