Báilame el agua
Tomo prestado el título de una buena película española del año 2000. Es una película melancólica y pesimista, en la que los personajes se ven arrastrados al abismo en un ambiente de ensimismamiento que les impide ver otras opciones de vida.
Y hablando de ensimismamiento hablemos del Partido Popular. El nacional y el de Montijo. Es alucinante el proceso de concentración en sí mismos que están realizando para explicar cómo en tan poco tiempo se están tragando su propio programa electoral, yo no sé si con patatas pero desde luego con mucha cara dura.
Pero ojo, solamente en aquello que afecta a los trabajadores y trabajadoras: a los parados les reducen las prestaciones, a los funcionarios les bajan el sueldo y si te pones enfermo cobras menos. Ya veremos qué pasa con las pensiones, por ahora y como poco tienen pensado acelerar el calendario de la reforma que, en un principio, se iba a desarrollar entre 2013 y 2027. Nada de tocar el IRPF, nada de impuestos para ricos, nada de impuesto de patrimonio. Luego dicen que en España las administraciones tienen poco dinero. Y el que tienen es para los bancos. Pero el Partido Popular insiste en que el equilibrio presupuestario no puede hacerse por medio de los ingresos sino de los gastos.
En Montijo, en sesión extraordinaria del 15 de junio, el PP con su mayoría absoluta, aprobó que los gastos de personal pasarán del 53% del presupuesto inicial de 2012 a un 24% previsto para 2014, es decir que los gastos de personal se reducen a menos de la mitad. Hablando en plata, que se van a despedir empleados y que la posibilidad de emplear del ayuntamiento disminuye considerablemente. Por si esto fuera poco, en otra sesión también extraordinaria, el 9 de julio, el alcalde se carga el convenio colectivo y los acuerdos con los trabajadores del ayuntamiento.
Por el contrario, al mismo tiempo, el Sr. Pantoja decide la privatización del servicio del agua, que hasta ahora ha funcionando bien, y además sube las tasas municipales un 6’5%. La privatización del agua supondrá un aumento a corto o medio plazo del canon que tenemos que pagar los montijanos. Así ha ocurrido allí donde se ha privatizado este servicio. Ocurrió en Lobón, por ejemplo. Y ocurrirá en Montijo.
Con buen criterio, el único concejal de Izquierda Unida, ha hecho ver la paradoja que supone el mantenimiento de la Escuela Municipal de Danza. Y es que lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible, como afirmaba el torero. Si el ayuntamiento tiene dificultades presupuestarias y financieras, lo que no puede ocurrir es que paguemos una escuela de danza por la vía del despido de trabajadores municipales y del aumento del coste del agua corriente para todos los ciudadanos del pueblo.
Lo que está haciendo el Sr. Pantoja carece de sentido común y sólo tiene que ver con la aplicación sistemática e insensible del programa oculto del Partido Popular. Ese programa que no llevaron escrito en los papeles a las elecciones pero que tenían clarísimo en sus intenciones de entonces. Que es producto de una ideología sectaria y retrógrada, insensible con los problemas reales de la clase trabajadora.
O es que ahora, visto lo visto, me van a decir que no hay clases sociales.
Tomo prestado el título de una buena película española del año 2000. Es una película melancólica y pesimista, en la que los personajes se ven arrastrados al abismo en un ambiente de ensimismamiento que les impide ver otras opciones de vida.
Y hablando de ensimismamiento hablemos del Partido Popular. El nacional y el de Montijo. Es alucinante el proceso de concentración en sí mismos que están realizando para explicar cómo en tan poco tiempo se están tragando su propio programa electoral, yo no sé si con patatas pero desde luego con mucha cara dura.
Pero ojo, solamente en aquello que afecta a los trabajadores y trabajadoras: a los parados les reducen las prestaciones, a los funcionarios les bajan el sueldo y si te pones enfermo cobras menos. Ya veremos qué pasa con las pensiones, por ahora y como poco tienen pensado acelerar el calendario de la reforma que, en un principio, se iba a desarrollar entre 2013 y 2027. Nada de tocar el IRPF, nada de impuestos para ricos, nada de impuesto de patrimonio. Luego dicen que en España las administraciones tienen poco dinero. Y el que tienen es para los bancos. Pero el Partido Popular insiste en que el equilibrio presupuestario no puede hacerse por medio de los ingresos sino de los gastos.
En Montijo, en sesión extraordinaria del 15 de junio, el PP con su mayoría absoluta, aprobó que los gastos de personal pasarán del 53% del presupuesto inicial de 2012 a un 24% previsto para 2014, es decir que los gastos de personal se reducen a menos de la mitad. Hablando en plata, que se van a despedir empleados y que la posibilidad de emplear del ayuntamiento disminuye considerablemente. Por si esto fuera poco, en otra sesión también extraordinaria, el 9 de julio, el alcalde se carga el convenio colectivo y los acuerdos con los trabajadores del ayuntamiento.
Por el contrario, al mismo tiempo, el Sr. Pantoja decide la privatización del servicio del agua, que hasta ahora ha funcionando bien, y además sube las tasas municipales un 6’5%. La privatización del agua supondrá un aumento a corto o medio plazo del canon que tenemos que pagar los montijanos. Así ha ocurrido allí donde se ha privatizado este servicio. Ocurrió en Lobón, por ejemplo. Y ocurrirá en Montijo.
Con buen criterio, el único concejal de Izquierda Unida, ha hecho ver la paradoja que supone el mantenimiento de la Escuela Municipal de Danza. Y es que lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible, como afirmaba el torero. Si el ayuntamiento tiene dificultades presupuestarias y financieras, lo que no puede ocurrir es que paguemos una escuela de danza por la vía del despido de trabajadores municipales y del aumento del coste del agua corriente para todos los ciudadanos del pueblo.
Lo que está haciendo el Sr. Pantoja carece de sentido común y sólo tiene que ver con la aplicación sistemática e insensible del programa oculto del Partido Popular. Ese programa que no llevaron escrito en los papeles a las elecciones pero que tenían clarísimo en sus intenciones de entonces. Que es producto de una ideología sectaria y retrógrada, insensible con los problemas reales de la clase trabajadora.
O es que ahora, visto lo visto, me van a decir que no hay clases sociales.