Jueves, 04 de Diciembre de 2025

Actualizada Lunes, 01 de Diciembre de 2025 a las 13:40:03 horas

Julia Coco Castón | 158
Viernes, 03 de Agosto de 2012

La historia siempre se repite... · Julia Coco Castón · Montijo

Pero como los “pequeños detalles” y la capacidad de relación son despreciados por los historiadores oficiales, la cosa pasa a formar parte del olvido colectivo y nadie recuerda la primera vez. Lo cual siempre beneficia a alguien.


1992 fue para España el año de las grandes celebraciones: los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla. Ambos acontecimientos se saldaron con un indiscutible éxito. Situando a España dentro del reducido círculo de naciones con reputación de modernidad, desarrollo y capaces de generar orgullo interno y admiración y  elogio generalizado en el exterior. El precio: un considerable montante en gasto en infraestructuras que después pagaríamos muy caro.


Fue la época de la liberación. Y la entrega. El resultado no tardó en salir a la luz.


Entre las decisiones más criticadas del Gobierno de Felipe González, allá por finales de los 80 y que continuaron en los 90 hasta su declive, estuvo la expropiación de Rumasa, el inmenso holding industrial, con el argumento de su posible implicación en acciones fraudulentas. Consecuencias que muchos montijanos siguen sufriendo a día de hoy. También fue muy contestado el "plan de empleo juvenil", ideado con el objetivo de que los jóvenes tuvieran un primer empleo y adquirieran experiencia, que originó los contratos "basura": baja remuneración y a su extinción no daba derecho a prestaciones sociales. Otras medidas del partido Obrero Español fueron la legalización de las empresas de trabajo temporal con el objetivo de crear empleo, aunque este fuera precario y en peores condiciones. El recorte de las prestaciones por desempleo. Y el primer "medicamentazo", cuyo objetivo fue ahorrar fondos públicos eliminando la subvención que recibían los medicamentos por parte de la seguridad social. Como consecuencia de esta política sufrió las primeras huelgas generales de la democracia, una movilización general de descontento con la política económica del gobierno socialista en su base social, ante las continuas reformas en beneficio de la patronal.  Esto llevó al distanciamiento de su partido del sindicato Unión General de Trabajadores (UGT), creado por el fundador del PSOE, Pablo Iglesias, y a la ruptura de amistad entre Felipe González y el secretario general del sindicato, Nicolás Redondo, su valedor en Suresnes. Y dio como consecuencia la crisis económica de 1993 en España.


Bajo el lema «Hay que pararlos. Te juegas mucho»,  el 27 de enero se produce la segunda Huelga General al Partido Obrero Español en 1994, conocida como 27-E. Nicolás Redondo (UGT) y Antonio Gutiérrez (CCOO) convocaron un paro de ocho horas como oposición a la reforma laboral aprobada mediante Real Decreto sobre Fomento de Empleo y Protección por Desempleo, por el gobierno socialista de Felipe González. La reforma estaba impulsada por el entonces ministro de Trabajo, José Antonio Griñán, barón de Andalucía, e incluía, entre otras medidas, el fomento de los contratos con bajo salario para los jóvenes, el aumento de la movilidad geográfica y el recorte de algunas prestaciones por desempleo….

 

Los Gobiernos del PSOE llevaron a cabo una conflictiva reconversión industrial, del sistema educativo español, del sistema sanitario y de seguridad social, así como una ampliación de las infraestructuras, financiadas mediante un controvertido aumento de la deuda pública y los Fondos de Desarrollo de la Unión Europea para el período 1994-1999, con los que la Unión Europea pretendía fortalecer la economía de los países más pobres (España, Irlanda, Grecia y Portugal, ¡Qué coincidencia!). España percibió mediante este hecho más de la mitad de estos fondos, además sería el país de la UE que más dinero recibiera del Fondo de Cohesión y, detrás de Francia, de la PAC.


El Gobierno González apoyó la permanencia de España en la OTAN, faltando a sus promesas preelectorales y mientras fue oposición, convocando un referéndum en 1985, a pesar de haberse opuesto a su entrada durante todo el gobierno de su antecesor Leopoldo Calvo-Sotelo. Apoyó, con el envío de tropas (incluyendo a marineros de reemplazo), a las Fuerzas Aliadas en la primera Guerra del Golfo de 1991. También, dio apoyo logístico a las Fuerzas Aliadas: los puertos y aeropuertos españoles participaron plenamente en la cadena logística de la preparación de la Guerra del Golfo y parte de los B52 que bombardearon Irak despegaron a sus misiones desde España gracias a ellos. Aunque, de cara a la galería, gobiernos socialistas posteriores no se levantaran al paso de la bandera americana. El daño ya estaba hecho.


Felipe González no abolió el servicio militar obligatorio, con el argumento de que un hipotético ejército profesional sería, en su opinión, un ejército de "mercenarios", una "guardia pretoriana" compuesta mayoritariamente por personas procedentes de estratos sociales humildes… Y suma y sigue. Hagan memoria.

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.