Montijo, la nueva Alejandría · Julia Coco Castón · Montijo
En Montijo se está
haciendo mucho por la cultura. ¡No hay más que verlo!
Por eso se
desmantela el antiguo Centro de Salud, ofrecido como sede para la Biblioteca
Municipal, a dos días de las elecciones, y se deja en ruinas durante 4 años a
merced de que otros vándalos acaben el trabajo que iniciaron los políticos. Se
empieza a pellizcar “cachito pa este, cachito pal otro” y se pierde el culo por
dar y acondicionar en él sedes comprometidas al que más presione, privadas y no
municipales, ajenas totalmente al entorno de recogimiento y silencio que requiere el libro. Tal que cuando no quede más remedio que instalar en él la
Biblioteca Pública Municipal, si es que eso ocurre algún día (porque nos echen
de donde estamos para ubicar en ella
algún otro folklore cultural/bailes de salón)—total ¿quién se va a quejar en un
pueblo tan preocupado por la Cultura?—Cuando no quede otra, digo, nos meterán
en lo que quede a mano, “como piojo entre costuras” y compartiendo como sea el
espacio con cualquiera actividad absolutamente incompatible—igual que se está
haciendo ahora que el Salón de Actos ha
de compartirse con el Conservatorio de Danza y Música, las clases de Danza, la
Coral de Montijo y cualquiera que lo solicite.
La Biblioteca, que
fue la primera en ocupar la entonces Casa de la Cultura, que se restauró para
ser ubicada en ella, después de muchos y perjudiciales traslados (en los que ha
ido perdiendo fondos, mobiliario e infraestructura), contaba con tres pequeñas
salas en el piso superior para almacenes y archivos, Salón de Actos y la planta
baja. Al trasladar la Escuela de Danza, desaparecieron los almacenes para ser
usados como despacho y vestuario de la Escuela. El Salón de Actos se dividió
para ensayos y sede de la Coral y aula de Danza, además de las otras dos aulas
con que cuenta la Escuela en este edificio y otra en el nuevo. Poco a poco, la
Biblioteca ha ido siendo, de nuevo, desplazada y reducida y en la actualidad carece absolutamente de
espacio para salas de trabajo, ordenadores, salas de estudio, Bebeteca,
Ludoteca, para realizar actividades dentro de la propia Biblioteca, exposiciones,
conferencias, encuentros con autor, cuentacuentos y demás eventos (estos sí
culturales) que le son propios. Tal es así que si hay una exposición de
cualquier programa de Fomento de la Lectura y el local hace falta para un mitin
político, se quita la exposición arrumbándola en cualquiera de las dependencias
y se da cabida al mitin. Así es como se está trabajando por la cultura aquí.
Por no hablar de
los fondos de los que se está privando a los usuarios por no tener ni espacio
en las salas ni estantes donde ponerlos al uso. Y es así como se está haciendo
un esfuerzo ímprobo por el fomento de
dicha cultura… Atendiendo a la ley del más fuerte y del mercado del voto.
Quizá porque se
piensa que el mejor lugar para la concentración y el estudio es la ubicación
actual de la Biblioteca: debajo del Conservatorio/Escuela Municipal de Danza,
bajo un entarimado que proporciona acústica y resonancia a la par que la música
de ambiente que todo estudiante necesita y que todo usuario de la misma conoce
y sufre a de lunes a jueves; pared por medio del Conservatorio Municipal de
Música, con sus correspondientes clases de instrumentos variados de lunes a
viernes y acompañados, tarde sí tarde también, por las voces de la Coral de
Montijo que ameniza la tarea de estudiantes y opositores con el canto que pida
la época del año, amén del tránsito de padres, madres y alumn@s de ambos
Conservatorios y que además usan los aseos porque el nuevo edificio carece de
ellos… o rodeado de sedes particulares que se dan a diestro y siniestro a
cuenta del ciudadano. Que si bien se ve privado de trabajo, sueldo y otros
derechos, se ve obligado a pagar tal vez sin saberlo luz, calefacción, local
para celebraciones, mantenimiento, aire acondicionado y lo que haga falta a
todo aquel que, teniendo buena mano, solicite un local para realizar lo que se
proponga para su divertimento, proyecto o proyección. Asociaciones con socios
que pagan sus cuotas y que no tienen que hacer frente a los gastos antedichos
porque se los pagamos todos.
