La sentencia podrá ser recurrida
Una sentencia obliga a responder con sus bienes al dueño de los caballos que causaron un accidente hace ocho años en Valdelacalzada
La justicia ha dado finalmente la razón a José Luís Sánchez Naranjo, el joven de Valdelacalzada que hace ocho años sufrió un grave accidente de tráfico al chocar contra dos caballos sueltos en la carretera que une esta localidad con Guadiana del Caudillo. A raíz del mismo, este joven que entonces tenía 27 años, sufre una importante minusvalía de más del 50% con movilidad reducida en la pierna y cadera izquierda y en los brazos. Su vida cambió el 30 de diciembre del 2004, cuando dejó el camión de las bombonas con el que trabajaba en Guadiana y se dirigió a Valdelacalzada con su coche particular. Ya no recuerda más de ese día. Se despertó cinco meses después en el hospital Infanta Cristina de Badajoz, donde estuvo todo ese tiempo en un coma inducido.
Ahora, el dueño de los animales deberá responder con sus bienes por su responsabilidad en este desgraciado suceso, aunque diez días después del siniestro hizo una separación de bienes con su esposa y desapareció de la propiedad de una casa que tenía junto a uno de sus hijos. Y es que el juzgado nº 6 de Badajoz ha dictado sentencia a favor de José Luís para que se page la indemnización de 196.000 que se fijó hace algunos años, aunque en ese momento, el dueño de los animales alegó que no tenía bienes para hacer frente a este pago.
Desde entonces, el afectado y su padre, José Luís Sánchez han luchado en los tribunales para buscar justicia. Hace dos años, este último decidió hacer una protesta en las puertas de la audiencia de Badajoz, donde acampó durante meses para contar su caso a todo el que lo quiso escuchar.
El condenado a pagar la indemnización, Juan José A. C., liquidó la sociedad de gananciales que formaba con su esposa solo diez días después de ocurrir el accidente para evitar que le quitaran la casa y su defensa alegó que el motivo de la separación de bienes fue una crisis matrimonial y por casualidad se materializó en esa fecha. Ahora el juez entiende que la única finalidad que tuvo la liquidación de la sociedad de gananciales fue “retirar del patrimonio del responsable del accidente de tráfico el elemento patrimonial más valioso del que era cotitular con su esposa, con el único ánimo de ocultarlo de la futura y esperable acción del perjudicado en el accidente”.
Ocho años después, el padre y el hijo no se cansan de repetir que creen en la justicia, que finalmente les ha dado la razón en un caso que les ha quitado el sueño y la salud desde que dos caballos se cruzaran en su camino.
Ahora, el dueño de los animales deberá responder con sus bienes por su responsabilidad en este desgraciado suceso, aunque diez días después del siniestro hizo una separación de bienes con su esposa y desapareció de la propiedad de una casa que tenía junto a uno de sus hijos. Y es que el juzgado nº 6 de Badajoz ha dictado sentencia a favor de José Luís para que se page la indemnización de 196.000 que se fijó hace algunos años, aunque en ese momento, el dueño de los animales alegó que no tenía bienes para hacer frente a este pago.
Desde entonces, el afectado y su padre, José Luís Sánchez han luchado en los tribunales para buscar justicia. Hace dos años, este último decidió hacer una protesta en las puertas de la audiencia de Badajoz, donde acampó durante meses para contar su caso a todo el que lo quiso escuchar.
El condenado a pagar la indemnización, Juan José A. C., liquidó la sociedad de gananciales que formaba con su esposa solo diez días después de ocurrir el accidente para evitar que le quitaran la casa y su defensa alegó que el motivo de la separación de bienes fue una crisis matrimonial y por casualidad se materializó en esa fecha. Ahora el juez entiende que la única finalidad que tuvo la liquidación de la sociedad de gananciales fue “retirar del patrimonio del responsable del accidente de tráfico el elemento patrimonial más valioso del que era cotitular con su esposa, con el único ánimo de ocultarlo de la futura y esperable acción del perjudicado en el accidente”.
Ocho años después, el padre y el hijo no se cansan de repetir que creen en la justicia, que finalmente les ha dado la razón en un caso que les ha quitado el sueño y la salud desde que dos caballos se cruzaran en su camino.





















