Un Tipo Especial (Juan Cayetano Polo De Vargas) Manuel Gallana Sosa · Montijo
Las mañanas han cambiado, la hora del café, estos primeros días sin tu presencia es distinta, no es fácil adaptarse, falta esa alegría que transmitías con tus bromas, esa inyección de optimismo que nos metías en vena a primera hora con tus ocurrencias siempre tan oportunas y sorprendentes.
Un tipo Especial, muy Especial diría yo, cualquiera puede gastar una broma más o menos pesada, lo complicado es que esa broma caiga bien, en tu caso eso te resultaba facilísimo. Con que paciencia las aguantaba el "Bujarron", como te gustaba llamar cariñosamente al amigo Tomás, a pesar de sus rarezas.
Cada día nos sorprendías con algo nuevo, los taburetes que se subían milagrosamente a la percha o al mostrador, cucharillas y sobrecitos de azúcar que desaparecían o se multiplicaban como por arte de magia, los polvorones de navidad que terminaban en la zapatería, árboles y plantas que al día siguiente de sembrarlos tenían frutas maduras, esa cuerda milagrosa que servia para levantar lo que no digo.
Que entereza cuando hablábamos de esa enfermedad, siempre estabas perfectamente, tu estabas demasiado bien para estar de baja, así que pediste el alta para trabajar hasta el último día prácticamente.
Que suerte tenemos con nuestros hijos "que buena gente son", te gustaba comentar. El albañil es un fenómeno, el mejor vino siempre se lo bebe con su cuñao Cayetano. Mi cuñada me da unos "magreos", así llamabas a los masajes, con esos ungüentos milagrosos que te quedaban como nuevo, según tú.
Nos has dejado lleno de buenos recuerdos, tenemos que agradecerte ese montón de buenos momentos que hemos compartido. Espero que estés con tu Presidenta, como te gustaba llamar a María Jesús, es más, necesito creer que estas con ella, de esa forma ninguno de los dos os sentiréis solos.
Adiós amigo, te echamos de menos, seguimos con nuestra cita diaria, intentamos mantener el buen humor y la bromas pero para conseguirlo hay que ser un Tipo Especial, y eso no es fácil.
Las mañanas han cambiado, la hora del café, estos primeros días sin tu presencia es distinta, no es fácil adaptarse, falta esa alegría que transmitías con tus bromas, esa inyección de optimismo que nos metías en vena a primera hora con tus ocurrencias siempre tan oportunas y sorprendentes.
Un tipo Especial, muy Especial diría yo, cualquiera puede gastar una broma más o menos pesada, lo complicado es que esa broma caiga bien, en tu caso eso te resultaba facilísimo. Con que paciencia las aguantaba el "Bujarron", como te gustaba llamar cariñosamente al amigo Tomás, a pesar de sus rarezas.
Cada día nos sorprendías con algo nuevo, los taburetes que se subían milagrosamente a la percha o al mostrador, cucharillas y sobrecitos de azúcar que desaparecían o se multiplicaban como por arte de magia, los polvorones de navidad que terminaban en la zapatería, árboles y plantas que al día siguiente de sembrarlos tenían frutas maduras, esa cuerda milagrosa que servia para levantar lo que no digo.
Que entereza cuando hablábamos de esa enfermedad, siempre estabas perfectamente, tu estabas demasiado bien para estar de baja, así que pediste el alta para trabajar hasta el último día prácticamente.
Que suerte tenemos con nuestros hijos "que buena gente son", te gustaba comentar. El albañil es un fenómeno, el mejor vino siempre se lo bebe con su cuñao Cayetano. Mi cuñada me da unos "magreos", así llamabas a los masajes, con esos ungüentos milagrosos que te quedaban como nuevo, según tú.
Nos has dejado lleno de buenos recuerdos, tenemos que agradecerte ese montón de buenos momentos que hemos compartido. Espero que estés con tu Presidenta, como te gustaba llamar a María Jesús, es más, necesito creer que estas con ella, de esa forma ninguno de los dos os sentiréis solos.
Adiós amigo, te echamos de menos, seguimos con nuestra cita diaria, intentamos mantener el buen humor y la bromas pero para conseguirlo hay que ser un Tipo Especial, y eso no es fácil.