Montijo es un
pueblo incapaz de ofrecer riqueza a sus ciudadanos. De darles la oportunidad de
acceder al conocimiento para que cambiando actitudes se pueda lograr mejores
servicios, más salud mental y física y personas libres y con criterio.
No se engañen: el
floreciente asociacionismo con “todo pagado” no es más que otra distracción,
lejos de buscar el crecimiento personal es un pasa rato que ni forma ni informa.
Recauda votos.
Ah! Pero eso es lo
que se busca. ¿No?
Montijo es un
pueblo de culto a la muerte y a la enfermedad. Un pueblo anclado en el
oscurantismo y la resignación. Y es así como se pretende que siga siendo. Bajo
la apariencia de progreso y apertura. Algo que se cae por su propio peso porque
no hay progreso sin esfuerzo y aquí se vende vida fácil, cómoda y barata. Si no fuera así se haría algo para formar a la
gente y, cambiando sus hábitos, se prevendría todo lo que nos adolece. Lejos de
eso se ritualiza lo negativo cuando ya no tiene remedio, porque nada se hizo
para prevenirlo. Decir esto no es nada políticamente correcto. Pero hace mucho
que eso dejó de preocuparme; dado que ni la política es correcta ni lo son los
políticos que nos ha tocado sufrir.
Y esto es así
porque ningún político de los que han gobernado Montijo se ha acercado jamás a
la Biblioteca a preguntar y conocer cuáles son sus necesidades.
…Y seguimos sin una
Biblioteca Municipal decente en Montijo ofrecida a bombo y platillo cada vez
que cae a pelo. Pero obras son amores y basta ya de fingidas buenas intenciones.
En Montijo se está haciendo mucho por la cultura. ¡No hay más que verlo!
Por eso se desmantela el antiguo Centro de Salud, ofrecido como sede para la Biblioteca Municipal, a dos días de las elecciones, y se deja en ruinas durante 4 años a merced de que otros vándalos acaben el trabajo que iniciaron los políticos. Se empieza a pellizcar “cachito pa este, cachito pal otro” y se pierde el culo por dar y acondicionar en él sedes comprometidas al que más presione, privadas y no municipales, ajenas totalmente al entorno de recogimiento y silencio que requiere el libro. Tal que cuando no quede más remedio que instalar en él la Biblioteca Pública Municipal, si es que eso ocurre algún día (porque nos echen de donde estamos para ubicar en ella algún otro folklore cultural/bailes de salón)—total ¿quién se va a quejar en un pueblo tan preocupado por la Cultura?—Cuando no quede otra, digo, nos meterán en lo que quede a mano, “como piojo entre costuras” y compartiendo como sea el espacio con cualquiera actividad absolutamente incompatible—igual que se está haciendo ahora que el Salón de Actos ha de compartirse con el Conservatorio de Danza y Música, las clases de Danza, la Coral de Montijo y cualquiera que lo solicite.
