CARTAS DESDE EL NORTE
Lágrimas de Impotencia
Hace dos años tuve la oportunidad y la suerte de poder disfrutar de un Crucero por las Islas Griegas y hasta Venecia. Una de las primeras cosas que nos enseñaron en el Barco es que, un navío de bandera de cualquier país, es tierra soberana de ese mismo país y, cualquier ataque contra el, supone un acto de piratería. Así lo establece la Convención de Ginebra y así lo respetan todos los Estados del Mundo…¿todos?..., pues no. Hay un Estado que, en lo que justifica como defensa de sus intereses nacionales, se cree en la obligación de registrar las entretelas, forros y bolsillos de los demás, como si de pantalones viejos se tratara…: ISRAEL.
El caso de la flotilla de 6 barcos bajo bandera turca que se dirigían a Gaza con la intención de romper el bloqueo de Israel y con material de ayuda a los palestinos, dejan de manifiesto muchas y graves cuestiones pero sobre todo las principales son:
A) Israel, como estado soberano, decide cuales son sus fronteras, ya sean terrestres o marítimas y considera atacantes a todos los que se acerquen y no comulguen con sus ideas.
Si no es legal, ellos se inventan la legalidad.
B) Los palestinos no tienen derechos dentro de su propia tierra que ha sido ocupada por las fuerzas israelíes. Cuando piden sus derechos, se les relega detrás de un muro y listo.
C) Israel se considera en guerra permanente contra sus vecinos y, dada la situación y su lógico temor interno, no respeta las más elementales normas fijadas por la Convención de Ginebra.
D) Vergonzosamente, Israel cuenta siempre con la complicidad de la Unión Europea que no pasa de lamentar los hechos, y del Lobby judío en los Estados Unidos, tan fuerte como para cambiar a un Presidente. Así las cosas, cualquier disposición que pretenda condenarles en el Consejo de Seguridad de la ONU se ve SIEMPRE, rechazada.
Es cierto que cualquier País tiene pleno derecho a defenderse pero, en este caso, son muchas las dudas sobre la actuación de Israel. El bloqueo informativo, las explicaciones muy poco convincentes de las autoridades y la manipulación de los hechos, algo en lo que Israel es experto, me dicen que las cosas no han pasado como nos están contando y que a alguien se le ha ido la mano en este asunto. Si las imágenes vistas en televisión nos sirven para juzgar, solo se me ocurre una cosa…: los asaltantes iban armados hasta los dientes y los defensores solo disponían de palos. De haber transportado armas es seguro que el Ejército Israelí se lo hubiera pensado dos veces antes de asaltar los barcos. Luego, no me creo lo de que la flotilla llevaba armas a los palestinos. Esto me recuerda demasiado el caso José Couxo, asesinado por los disparos de un blindado americano en Irak. Ciertos militares tienen excesivo temor a que les apunten con una cámara de video y suelen confundirlas con un fusil de combate. La consecuencia inmediata es la de pretender matar las moscas a cañonazos, como es el caso. Dicen que hay 9 muertos entre los participantes en la flotilla de apoyo al Pueblo Palestino. Pero no han asesinado solo a 9 personas…, han matado la esperanza, la solidaridad, el apoyo a la paz. Helicópteros contra hormigas, balas contra palos, granadas contra las voces, la sinrazón de la fuerza contra la razón de lo humanitario y, un día tras otro, lágrimas de impotencia.
Ahora, HAMÁS y sus combatientes intentarán cobrarse la venganza y, de nuevo, lágrimas de impotencia. En España tenemos el problema de ETA y se le combate con las armas policiales y de la justicia. Teniendo miedo a las bombas indiscriminadas y al tiro en la nuca, no por ello nos dedicamos a disparar contra todo lo vasco. En Euskadi hay tanta gente harta de ETA como palestinos hartos de la violencia de Hamás o israelitas cansados de la violencia ultra-ortodoxa de sus dirigentes. El mundo no puede funcionar a base de “iluminatis” descerebrados por mucho que sea el dinero y el poder que tengan. No hay peor guerra que la guerra de religión. España fue una cruel muestra de ello y, ahora, cuando ya toca la paz mundial, estos salvajes se empeñan en no dejarnos ni un momento de respiro amparados en sus galones y estrellas y en lo que dicen que es la defensa de su seguridad. Peligroso juego es este de quienes mantienen que es en nombre de la paz. Por la paz precisamente es por lo que las armas deberían guardar silencio. Dicen que llorar libera el alma…pues no creo que sea el caso. Dejar caer las lágrimas solo puede aliviar cuando no son lágrimas de impotencia y de rabia.
