Me van a permitir, estimados lectores, que este mes no les hable de ninguna película que esté en la cartelera, de ninguna estrella de Hollywood, de ninguno de mis directores favoritos… Este mes les quiero hablar sobre un libro. “¿Cómo? ¡Un momento! ¿Pero este no era el pesado de las pelis? ¿Se nos va a hacer el interesante ahora escribiendo sobre literatura?”. Tranquilos, que yo sigo a lo mío, y si esto se llama Crónicas Cinéfagas no voy a hablarles de nada que no tenga que ver con el cine. El título del libro es explícito y apropiado, ‘LOS BRAZOS FUERTES DEL CINE DE ACCIÓN DE LOS 80 Y 90’ y lo ha escrito Diego Arjona.

El nombre del autor quizá les suene de algo y no sería de extrañar: le han podido ver en televisión durante muchos meses en un programa de Antena 3 llamado ‘El club del chiste’. ¿Recuerdan al joven gaditano con gafas, barbita, pelo rizado y boina? Pues ese, aunque del pelo rizado y la boina ya no quede ni rastro. Resulta que el muchacho no sólo se dedica a hacer reír, sino que además es guionista y director de cortometrajes (el último, de hecho, muy bueno: ‘Abracadabra’) y, sobre todo, es un devorador compulsivo de cine que llevaba años soñando con la posibilidad de escribir él mismo el libro que nunca encontró en ninguna parte: un ensayo dedicado al cine que nos hizo desear ser héroes, salvar a la chica, matar al malo de turno y escapar del edificio corriendo mientras salta en mil pedazos detrás de nosotros. Un cine, el de acción, que suele ser motivo de guasa y que él, humorista de profesión, se toma muy en serio. Al menos, tan en serio como para no convertir su libro en una colección de chistes sobre los clichés que rodean a este género. ‘LOS BRAZOS FUERTES…’ es, además de una evocación de tiempos pasados en los que todo era más fácil, un bello homenaje a las figuras de Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger y Jean-Claude Van Damme (cuyo hijo, Kristopher Van Varenberg, incluso ha participado en el volumen). Y no sólo a ellos, sino también, aunque sea en menor medida, a todos los demás titanes que han dedicado sus vidas a la noble tarea de salvar el mundo.

Así, siendo como soy un loco del cine de acción, entenderán que recomiende esta lectura y que me muestre entusiasmado ante la misma. Y más cuando les diga que este libro ha propiciado que forjara una amistad con Diego Arjona, ya que, sorpresa, he tenido la enorme fortuna de poder colaborar con él en la titánica tarea de sacar a la luz un trabajo de estas características, especialmente en un unos días en los que las editoriales (como casi todo) no pasan por su mejor momento. Les puedo asegurar que no ha sido fácil y que hubo un momento en el que parecía que todo se quedaría guardado en un cajón, pero finalmente T&B Editores han apostado fuerte por ello y para cuando ustedes estén leyendo estas líneas ya debería estar el libro en la calle, en tapa dura y a todo color. Y, algo que me hace mucha ilusión, con mi firma en uno de sus capítulos. Así, al cumplir su sueño, Diego Arjona ha convertido también un trozito de los míos en realidad. ¡Gracias, Diego! ¡A por la secuela!