La última victima del franquismo por odios ideológicos · Joaquín García Mayo · Alburquerque
Cuando
uno está a punto de cumplir los 84 años, tiene uno la suerte de conocer la historia de parte del siglo pasado y de lo que paso en la localidad de
Alburquerque en la década de los años 30.
No me gusta escribir de este tema pero lo que esta pasando últimamente
en Alburquerque con el Alcalde Ángel Vadillo
en pleno siglo XXI me obligan a ello.
En el año
1936 algunos falangistas en éste pueblo fusilaron a 143
hijos e hijas de ésta localidad
por ser de izquierdas y entre todos 9 mujeres y entre las féminas la mujer del
alcalde Martin Casanova embarazada de cuatro meses, como constan en el monolito
en el cementerio y todas y todos con sus nombres y apellidos, y
estos acontecimientos pasaron en una
localidad donde nadie había perdido la
vida por ser de derecha con anterioridad a dicha fecha.
Ahora se
repite la historia los descendientes ideológicos de los que cometieron los crimines de lesa humanidad en Alburquerque
quiere acabar políticamente con el
alcalde Ángel Vadillo, pero no por recriminar públicamente a una vecina por haber
denunciado a su hermana por una disputa
de la altura de una casa que le quitaba la vista un poco a su ventana, sino por
ser el alcalde socialista más votado de
toda Extremadura durante cinco legislaturas seguidas.
Cuando se habla en la sentencia contra Vadillo de una conjura política, es cierto por que los que han utilizado a la citada vecina para denunciarlo en los
tribunales son los mas encarnizados
enemigos políticos de dicho alcalde, son los mismos que por sus alegaciones a
los proyectos de la termo-solares para Alburquerque llegaron tarde al
pre-registro de entrada en el Congreso de los Diputados, y de esto también fui yo testigo cuando se lo dijeron al alcalde Vadillo en el
Congreso de los Diputados.
Cuando
uno está a punto de cumplir los 84 años, tiene uno la suerte de conocer la historia de parte del siglo pasado y de lo que paso en la localidad de
Alburquerque en la década de los años 30.
No me gusta escribir de este tema pero lo que esta pasando últimamente
en Alburquerque con el Alcalde Ángel Vadillo
en pleno siglo XXI me obligan a ello.
En el año
1936 algunos falangistas en éste pueblo fusilaron a 143
hijos e hijas de ésta localidad
por ser de izquierdas y entre todos 9 mujeres y entre las féminas la mujer del
alcalde Martin Casanova embarazada de cuatro meses, como constan en el monolito
en el cementerio y todas y todos con sus nombres y apellidos, y
estos acontecimientos pasaron en una
localidad donde nadie había perdido la
vida por ser de derecha con anterioridad a dicha fecha.
Ahora se
repite la historia los descendientes ideológicos de los que cometieron los crimines de lesa humanidad en Alburquerque
quiere acabar políticamente con el
alcalde Ángel Vadillo, pero no por recriminar públicamente a una vecina por haber
denunciado a su hermana por una disputa
de la altura de una casa que le quitaba la vista un poco a su ventana, sino por
ser el alcalde socialista más votado de
toda Extremadura durante cinco legislaturas seguidas.
Cuando se habla en la sentencia contra Vadillo de una conjura política, es cierto por que los que han utilizado a la citada vecina para denunciarlo en los tribunales son los mas encarnizados enemigos políticos de dicho alcalde, son los mismos que por sus alegaciones a los proyectos de la termo-solares para Alburquerque llegaron tarde al pre-registro de entrada en el Congreso de los Diputados, y de esto también fui yo testigo cuando se lo dijeron al alcalde Vadillo en el Congreso de los Diputados.