Hace dos años tuve la oportunidad y la suerte de poder disfrutar de un Crucero por las Islas Griegas y hasta Venecia. Una de las primeras cosas que nos enseñaron en el Barco es que, un navío de bandera de cualquier país, es tierra soberana de ese mismo país y, cualquier ataque contra el, supone un acto de piratería. Así lo establece la Convención de Ginebra y así lo respetan todos los Estados del Mundo…¿todos?..., pues no. Hay un Estado que, en lo que justifica como defensa de sus intereses nacionales, se cree en la obligación de registrar las entretelas, forros y bolsillos de los demás, como si de pantalones viejos se tratara…: ISRAEL.
El caso de la flotilla de 6 barcos bajo bandera turca que se dirigían a Gaza con la intención de romper el bloqueo de Israel y con material de ayuda a los palestinos, dejan de manifiesto muchas y graves cuestiones pero sobre todo las principales son:
A) Israel, como estado soberano, decide cuales son sus fronteras, ya sean terrestres o marítimas y considera atacantes a todos los que se acerquen y no comulguen con sus ideas.
Si no es legal, ellos se inventan la legalidad.
B) Los palestinos no tienen derechos dentro de su propia tierra que ha sido ocupada por las fuerzas israelíes. Cuando piden sus derechos, se les relega detrás de un muro y listo.
C) Israel se considera en guerra permanente contra sus vecinos y, dada la situación y su lógico temor interno, no respeta las más elementales normas fijadas por la Convención de Ginebra.
D) Vergonzosamente, Israel cuenta siempre con la complicidad de la Unión Europea que no pasa de lamentar los hechos, y del Lobby judío en los Estados Unidos, tan fuerte como para cambiar a un Presidente. Así las cosas, cualquier disposición que pretenda condenarles en el Consejo de Seguridad de la ONU se ve SIEMPRE, rechazada.
Es cierto que cualquier País tiene pleno derecho a defenderse pero, en este caso, son muchas las dudas sobre la actuación de Israel. El bloqueo informativo, las explicaciones muy poco convincentes de las autoridades y la manipulación de los hechos, algo en lo que Israel es experto, me dicen que las cosas no han pasado como nos están contando y que a alguien se le ha ido la mano en este asunto. Si las imágenes vistas en televisión nos sirven para juzgar, solo se me ocurre una cosa…: los asaltantes iban armados hasta los dientes y los defensores solo disponían de palos. De haber transportado armas es seguro que el Ejército Israelí se lo hubiera pensado dos veces antes de asaltar los barcos. Luego, no me creo lo de que la flotilla llevaba armas a los palestinos. Esto me recuerda demasiado el caso José Couxo, asesinado por los disparos de un blindado americano en Irak. Ciertos militares tienen excesivo temor a que les apunten con una cámara de video y suelen confundirlas con un fusil de combate. La consecuencia inmediata es la de pretender matar las moscas a cañonazos, como es el caso. Dicen que hay 9 muertos entre los participantes en la flotilla de apoyo al Pueblo Palestino. Pero no han asesinado solo a 9 personas…, han matado la esperanza, la solidaridad, el apoyo a la paz. Helicópteros contra hormigas, balas contra palos, granadas contra las voces, la sinrazón de la fuerza contra la razón de lo humanitario y, un día tras otro, lágrimas de impotencia.
Ahora, HAMÁS y sus combatientes intentarán cobrarse la venganza y, de nuevo, lágrimas de impotencia. En España tenemos el problema de ETA y se le combate con las armas policiales y de la justicia. Teniendo miedo a las bombas indiscriminadas y al tiro en la nuca, no por ello nos dedicamos a disparar contra todo lo vasco. En Euskadi hay tanta gente harta de ETA como palestinos hartos de la violencia de Hamás o israelitas cansados de la violencia ultra-ortodoxa de sus dirigentes. El mundo no puede funcionar a base de “iluminatis” descerebrados por mucho que sea el dinero y el poder que tengan. No hay peor guerra que la guerra de religión. España fue una cruel muestra de ello y, ahora, cuando ya toca la paz mundial, estos salvajes se empeñan en no dejarnos ni un momento de respiro amparados en sus galones y estrellas y en lo que dicen que es la defensa de su seguridad. Peligroso juego es este de quienes mantienen que es en nombre de la paz. Por la paz precisamente es por lo que las armas deberían guardar silencio. Dicen que llorar libera el alma…pues no creo que sea el caso. Dejar caer las lágrimas solo puede aliviar cuando no son lágrimas de impotencia y de rabia.