Ya iremos llegando… Tú, a tu aire
En cierta ocasión, en un artículo,
confesé que soy un fiel seguidor de las esquelas. Debilidad de uno que es
ciertamente muy cumplido con los obituarios. En aquella ocasión escribí, lo
hago ahora también, que soy de los que defienden que la esquela es un género
literario, al que siguen muchos lectores a primeras horas de la mañana. Hay
gente que lo primero que lee en los periódicos son las esquelas. También
escribí que los textos de las esquelas son muy clarificadores.
Pues en la mañana de ayer sábado
he dado con una esquela publicada en el ABC de Sevilla. Tras su lectura no he
podido aguantarme y he buscado el teclado del ordenador para expresar las
sensaciones que he sentido, evidentemente respetuosas, muy respetuosas.
El finado se llama igual que un
servidor: ¡Manuel!, casualidades. La esquela anuncia una misa por su alma en la
parroquia sevillana de San Benito. Dice el texto que falleció a los 64 años, “después
de vivir en la forma que eligió”. A esto se llama estar sobrado en filosofía
sobre el existencialismo. Tras el consabido R.I.P. se lee “A los creyentes se
ruega una oración por su alma, a los no creyentes un brindis por su memoria”.
¡Toma ya! ¡Olé! ¡Vamos a tomar una copita!
Seguimos con el texto “desde muy
joven tuvo ideas innovadoras. Favoreció a muchos proporcionándoles trabajo y
ayudando cuando pudo, los bien nacidos se lo agradecerán. Hizo feliz a mucha
gente hasta que la vida lo venció, cosa que puede ocurrirle a cualquiera”. Por
cuanto se dice, se intuye que debió ser una buena persona.
Ahora, llegado a este punto,
prepárense para el final de la esquela: “Sus amigos del alma y afines, así como
demás seres que le querían, le enviamos un último mensaje” –aquí viene lo
bueno- “MANOLO, NO NOS ESPERES LEVANTADO, YA IREMOS LLEGANDO… TÚ, A TU AIRE”.
Para descubrirse. Gloria bendita por los siglos de los siglos y que viva el
arte de la gracia y la guasa, porque la esquela tiene tela, mucha tela de
enjundia profunda.
El texto de la esquela me lleva a
esa otra verdad cierta que escuché hace unos días en una farmacia, cuando dos
personas se “piropeaban”, debido a su edad, sobre el viaje hacia la vida
eterna: ¡TÚ, YA SABES. PONTE CÓMODO QUE VAS PARA TIEMPO!
Viva el cachondeito fino y bueno
en medio de esta crisis ¿Crisis? ¿Qué crisis?
En cierta ocasión, en un artículo,
confesé que soy un fiel seguidor de las esquelas. Debilidad de uno que es
ciertamente muy cumplido con los obituarios. En aquella ocasión escribí, lo
hago ahora también, que soy de los que defienden que la esquela es un género
literario, al que siguen muchos lectores a primeras horas de la mañana. Hay
gente que lo primero que lee en los periódicos son las esquelas. También
escribí que los textos de las esquelas son muy clarificadores.
Pues en la mañana de ayer sábado
he dado con una esquela publicada en el ABC de Sevilla. Tras su lectura no he
podido aguantarme y he buscado el teclado del ordenador para expresar las
sensaciones que he sentido, evidentemente respetuosas, muy respetuosas.
El finado se llama igual que un
servidor: ¡Manuel!, casualidades. La esquela anuncia una misa por su alma en la
parroquia sevillana de San Benito. Dice el texto que falleció a los 64 años, “después
de vivir en la forma que eligió”. A esto se llama estar sobrado en filosofía
sobre el existencialismo. Tras el consabido R.I.P. se lee “A los creyentes se
ruega una oración por su alma, a los no creyentes un brindis por su memoria”.
¡Toma ya! ¡Olé! ¡Vamos a tomar una copita!
Seguimos con el texto “desde muy
joven tuvo ideas innovadoras. Favoreció a muchos proporcionándoles trabajo y
ayudando cuando pudo, los bien nacidos se lo agradecerán. Hizo feliz a mucha
gente hasta que la vida lo venció, cosa que puede ocurrirle a cualquiera”. Por
cuanto se dice, se intuye que debió ser una buena persona.
Ahora, llegado a este punto,
prepárense para el final de la esquela: “Sus amigos del alma y afines, así como
demás seres que le querían, le enviamos un último mensaje” –aquí viene lo
bueno- “MANOLO, NO NOS ESPERES LEVANTADO, YA IREMOS LLEGANDO… TÚ, A TU AIRE”.
Para descubrirse. Gloria bendita por los siglos de los siglos y que viva el
arte de la gracia y la guasa, porque la esquela tiene tela, mucha tela de
enjundia profunda.
El texto de la esquela me lleva a
esa otra verdad cierta que escuché hace unos días en una farmacia, cuando dos
personas se “piropeaban”, debido a su edad, sobre el viaje hacia la vida
eterna: ¡TÚ, YA SABES. PONTE CÓMODO QUE VAS PARA TIEMPO!
Viva el cachondeito fino y bueno
en medio de esta crisis ¿Crisis? ¿Qué crisis?