Una calabaza de 110 kilos en Valdelacalzada
Antes de la siembra y primeros cuidados no se imaginaba el agricultor valviense de 68 años, Galo Tena Acedo, procedente y natural de Hornachos, criador de la voluminosa y pesada calabaza, que esta llegaría a alcanzar tales dimensiones. “Esperaba que fuera grande pero no concebí que llegara a tanto”, dice el también camionero jubilado, orgulloso él de la criatura como cómplice de su gestación; que duraría cuatro meses y medio. “Sembré algunas calabazas por capricho y no por necesidad”, comenta.
La anormal pieza pesa aproximadamente 110 kilos y tiene
una sección máxima de un metro. Es el fruto de una misma semilla seleccionada
de tres generaciones, procedente de la empresa Viveros Morán de Puebla de la
Calzada. Su cuido, según Galo, fue muy sencillo: “agua del pozo y estiércol de
oveja, principalmente Las calabazas pesan por término medio unos tres kilos y
pertenecen a la familia de las Cucurbitáceas, como el melón, la sandía y el
pepino, así como por supuesto el calabacín.
La siembra de este producto en Valdelacalzada es muy
limitada, siendo su producción escasa, y
por lo tanto no se comercializa. Las
pocas que se cultivan son destinadas únicamente para el consumo propio. Son
contados los agricultores que por tradición aprovechan sólo un par de surcos de
un bancal para el gasto exclusivo familiar, no llegando la totalidad de cultivo
a una hectárea sembrada en todo el pueblo. El precio de esta hortaliza en el
mercado se aproxima a un euro por kilo. A nivel regional, los datos indican que
hay sólo 23 hectáreas dedicadas a su cultivo, con una producción en el 2010 de
unas 600 toneladas al año.
Dicen que la mala fama que arrastra la calabaza se debe a
que en un principio solamente se
aprovechaba de ella sus semillas. A pesar de que tradicionalmente a este fruto
de vegetación rastrera le ha perseguido una mala reputación y siempre se ha
rodeado de connotaciones negativas: dar calabazas en una relación de pareja o
sacar calabazas en los exámenes; sin embargo, lo verdaderamente importante, es
que su consumo reporta grandes beneficios para la salud.
Según saben los que la utilizan, el uso y consumo de los
diversos tipos de calabaza va desde el forrajero, sirviendo de comida para los
animales, hasta el repostero, como el cabello de ángel, pasando por guisos y
embutidos. Su consumo, según especialistas de la cosa, por su contenido en
fibra natural, vitamina C, potasio y betacarotenos, también previene
enfermedades como la arteriosclerosis, el cáncer y problemas oculares, sobre
todo en lo referente a cataratas. Asimismo sus pepitas, secas, o el líquido
resultante de su cocción con agua, son beneficiosos para una buena actividad de
la próstata.
Esta pieza especial servirá finalmente como motivo de
adorno en el conocido restaurante El Portu, de la vecina localidad de Guadiana
del Caudillo.
La anormal pieza pesa aproximadamente 110 kilos y tiene una sección máxima de un metro. Es el fruto de una misma semilla seleccionada de tres generaciones, procedente de la empresa Viveros Morán de Puebla de la Calzada. Su cuido, según Galo, fue muy sencillo: “agua del pozo y estiércol de oveja, principalmente Las calabazas pesan por término medio unos tres kilos y pertenecen a la familia de las Cucurbitáceas, como el melón, la sandía y el pepino, así como por supuesto el calabacín.
La siembra de este producto en Valdelacalzada es muy limitada, siendo su producción escasa, y por lo tanto no se comercializa. Las pocas que se cultivan son destinadas únicamente para el consumo propio. Son contados los agricultores que por tradición aprovechan sólo un par de surcos de un bancal para el gasto exclusivo familiar, no llegando la totalidad de cultivo a una hectárea sembrada en todo el pueblo. El precio de esta hortaliza en el mercado se aproxima a un euro por kilo. A nivel regional, los datos indican que hay sólo 23 hectáreas dedicadas a su cultivo, con una producción en el 2010 de unas 600 toneladas al año.
Dicen que la mala fama que arrastra la calabaza se debe a que en un principio solamente se aprovechaba de ella sus semillas. A pesar de que tradicionalmente a este fruto de vegetación rastrera le ha perseguido una mala reputación y siempre se ha rodeado de connotaciones negativas: dar calabazas en una relación de pareja o sacar calabazas en los exámenes; sin embargo, lo verdaderamente importante, es que su consumo reporta grandes beneficios para la salud.
Según saben los que la utilizan, el uso y consumo de los diversos tipos de calabaza va desde el forrajero, sirviendo de comida para los animales, hasta el repostero, como el cabello de ángel, pasando por guisos y embutidos. Su consumo, según especialistas de la cosa, por su contenido en fibra natural, vitamina C, potasio y betacarotenos, también previene enfermedades como la arteriosclerosis, el cáncer y problemas oculares, sobre todo en lo referente a cataratas. Asimismo sus pepitas, secas, o el líquido resultante de su cocción con agua, son beneficiosos para una buena actividad de la próstata.
Esta pieza especial servirá finalmente como motivo de adorno en el conocido restaurante El Portu, de la vecina localidad de Guadiana del Caudillo.





















