Robo de niños en la Maternidad de Badajoz
Hace algún tiempo escuche una curiosa historia en la sala de espera de un médico. Se trataba de una mujer muy anciana, ciega de nacimiento, que nos contó a todos los presentes lo que le ocurrió cuando nació en Badajoz uno de sus hijos. El mismo día que el suyo, nació en el mismo hospital, la antigua Maternidad pacense, un niño negro de una prostituta. Por alguna extraña razón el personal del centro cambió los niños y al día siguiente del parto, la ciega tenía al negro y la prostituta al blanco. Y no hubo manera de deshacer el entuerto. Decía la señora, que menos mal que su marido había visto a su hijo nada más nacer y no tuvo ninguna sospecha de que su mujer hubiera tenido ninguna aventura amorosa con un hombre de color (cuestión que hubiera sido rocambolesca en el Badajoz de aquellos años).
Lo cierto es que “el mí negrito” como lo llamaba su “madre” pasó toda la vida con aquella familia y el hijo real, cuando fue mayor conoció la historia, buscó a su familia verdadera y acabaron todo juntos.
Yo nunca puse en duda el relato, pero me sorprendió que en un hospital de nuestro entorno pudiese haber sucedido algo así y no se aclarara nunca. Mi sorpresa ha durado hasta ahora, cuando ha saltado a la luz el tema de los niños robados en toda España, que cuenta con varios casos precisamente en esa antigua Maternidad de Badajoz. Lo que entonces fue una pieza suelta hoy se ha convertido en todo un puzle pues resulta que el personal de ese centro hacía y deshacía las familias a su antojo.
En Extremadura se acaba de crear la Asociación de Afectados por Adopciones Irregulares (Anadir) cuya presidenta, Felisa Sierra nos contaba en EsRadio que ya hay inscritas más de cincuenta familia y el número no deja de aumentar. Parece ser que las víctimas eran personas de diferentes pueblos de la provincia que acudían a la capital para el parto. Al día siguiente de nacer les anunciaban que el bebe estaba muy enfermo y acto seguido que no lo habían podido salvar. En todos los casos se negaron a darles el cuerpo porque “había que enterrarlo en el hospital de Badajoz” y les mandaban para su pueblo. Lo más asombroso es la duración de esta trama. Comenzó sobre 1940, nada más terminar la guerra, cuando quitaban a sus hijos a madres republicanas para darlos a familias del régimen. Pero lo que empezó siendo una “medida” política, acabó en una mafia económica que incluía médicos, funcionarios y religiosas que se mantuvo todo el franquismo y se prolongó ¡hasta los años 90!, es decir, bien entrada la democracia
Lamentablemente, la anciana ciega no seguirá con vida. Ahora podría entender algo que para ella siempre fue un misterio y que contaba insistentemente buscando una explicación. Nunca supo que fue una víctima más de una de las maquinaciones más perversas de los últimos tiempos.
Hace algún tiempo escuche una curiosa historia en la sala de espera de un médico. Se trataba de una mujer muy anciana, ciega de nacimiento, que nos contó a todos los presentes lo que le ocurrió cuando nació en Badajoz uno de sus hijos. El mismo día que el suyo, nació en el mismo hospital, la antigua Maternidad pacense, un niño negro de una prostituta. Por alguna extraña razón el personal del centro cambió los niños y al día siguiente del parto, la ciega tenía al negro y la prostituta al blanco. Y no hubo manera de deshacer el entuerto. Decía la señora, que menos mal que su marido había visto a su hijo nada más nacer y no tuvo ninguna sospecha de que su mujer hubiera tenido ninguna aventura amorosa con un hombre de color (cuestión que hubiera sido rocambolesca en el Badajoz de aquellos años).
Lo cierto es que “el mí negrito” como lo llamaba su “madre” pasó toda la vida con aquella familia y el hijo real, cuando fue mayor conoció la historia, buscó a su familia verdadera y acabaron todo juntos.
Yo nunca puse en duda el relato, pero me sorprendió que en un hospital de nuestro entorno pudiese haber sucedido algo así y no se aclarara nunca. Mi sorpresa ha durado hasta ahora, cuando ha saltado a la luz el tema de los niños robados en toda España, que cuenta con varios casos precisamente en esa antigua Maternidad de Badajoz. Lo que entonces fue una pieza suelta hoy se ha convertido en todo un puzle pues resulta que el personal de ese centro hacía y deshacía las familias a su antojo.
En Extremadura se acaba de crear la Asociación de Afectados por Adopciones Irregulares (Anadir) cuya presidenta, Felisa Sierra nos contaba en EsRadio que ya hay inscritas más de cincuenta familia y el número no deja de aumentar. Parece ser que las víctimas eran personas de diferentes pueblos de la provincia que acudían a la capital para el parto. Al día siguiente de nacer les anunciaban que el bebe estaba muy enfermo y acto seguido que no lo habían podido salvar. En todos los casos se negaron a darles el cuerpo porque “había que enterrarlo en el hospital de Badajoz” y les mandaban para su pueblo. Lo más asombroso es la duración de esta trama. Comenzó sobre 1940, nada más terminar la guerra, cuando quitaban a sus hijos a madres republicanas para darlos a familias del régimen. Pero lo que empezó siendo una “medida” política, acabó en una mafia económica que incluía médicos, funcionarios y religiosas que se mantuvo todo el franquismo y se prolongó ¡hasta los años 90!, es decir, bien entrada la democracia
Lamentablemente, la anciana ciega no seguirá con vida. Ahora podría entender algo que para ella siempre fue un misterio y que contaba insistentemente buscando una explicación. Nunca supo que fue una víctima más de una de las maquinaciones más perversas de los últimos tiempos.