Cordobilla deLácara celebró su Semana Santa
Manoli Hierro
Con una intensidad especial, Cordobilla de Lácara celebró su Semana Santa fieles a sus costumbres y tradiciones.
Como en muchos pueblos de Extremadura, Cordobilla recuperó hace unos 25 años la antigua tradición de “Los Alabarderos” (antigua guardia de honor), y cuya participación consiste en escoltar y acompañar a todos los Pasos desde que salen a la puerta de la iglesia y hasta que vuelven a ser introducidos cuando regresan del recorrido procesional, haciendo que estas celebraciones sean todo un ritual.
Con un aspecto digno y de gran seriedad, vestidos con capas negras y portando Alabardas o Chuzos (antiguas armas de hierro con mástil de madera), hacen que las procesiones de Cordobilla sean una viva imagen de respeto, devoción y solemnidad.
Dentro de la celebración de los Santos Oficios del Jueves Santo, adquiere un destacado simbolismo el lavatorio de pies que realiza el sacerdote a los doce Alabarderos, recordando con este gesto al que realizara Jesús antes de la Última cena con sus doce apóstoles.
A la finalización del acto litúrgico, dio paso la salida procesional con las imágenes de Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores, ambos acompañados y custodiados por Sacerdote, Autoridades, Alabarderos, Cofradía de Nazarenas” Virgen de los Dolores” (ataviadas con túnicas blancas y capirotes de color azul), Banda Municipal “Los Santitos” y este año por primera vez, la nueva Cofradía de Costaleros Jesús Nazareno (ataviados con túnica de color morado), que con sus bailes, sus levantás y al son de ¡al cielo con él!, han convertido en otra más bella estampa el Jueves Santo Cordobillano.
En los actos del Viernes Santo suscitó una gran expectación durante la celebración litúrgica, la Adoración a la Cruz que iniciaron los Alabarderos con su ya tradicional ritual de persignación y puesta de rodillas, para finalizar besando la cruz. Destacaron en este día las salidas procesionales del “Santo Entierro” y de “La Soledad”, posiblemente esta última la más solemne de toda la Semana Santa, ya que, la misma, se realiza a partir de medianoche, acompañados por velas, en completo silencio y con una emoción creciente cuando alguna garganta anónima rompe a cantar al paso de la venerada Virgen de los Dolores. Este año, la joven garganta de Carmen Vaquero, que sin más acompañamiento que su propia voz, hizo vibrar de emoción al público asistente interpretando una saeta autóctona recuperada del recuerdo.
El broche de oro de la Semana Santa Cordobillana tuvo lugar el Domingo de Resurrección con su ya tradicional acto del Encuentro. Este año, Ángel Serván ha sido el encargado de quitar el manto a la Virgen bajo la atenta mirada del numeroso público allí congregado. La mezcla de expectación, emoción e intensidad al inicio de este acto, junto con la fusión que se produce entre el baile de las imágenes, el ruin ruido de las campanadas y los disparos de las escopetas que portan los capitanes de los Alabarderos y voluntarios , el olor a pólvora, los confetis, la música amenizada por la banda municipal y la presentación de las alabardas engalanadas en señal de alegría, ofrecieron una bella imagen que hicieron de este acto todo un referente único e irrepetible.
Al finalizar el acto, Cordobilla de Lácara se despidió con aplausos demostrando una vez más, el cariño, fervor y devoción para con su Semana Santa.
Con una intensidad especial, Cordobilla de Lácara celebró su Semana Santa fieles a sus costumbres y tradiciones.
Como en muchos pueblos de Extremadura, Cordobilla recuperó hace unos 25 años la antigua tradición de “Los Alabarderos” (antigua guardia de honor), y cuya participación consiste en escoltar y acompañar a todos los Pasos desde que salen a la puerta de la iglesia y hasta que vuelven a ser introducidos cuando regresan del recorrido procesional, haciendo que estas celebraciones sean todo un ritual.
Con un aspecto digno y de gran seriedad, vestidos con capas negras y portando Alabardas o Chuzos (antiguas armas de hierro con mástil de madera), hacen que las procesiones de Cordobilla sean una viva imagen de respeto, devoción y solemnidad.
Dentro de la celebración de los Santos Oficios del Jueves Santo, adquiere un destacado simbolismo el lavatorio de pies que realiza el sacerdote a los doce Alabarderos, recordando con este gesto al que realizara Jesús antes de la Última cena con sus doce apóstoles.
A la finalización del acto litúrgico, dio paso la salida procesional con las imágenes de Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores, ambos acompañados y custodiados por Sacerdote, Autoridades, Alabarderos, Cofradía de Nazarenas” Virgen de los Dolores” (ataviadas con túnicas blancas y capirotes de color azul), Banda Municipal “Los Santitos” y este año por primera vez, la nueva Cofradía de Costaleros Jesús Nazareno (ataviados con túnica de color morado), que con sus bailes, sus levantás y al son de ¡al cielo con él!, han convertido en otra más bella estampa el Jueves Santo Cordobillano.
En los actos del Viernes Santo suscitó una gran expectación durante la celebración litúrgica, la Adoración a la Cruz que iniciaron los Alabarderos con su ya tradicional ritual de persignación y puesta de rodillas, para finalizar besando la cruz. Destacaron en este día las salidas procesionales del “Santo Entierro” y de “La Soledad”, posiblemente esta última la más solemne de toda la Semana Santa, ya que, la misma, se realiza a partir de medianoche, acompañados por velas, en completo silencio y con una emoción creciente cuando alguna garganta anónima rompe a cantar al paso de la venerada Virgen de los Dolores. Este año, la joven garganta de Carmen Vaquero, que sin más acompañamiento que su propia voz, hizo vibrar de emoción al público asistente interpretando una saeta autóctona recuperada del recuerdo.
El broche de oro de la Semana Santa Cordobillana tuvo lugar el Domingo de Resurrección con su ya tradicional acto del Encuentro. Este año, Ángel Serván ha sido el encargado de quitar el manto a la Virgen bajo la atenta mirada del numeroso público allí congregado. La mezcla de expectación, emoción e intensidad al inicio de este acto, junto con la fusión que se produce entre el baile de las imágenes, el ruin ruido de las campanadas y los disparos de las escopetas que portan los capitanes de los Alabarderos y voluntarios , el olor a pólvora, los confetis, la música amenizada por la banda municipal y la presentación de las alabardas engalanadas en señal de alegría, ofrecieron una bella imagen que hicieron de este acto todo un referente único e irrepetible.
Al finalizar el acto, Cordobilla de Lácara se despidió con aplausos demostrando una vez más, el cariño, fervor y devoción para con su Semana Santa.























