Música y tierra
Con la llegada de las primeras lluvias otoñales aparece el evocador olor a "tierra mojada". Esta sensación puede provocarnos una respuesta emocional inmediata, trayéndonos a la memoria recuerdos de una gran fuerza. La música de la tierra está llena de sentimientos y nuestro cuerpo es un recipiente donde se encuentran toda clase de emociones. La apasionada y personal expresividad de los compositores románticos como Schubert, Chopin y Listz despierta la energía de la tierra. El Requiem alemán de Brahms es toda una celebración de la tierra, y en muchas de sus composiciones utiliza voces e instrumentos graves, que absorben energía y nos dan estabilidad (Rapsodia para contralto, Sonatas para violonchelo...).
La sinfonía nº6 (Pastoral) de
Beethoven pasa por diferentes estados de ánimo inspirados en el campo, desde la
apacible tranquilidad hasta los miedos que la tormenta trae consigo. La
Sinfonía 3 de V. Williams y Las cuatro estaciones de Vivaldi estimulan el
dsifrute auditivo de la naturaleza. Cabe destacar Mahler con El Canto de la
Tierra, una búsqueda de la dimensión eterna de la vida y la muerte en relación
con la naturaleza.
Aunque yo me quedo con el jazz, el blues y las músicas con ritmos muy
acentuados, que establecen una conexión con la energía de la tierra. En los
ritos de muchas culturas el tambor es el instrumento esencial, vinculado a la
tierra, que es capaz de despertar los ritmos naturales del cuerpo. Incluso el
tambor es utilizado por los chamanes para producir estados de trance con fines
curativos. En las danzas tradicionales, los bailes flamencos, los tangos de
Piazzolla...podemos sentir la energia de la tierra a través de nuestro cuerpo.
Contar con una base sólida en la parte emocional de nuestro cuerpo puede resultar
esencial para aquellas personas que se abstraen con facilidad.Por ejemplo si
estamos vacíos o rígidos, escuchar el Concierto para piano y orquesta número 2
de Rachmaninoffnos hará sentirnos vivos emocionalmente. O si nos sentimos
"arrastrados por la tierra", podemos modificar nuestro foco de
atención con una música que nos invite a soñar, como Siesta a la sombra de un
fauno de Debussy.
La música nos recuerda que, al menos potencialmente, nos sentimos completos y
tenemos todo lo que necesitamos para ser felices. Una herramienta eficaz para
atenuar nuestros cambios de humor y comportamiento
FELIZ ENTRADA OTOÑAL (próximo mes y último elemento: AIRE)
Con la llegada de las primeras lluvias otoñales aparece el evocador olor a "tierra mojada". Esta sensación puede provocarnos una respuesta emocional inmediata, trayéndonos a la memoria recuerdos de una gran fuerza. La música de la tierra está llena de sentimientos y nuestro cuerpo es un recipiente donde se encuentran toda clase de emociones. La apasionada y personal expresividad de los compositores románticos como Schubert, Chopin y Listz despierta la energía de la tierra. El Requiem alemán de Brahms es toda una celebración de la tierra, y en muchas de sus composiciones utiliza voces e instrumentos graves, que absorben energía y nos dan estabilidad (Rapsodia para contralto, Sonatas para violonchelo...).
La sinfonía nº6 (Pastoral) de
Beethoven pasa por diferentes estados de ánimo inspirados en el campo, desde la
apacible tranquilidad hasta los miedos que la tormenta trae consigo. La
Sinfonía 3 de V. Williams y Las cuatro estaciones de Vivaldi estimulan el
dsifrute auditivo de la naturaleza. Cabe destacar Mahler con El Canto de la
Tierra, una búsqueda de la dimensión eterna de la vida y la muerte en relación
con la naturaleza.
Aunque yo me quedo con el jazz, el blues y las músicas con ritmos muy
acentuados, que establecen una conexión con la energía de la tierra. En los
ritos de muchas culturas el tambor es el instrumento esencial, vinculado a la
tierra, que es capaz de despertar los ritmos naturales del cuerpo. Incluso el
tambor es utilizado por los chamanes para producir estados de trance con fines
curativos. En las danzas tradicionales, los bailes flamencos, los tangos de
Piazzolla...podemos sentir la energia de la tierra a través de nuestro cuerpo.
Contar con una base sólida en la parte emocional de nuestro cuerpo puede resultar
esencial para aquellas personas que se abstraen con facilidad.Por ejemplo si
estamos vacíos o rígidos, escuchar el Concierto para piano y orquesta número 2
de Rachmaninoffnos hará sentirnos vivos emocionalmente. O si nos sentimos
"arrastrados por la tierra", podemos modificar nuestro foco de
atención con una música que nos invite a soñar, como Siesta a la sombra de un
fauno de Debussy.
La música nos recuerda que, al menos potencialmente, nos sentimos completos y
tenemos todo lo que necesitamos para ser felices. Una herramienta eficaz para
atenuar nuestros cambios de humor y comportamiento
FELIZ ENTRADA OTOÑAL (próximo mes y último elemento: AIRE)




