La Biblioteca, que fue la primera en ocupar la entonces Casa de la Cultura, que se restauró para ser ubicada en ella, después de muchos y perjudiciales traslados (en los que ha ido perdiendo fondos, mobiliario e infraestructura), contaba con tres pequeñas salas en el piso superior para almacenes y archivos, Salón de Actos y la planta baja. Al trasladar la Escuela de Danza, desaparecieron los almacenes para ser usados como despacho y vestuario de la Escuela. El Salón de Actos se dividió para ensayos y sede de la Coral y aula de Danza, además de las otras dos aulas con que cuenta la Escuela en este edificio y otra en el nuevo. Poco a poco, la Biblioteca ha ido siendo, de nuevo, desplazada y reducida y en la actualidad carece absolutamente de espacio para salas de trabajo, ordenadores, salas de estudio, Bebeteca, Ludoteca, para realizar actividades dentro de la propia Biblioteca, exposiciones, conferencias, encuentros con autor, cuentacuentos y demás eventos (estos sí culturales) que le son propios. Tal es así que si hay una exposición de cualquier programa de Fomento de la Lectura y el local hace falta para un mitin político, se quita la exposición arrumbándola en cualquiera de las dependencias y se da cabida al mitin. Así es como se está trabajando por la cultura aquí.
Por no hablar de los fondos de los que se está privando a los usuarios por no tener ni espacio en las salas ni estantes donde ponerlos al uso. Y es así como se está haciendo un esfuerzo ímprobo por el fomento de dicha cultura… Atendiendo a la ley del más fuerte y del mercado del voto.
Quizá porque se piensa que el mejor lugar para la concentración y el estudio es la ubicación actual de la Biblioteca: debajo del Conservatorio/Escuela Municipal de Danza, bajo un entarimado que proporciona acústica y resonancia a la par que la música de ambiente que todo estudiante necesita y que todo usuario de la misma conoce y sufre a de lunes a jueves; pared por medio del Conservatorio Municipal de Música, con sus correspondientes clases de instrumentos variados de lunes a viernes y acompañados, tarde sí tarde también, por las voces de la Coral de Montijo que ameniza la tarea de estudiantes y opositores con el canto que pida la época del año, amén del tránsito de padres, madres y alumn@s de ambos Conservatorios y que además usan los aseos porque el nuevo edificio carece de ellos… o rodeado de sedes particulares que se dan a diestro y siniestro a cuenta del ciudadano. Que si bien se ve privado de trabajo, sueldo y otros derechos, se ve obligado a pagar tal vez sin saberlo luz, calefacción, local para celebraciones, mantenimiento, aire acondicionado y lo que haga falta a todo aquel que, teniendo buena mano, solicite un local para realizar lo que se proponga para su divertimento, proyecto o proyección. Asociaciones con socios que pagan sus cuotas y que no tienen que hacer frente a los gastos antedichos porque se los pagamos todos.
Montijo es un pueblo incapaz de ofrecer riqueza a sus ciudadanos. De darles la oportunidad de acceder al conocimiento para que cambiando actitudes se pueda lograr mejores servicios, más salud mental y física y personas libres y con criterio.
No se engañen: el floreciente asociacionismo con “todo pagado” no es más que otra distracción, lejos de buscar el crecimiento personal es un pasa rato que ni forma ni informa. Recauda votos.
Ah! Pero eso es lo que se busca. ¿No?
Montijo es un pueblo de culto a la muerte y a la enfermedad. Un pueblo anclado en el oscurantismo y la resignación. Y es así como se pretende que siga siendo. Bajo la apariencia de progreso y apertura. Algo que se cae por su propio peso porque no hay progreso sin esfuerzo y aquí se vende vida fácil, cómoda y barata. Si no fuera así se haría algo para formar a la gente y, cambiando sus hábitos, se prevendría todo lo que nos adolece. Lejos de eso se ritualiza lo negativo cuando ya no tiene remedio, porque nada se hizo para prevenirlo. Decir esto no es nada políticamente correcto. Pero hace mucho que eso dejó de preocuparme; dado que ni la política es correcta ni lo son los políticos que nos ha tocado sufrir.
Y esto es así porque ningún político de los que han gobernado Montijo se ha acercado jamás a la Biblioteca a preguntar y conocer cuáles son sus necesidades.
…Y seguimos sin una Biblioteca Municipal decente en Montijo ofrecida a bombo y platillo cada vez que cae a pelo. Pero obras son amores y basta ya de fingidas buenas intenciones.






















